Mᴀɴᴛᴇ́ɴ ᴇʟ sɪʟᴇɴᴄɪᴏ. ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ·

6.

[Recuerda... Mi obsesión eres tú]

Año 2018

Jk.

Es tu segundo día junto a mí.

¿Mis preferencias no son normales? Mi preferencia solo eres tú.

Confío en que me amarás.

Y sé que puedo confiar en que no cometerás algún error.

Jm.

Los problemas me seguían desde joven, pero no creí que me llegara a pasar algo de tal magnitud.

Secuestrado por un tipo raro y traicionado por mi propio amigo.

—Jimin despierta...— susurró cerca de mi oído.

Mi sueño fué intervenido por su delicada, pero varonil voz.

De hecho tan varonil, que creí que era él.

—¿¡Eh!?.— abrí los ojos de par en par al conocer su voz y efectivamente ahí estaba.

Sin duda era él.

—Perdón... Por lo del otro día.— susurró sin levantar la mirada.

Permanecía mirando las sábanas en las que se encontraba sentado. Justo a un lado de donde yo aún seguía acostado, todavía confundido por su espontánea presencia.

Lo abracé. Tenía miedo, tenía tanta confusión.

No me importó su traición en ese momento.

—Tae.— susurré casi en clemencia.

Me tomó de los hombros alejándome de él y comenzó a hablar cortante.

—Lo siento. De verdad lamento haberte llamado mocoso.— decía avergonzado.

—No te preocupes.— respondí sin ganas.

Eso no era lo importante y él probablemente lo sabía, es por eso del silencio incómodo.

Mi amigo... él... ¿quien era realmente?

Sabe del secuestro claramente.

¿Fué él quién me entregó?

¿Cómo?

¿Están de compinches?

Rápido se me vino todos esos recuerdos del día anterior como si se tratara de un balde de agua fría.

—Solo explícame cómo es que estás aquí y que sucede. No entiendo que tienes que ver con ese idiota.— exploté en segundos.

—No es lo que piensas. Yo he terminado en esta situación por mis propias tonterías.— respondió agachando la cabeza y yo no contuve mi indignación.

—¿Entonces, estás de novio con él?.— cuestioné enojado.

Logré recordar la llamada y ese "cariño" que decía Jungkook atreves de esa llamada.

Era muy probable que fuera él.

—¿¡Qué!? ¡no! Es un imbécil. Jamás saldría con él.— negó rotundamente cada posibilidad de una relación.

—Ya lo imaginaba. Nadie podría soportarlo.— susurré en bajo.

Algo me daba paz.

Me tranquiliza saber que su relación es inexistente ¿Pero por qué?