[Mi comida de hoy]
El camino parecía no tener fin, pero con algunos minutos más se terminó.
Orilló el auto en un lugar desolado, que solo se lograban observar los altos y fríos árboles.
Había venido algunas veces por aquí. Veníamos por está carretera. Mi madre y padre me llevaban por este camino cuando salíamos de vacaciones de vez en cuando.
Claramente tenía miedo. Pero si lo que planeaba era abusar de mí para después matarme y dejar mi cuerpo abandonado aquí, me tranquilizaba más.
No quería sufrir cómo muchos de esos casos en los que secuestran a alguien y dura años siendo torturado.
—Aún no llegamos.— dijo con voz tranquila y delicada.
Sus ojos eran como cuchillas que se encajaban por todo mi cuerpo.
Se acercó a mi asiento y se comenzó a quitar la corbata. Después de ello me sonrió.
—Acércate.— susurró con voz grave y un poco rasposa.
Me acerqué hasta quedar a unos centímetros de su cara.
—Yo... perdón... Pero ¿Qué le hice para merecer esto?.— dije cortante y desgastado.
El miedo no era nada comparado a la desesperación de no entender por qué me sucedía mí.
—¿Merecer esto? Solo voy a ponerte esto cómo venda.— me enseñó la corbata y me la comenzó a atar detrás, justo arriba de mi nuca.
Terminó de acomodarme su corbata y acarició un mechón de mi cabello.
—¿A dónde..?.— preguntaría sin fuerzas.
Pues cómo si de una situación normal se tratara, me tocó los labios con su dedo anular negando una sola palabra mía que pudiera haber salido de mi boca.
Rápido, después de eso sentí su respirar en mi nariz y más allá de la venda solo lograba distinguir una gran sombra acechando.
—Tranquilo, has sido bueno hasta ahora. Entiende que no quiero que veas la sorpresa antes de recibirla.— susurró misteriosamente y soltó una sonrisita.
—Bien...
Su maldita sonrisa me había desconcertado.
¿Qué planes tiene?
Al haberme puesto su corbata cómo algún tipo de apoyo para no saber en dónde estoy, no lograba distinguir ni si quiera en una opción de donde pudiera encontrarme.
Dimos demasiadas vueltas en el coche que no había forma de entender mi punto de partida.
—Llegamos.— después de decir eso suspiró pesadamente.
—¿Puedo quitarme la venda?.— pregunté con algo de miedo.
—Claro.— respondió amablemente.
Llevé mis manos hacia atrás de mi cabeza. Pensaba quitarme la corbata para ver en donde me encontraba pero mi codo comenzó a doler sin sentido y la venda se calló de mi rostro sin esfuerzo de más, quedando atascada en mi cuello.
—¡Espera!.— exaltado se acercó a mí y tomó mi brazo con desesperación.
—No es nada.— alejé mi brazo y alejé rápidamente mi cuerpo completo hasta la puerta del auto.
—¿Te hiciste daño?.— cuestionó mientras miraba mi brazo.
Buscaba algún moretón o marca de cualquier tipo pero no la había.
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Mᴀɴᴛᴇ́ɴ ᴇʟ sɪʟᴇɴᴄɪᴏ. ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ·
De TodoJimin ha sido un niño feliz desde pequeño, pero todo cambió radicalmente cuando fué secuestrado por un hombre mayor que él. Este era Jungkook, un hombre que tenía gustos "normales" hasta que conoció a Jimin, un chico de tan solo 16 años. "𝘌𝘴 𝘱𝘰�...