PROLOGO

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Agosto, 28, 2015
Los Angeles, California
Conan Gray.

Tome una foto a los edificios que estaban a lado mío, ya que siendo yo de una pequeño pueblo a la mitad de Texas, todo esto era más fascinante e incluso extraño ver demasiados edificios en mi alrededor.

Baje la mirada cuando unos chicos comenzaron a murmurar acerca de mi acción anterior.

Seguía conociendo la nueva ciudad en la que estaba, ya que gracias a mi esfuerzo había podido acceder a la Universidad aqui en Los Angeles.

Un sonido en mi estómago me hizo salir de todo lo que miraba y sonreí.

Mi hora favorita del día finalmente había llegado.

Elegir entre tantas cafeterías de esta gran ciudad, poder disgustar un distinto café cada día.

Aunque siempre pensé que el café era del mismo sabor, ya que la Cafetería de Georgetown que actualmente consideraba que era un asco, pero que era el único café que conocía, y pensaba que era el mejor del mundo.

Pero cuando me mudé aquí supe que no todo se cerraba en mi pequeño pueblo en Texas, si no había algo más.

Camine unas cuantas cuadras más, y llegué a un centro en dónde estaba el malecón, justo allí había varias cafeterías, boutiques, centros de comida rápida y algunos negocios de otras cosas se encontraban allí por toda la gente que acostumbraba a venir aquí.

Estaba decidiendo cuál era la cafetería que escogería hoy, ya que cada día era una cafetería distinta, y cuando finalmente creí escoger la opción de un confiable y magnífico Starbucks que era demasiado grande y con mucha gente, otro local llamo mi atención haciéndome cambiar de opinión.

Justo del otro lado de la calle, en dónde había muy pocos negocios, una pequeña cafetería al final de la calle estaba allí.

Había llamado mi atención que aquel local estaba pintado de color blanco, pero en las paredes había dibujos, ya sea del mismo café o de algunas otras temáticas.

Una empleada sacaba un cartel anunciando las promociones del día de hoy, o al menos eso creia.

Me acerque, no había mucha gente, tal vez unas 10 personas máximo, al acercarme al anuncio que había sacado pude leer mejor.

"Disfruta de un buen libro y el café más delicioso de todo California, solo aquí en la Biblioteca del Café"

Sonreí, libros y café era una de las mejores combinaciones que había en este mundo.

Y si está cafetería realmente cumplía con lo que decía, disfrutaría de gran literatura y un delicioso café.

Entre sin pensarlo, ya que ahora sí mi estómago estaba pidiendome comida y mi estrés me pedía aunque sea una gota de café.

Entre como siempre lo hacia en cualquier cafetería, con mi vista abajo y sin mirar a nadie más.

Sentía una mirada pero no me atreví a averiguar de quién era.

Ubique una mesa vacía justo a lado de un estante de libros y al fondo, me senté justo en el lado dónde podía mirar hacia la entrada de la cafetería y la ventana del lado derecho daba directo a la hermosa playa que estaba allí mismo.

Una de las meseras se acercó a mi, a pedir mi orden, y pedí un café americano, una rebanada de pastel de chocolate y un Dalgona Coffee.

Unas risas justo dos mesas delante de mi de mi otro lado me hicieron voltear a mirar hacia ellos, un chico y una chica estaban riendo.

PEOPLE WATCHING © C.G.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora