Mᴀɴᴛᴇ́ɴ ᴇʟ sɪʟᴇɴᴄɪᴏ. ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ·

7.

*imagen cute de Jimin para reducir el golpe que se viene*

[Un desliz por tolerancia]

Jm.

Las palabras que le había dicho ya eran graves, pero lo que le hice fué aún peor.

Se notaba lo enojado que estaba aún cuando no decía nada.

Mi cuerpo sintió unos escalofríos de pies a cabeza. Lo miré con miedo y tenía ganas de hasta disculparme.

—Yo... lo... siento mucho.— dije entre cortado y ojos bien abiertos.

Con el dedo pulgar simplemente se quitó la escupida que le dí en la mejilla.

—Jimin...— susurró.— Sabes por qué te traje ¿cierto? Ya te lo dije, es para ayudarte.— hablaba lentamente.— Es solo que no siento que tú quieras ayudar en eso.

Hizo un gesto curioso, pues hizo un bulto con los labios y arrugó su nariz negando con la cabeza.

¿Intentaba parecer lindo?

—Lo siento...— decía por miedo más que todo.

—Ya sabes ahora lo que está mal ¿verdad? no puedes ser grosero con alguien cómo yo.— habló intentando enseñarme un valor importante para él.

¿"Cómo yo"?

¿Qué mierda? ¿Por qué me hace sentir así y de pronto creo que estoy mal en cómo pienso?

Mi mente está hecha mierda.

—Entiendo.— dije intentando sonar lo más estable posible.

Se acercó a tocarme el cabello.

Comenzó a acariciar desde la oreja hasta mis labios y se quedó observando estos detenidamente.

Mi única acción involuntaria fue pasar saliva y lamber mis labios por los nervios.

—No hagas eso, pueden resecarse y perder esa belleza.— habló dulcemente con una sonrisa.

No pude mantener la mirada y baje mi rostro.

Él levantó mi rostro de inmediato.

—Mírame. No tienes por qué tenerme miedo. Jamás te haría daño.— habló recalcando cada palabra sin siquiera parpadear.

—No te tengo miedo.— dije con ojos llorosos.

Me sentía nervioso, era intimidante aun cuando intentaba ser dulce.

—Entonces eres tolerante.— habló sonriendo.

—¿Tolerante?.— cuestioné confundido.

—Sí, es decir... Al menos me toleras un poco.— dijo en tono de burla.

—No soy tolerante ante tí... es solo que.— hablé lento y confundido por lo que se me cruzaba por la mente.

—Estas confundido.— habló sin más.

He estado confundido, todo esto me llegó de la nada y simplemente intentaba lidiar con ello.

—Es normal... Jimin. Te he visto y realmente intentas llamar con tanto entusiasmo la atención de una chica. ¿Al menos te gustan?.— cuestionó mientras acariciaba mi mejilla.— ¿o simplemente quieres sentir algo por ellas?.— preguntó más con intenciones de descubrir por completo mis pensamientos.

—No... no lo sé.— hablé intentando parecer coherente.

—No es culpa de nadie si te gustan los chicos. Si le gustan, no hay por qué ocultarlo ¿o sí?