3.

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[¿Cómo lo sabrás?]

Sus manos me tenían atrapado y sus ojos me hacían estremecer.

Su rostro estaba a un centímetro del mío.

—¿Puedo tenerte ahora?.— demandó con una sonrisa algo extraña.

Sonaba seductor... pero simplemente me daba asco.

Lograba sentir sus labios chocar con los míos delicadamente sin todavía llegar a ser un beso.

Cerré mis ojos y mis labios con fuerza al sentir cómo él me estaba intentando provocar.

—Supongo que será más difícil.— habló inesperadamente común y se alejó, quedando de nuevo parado frente a mí.

No entendí a lo que se refería. Solo agradecía por no haber sido tocado por él.

Suspiró al cerrar los ojos por un momento y habló de nuevo.

—Vamos a comer. No es una pregunta.— dijo con su misma voz desafiante y seria.

—Ya voy.— respondí aún acostado mientras respiraba pesadamente.

—Te esperaré por dos minutos y ya. La comida se enfriará.— concluyó.

Me senté en la cama intentando controlar los latidos acelerados de mi corazón, mientras que él caminaba hacia la puerta.

Pero justo antes de cerrar la puerta su celular sonó y con rapidez contestó.

—Lo siento...— susurró y dejó una pausa mientras me miraba.—No, no iré cariño.— respondió con seriedad y fue lo único que escuché antes de un pequeño sonido al haber cerrado la puerta.

Es tan despreciable.

—¿Cariño? ¿Si tiene pareja por qué rayos hace esto?

"Cariño"

¿Qué mierda sucede con ese tipo?

Además... Si solo quiere joderme que lo haga.

Mis padres han de estar tan preocupados... Y Jisoo tan preocupada también.

—Me gustaría haber llegado a nuestra cita.

Con tanto que estaba pensando no me percaté de la hora. Pues ya habían pasado 3 minutos.

Con el corazón en mano salí corriendo de ahí y bajé las escaleras sin tanto cuidado.

Todo iba relativamente bien hasta el último escalón en el que me tropecé.

Solo lograba sentir la gran caída sin que aún sucediera, ya que unos brazos me sostuvieron.

Abrí mis ojos y eran los de él.

Nos mantuvimos unos segundos tal vez, yo los sentí cómo si fueran minutos.

—¿Qué mierda te pasa?.— dijo con cara de fastidio y alejándome de él.— Pareces un niño.— dijo con repulsión.

Que irónico.

—Yo... Perdón. No quería llegar tarde.— bajé la vista apenado de la situación tan incómoda.

—Llegaste dos minutos tarde de todos modos. No puedo creer que pase esto estando a tan solo unos segundos de distancia.— decía negando con la cabeza.

No lo había notado, pero su ropa era distinta a la que tenía.

Tal vez se había cambiado.

—¿Qué pasa?.— me preguntó al notar mi observación.

Mᴀɴᴛᴇ́ɴ ᴇʟ sɪʟᴇɴᴄɪᴏ. ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora