Finales diciembre 2015
Hacía casi un año que éramos un grupo, e iba todo bien. Los estudios iban bien; Lucy se había asentado bien en el instituto; Sean, Liam, Judith, Johan, Thomas e Ibai iban a tercero; Sarah y Katty habían empezado bien su segundo año; y yo había pasado a una nueva etapa dentro del instituto. Katty y Judith habían estado entrenando para un torneo de voleibol; Thomas se convirtió en un apoyo fundamental en su equipo de balonmano; Ibai y Sarah en sus equipos de fútbol; Johan se especializaba en salto de altura y en vallas; Liam mejoraba su técnica con el piano; Lucy y Sean en baile, el mayor entrenaba más para prepararse las pruebas de acceso a una academia nacional; yo seguía entrenando artes marciales para futuras competiciones.
Salíamos juntos por las tardes cuando podíamos porque no había que estudiar para prontas pruebas; eran las semanas de exámenes cuando salíamos menos todos juntos, pues unos tenían exámenes y otros no. Normalmente, si no salía uno de la clase de Ibai, no salía ninguno de su aula o del curso, porque al ir al mismo año escolar tenían iguales o parecidos exámenes...Habían llegado las vacaciones de Navidad, acabábamos de terminar el primer trimestre del nuevo curso escolar. Me acuerdo de que era la mañana del séptimo día de vacaciones cuando Sean mandó un mensaje al grupo diciendo que "teníamos" que quedar esa tarde. El tono con el que me pareció que lo escribió me hizo preocuparme; porque en el mensaje ponía expresamente que tenía que decirnos algo importante. Así que fijamos la hora pronto de esa misma tarde.
Llegué el primero, cinco minutos antes de la hora, al parque con fuente en el que solíamos encontrarnos. Estaba muy nervios. "¿Y si se iba?" "¿Qué nos tenía que decir tan importante y urgente?", esos y otros eran el tipo de pensamientos que rondaban por mi cabeza. Poco después llegaron Katty, Sarah y Liam, que vivían por la misma zona; los siguientes fueron Ibai y su hermana; luego Judith y Thomas, seguidos de cerca por Johan; y ya por último llegó Sean. Mientras se acercaba sólo levantó la vista para ver si estábamos todos; saludó en un tono nervioso y muy bajito; se le notaba ansioso, se retorcía los dedos, que de vez en cuando se llevaba a la boca, y no nos miraba a los ojos. Estábamos todos a la espera, pero nadie dijo nada, se hizo un silencio para dejar hablar al chico, sin presión. Sean habló unos largos segundos después, tomó aire y levantó un poco la cabeza, diciendo:
—Chicos, tengo algo muy importante que deciros. Os pido que no me interrumpáis y me escuchéis, por favor.
Nosotros le miramos, nos miramos los unos a los otros, y asentimos. El chico tomó una bocanada profunda, calmó su respiración y dijo:
—Me gusta alguien— se calló unos segundos, y justo cuando yo hice el amago de decir algo, pues eso no me parecía algo raro, él volvió a hablar— y no es una chica...
Entonces entendí el porqué de su nerviosismo. Sonreí con comprensión, no era algo chocante para mí ni estaba en contra, pero sabía que no debía ser fácil aceptarlo frente a tus amigos, y que existía el miedo al rechazo. No sabía cómo decirle eso que pensaba. Y mi tren de pensamientos se vio cortado por un chillido lleno de emoción que me hizo girarme, era Sarah. Su rostro reflejaba total felicidad y curiosidad, quería cotilleo, era una total fangirl.
—Jeje— se acercó a Sean con los ojos brillando— cuéntanos más sobre ese chico.
Sean se sonrojó ante su petición directa, y buscó la mirada de cada uno de nosotros para tener aprobación. Me acerqué y le cogí del hombro.
—Creo que hablo por todos cuando digo que nos alegra que confíes en nosotros— empecé diciendo, yo también tenía curiosidad, aunque no lo expresaba como la alegre chica—, somos de mente abierta y te apoyamos, así que ahora... como ha dicho Sarah, queremos más información— terminé con una sonrisa pícara que le hizo sonrojarse otra vez.
—Pue-es...es que...— su voz entrecortada por la vergüenza, estaba cohibido.
Antes de que dijese algo más, una voz a nuestras espaldas nos sorprendió, y Sean pareció aliviado de que le sacasen de esa situación:
—Yo sé quién es— dijo Ibai con convicción, poniéndose al lado del joven bailarín—. La persona que le gusta soy yo; y él me gusta a mí.
Eso sí que nos tomó por sorpresa. Sarah, que siempre fue indiscreta y muy expresiva con nosotros, volvió a soltar un pequeño chillido, con las manos en puños de victoria y una sonrisa brillante, parecía como si su mayor sueño se hubiese hecho realidad. Me hizo gracia su reacción exagerada; se veía que estaba muy feliz por la pareja, la única del grupo. Su mirada lo decía todo, quería confirmación directa por parte de los chicos.
—Y sí, somos novios— dijo al fin Sean.
Al contrario que Sarah, el resto era más discreto. Sus sonrisas y miradas discretas de aceptación eran todo lo que se necesitaba. Dimos la enhorabuena a los chicos y agradecimos su confianza. Liam y Thomas se pusieron detrás, lo que me dio curiosidad, y los miré de reojo. No pude contener una sonrisa y una carcajada acompañada por una negación de cabeza cuando vi cómo Liam le daba 5€ a Thomas por detrás de la espalda, con una expresión de derrota; supuse que habían hecho una apuesta y había ganado Thomas.
La única que parecía molesta era Lucy, y no porque no les apoyase.
—¿Por qué no me lo dijiste? — reprendió a su hermano, quien agachó la cabeza como si fuese alguien mayor de quien recibía la reprimenda.
—Lo siento... Queríamos decirlo a todos a la vez...
Lucy no podía estar enfadada con su hermano por eso, y sonrió de medio lado. Me dio ternura cuando Ibai hizo un puchero con sus labios para convencer a la pequeña. Ella se puso al lado de su hermano y le cogió la mano que tenía libre, pues la otra estaba entrelazada con la de Sean. Así se dio por finalizada la conversación.
Desde detrás, revolví el pelo de Sean con afecto, recibiendo una sonrisa de agradecimiento. Y nos pusimos en marcha, sin haber decidido a dónde ir.
—¿Os parece si vamos a merendar algo en un sitio de comida rápida? — propuso Johan.
—¿El McDonald's? — sugirió Judith—, está aquí cerca.
Y encabezados por la pareja y los hermanos, nos dirigimos hacia el local propuesto. Dejé que se adelantasen para colocarme al lado de Liam y Thomas y susurrarles que les había pillado. Parecieron desconcertados, se hicieron los locos, pero reí por lo bajo, les codeé y me volví a adelantar. Sean estaba diciendo al resto que llevaban juntos desde hacía un par de meses, y estaban decidiendo cómo y cuándo decírnoslo. Y Thomas apareció por detrás para enseñarnos una foto: de su precioso gato negro de pelo largo, como muchas otras veces; le encantaba enseñarnos fotos de su gato y su hermanita. Reí por la espontaneidad con la que se acordó de que tenía una nueva foto que mostrarnos.*****
Gracias por leer
~Mark~
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DIARIO DE UN GUARDIÁN
HorrorHola, me llamo Johnny, y hoy os voy a contar mi historia. Si no os gusta el terror...no sigáis leyendo. Pues es una historia macabra en la que entran en juego diez amigos jóvenes que fueron secuestrados y maltratados; y un asesino cruel que no tuvo...