VOLEIBOL

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                             2002
     Como ya os he contado, Judith y Katty hacían voleibol en el mismo equipo. Pues bien, a veces ellas nos invitaban a ir a sus partidos, y muchas veces íbamos. No sabíamos nada del deporte, pero nos gustaba ver jugar a nuestras amigas y aprender algo de voleibol.

     Yo veo anime, suelo ver anime de lucha, sangre y gore; como Attack on Titan, Naruto, Tokyo Ghoul o Death Note.

Pero también veo otro tipo de anime de vez en cuando. Un día descubrí un anime que va sobre voleibol, Haikyu, así que para entender lo que decían mis amigas decidí verlo. Es un buen anime, y con él pude entender mucho mejor los puestos y el juego.

Así que decidí decírselo al resto. Sólo Thomas veía anime, además de mí, pero el resto no les disgustaba. Al fin y al cabo, hay muchos tipos de anime, para todos los gustos.

     Bueno, a lo que iba. Un sábado, Judith y Katty nos invitaron a ver su partido. Todos accedimos rápidamente.

Me acuerdo de que era por la mañana, pronto. Así que, con permiso de nuestros padres, decidimos ir a comer fuera después del partido y luego dar una vuelta para, al final de la tarde, volver a nuestras casas.

Pero nuestros planes se vieron chafados en el tercer set del partido:

El juego iba bien. El equipo de nuestras amigas iba ganando, habían ganado los dos anteriores sets e iban ganando este tercero, y si lo ganaban, ganaban el partido. Ellas se dejaban la piel en el campo, eran titulares. Nosotros nos dejábamos la voz y los pulmones en las gradas, animándolas.

Una de las chicas del equipo, la colocadora, levantó el balón para que Katty, la rematadora, rematase por encima de la barrera. Lo consiguieron, y Katty anotó otro punto.

Le tocaba sacar al equipo contrario. Sacaron por detrás de la raya con un saque perfecto, con salto, algo complicado de conseguir.

Judith, la líbero, con camiseta diferente, estaba preparada para recibir cualquier bola, fuese donde fuese y con la fuerza que tuviese. La chica se lanzó al suelo, a su derecha, en cuanto el balón pasó la red con gran velocidad y fuerza.

Judith se estiraba todo lo que podía mientras caía al suelo. Consiguió llegar a la pelota y que se levantase, sin tocar le suelo. Pero la caída había sido mala, y su muñeca había rozado malamente con el suelo, dislocándola. Judith se levantó del suelo, con una muñeca dañada. Sobándosela sin mirarla. Con una mueca en los labios y las lágrimas al borde de sus ojos, a punto de derramarse. Con la muñeca medio muerta, sin poder moverla. El entrenador, que también lo estaba viendo, paró el juego mientras corría hacia Judith, quien empezaba a llorar al notar el dolor en la muñeca.

Nosotros nos levantamos saltando en las gradas, en shock por la imagen. Todo el mundo estaba aguantando la respiración.

Katty se acercó a Judith y al entrenador. Y un médico de campo apareció para llevarse a Judith al hospital. Yo rápidamente les dije a los otros que se quedasen para ver terminar el partido y que luego me llamasen.

Corrí para salir de allí y llegar con los enfermeros. Llegué justo a tiempo de que llegase la ambulancia, y conseguí que me dejasen entrar porque la conocía.

Cuando llegamos al hospital llevaron a la chica a hacer pruebas mientras yo me quedaba fuera para llamar a sus padres. Y cuando estos llegaron diez minutos después, su hija aún estaba en la consulta. Judith salió diez minutos después de la llegada de sus padres, con un brazo vendado y los ojos rojos, pero sonriente y dando las gracias al médico.

El hombre se acercó a nosotros después de asegurarse que eran los padres de la chica y los llevó a su despacho, supongo que para darles indicaciones de la lesión.

Mientras, yo me quedé con Judith fuera, en la sala de espera. Poco después de que entrasen me llamaron al móvil. Era Liam, que decía que Katty ya estaba cambiada y estaban listos para ir al hospital. Llegaron diez minutos después, con los padres de Katty. Habían podido venir porque tenían dos coches, el padre de Katty llegó después al partido que la chica y su madre, en coches diferentes.

Justo antes de que llagasen, los padres de Judith salieron. Así que fuimos a la puesta del hospital a esperarlos.

Cuando nos vieron, miraron con preocupación a Judith, quien les sonreía ampliamente para intentar tranquilizarles.

Katty fue la primera en acercarse, abrazando a su compañera de equipo con delicadeza para no hacerle daño en la muñeca. Luego, siguieron los otros.

Ya no podíamos ir a ningún sitio, Judith debía descansar todo el fin de semana.

     Sean y Johan vivían cerca de Judith, así que los padres de esta les llevaron en coche a sus casas. El resto nos repartimos entre los otros dos coches, los de los padres de Katty, para ir a casa: Thomas, Ibai, Lucy y yo fuimos en el coche del padre de Katty porque vivíamos todos en la misma zona; y ella fue con su madre y con Liam y Sarah.

     Cuando llegué a casa, mis padres estaban extrañados. Les explique todo lo que había pasado, y que no podía ir a comer ese día. Por suerte, iban a empezar a hacer la comida poco después, así que pudieron hacer comida para mí también.

La hermana de Thomas estaba en casa, con mi hermano. Aproveché y pregunté a mis padres si Thomas podía quedarse a comer con nosotros, así se quedaba su hermana y luego, les acompañaba a su casa.

Accedieron, así que llamé rápidamente a mi amigo, al que le dejaron venir.

La comida fue bien, entretenida y entre familia y amigos.

La hermanita de Thomas comía mucho y muy bien, sólo tenía que llamarla a veces la atención para que comiese con los cubiertos. Mi hermanito era mucho más desastre, era más pequeño y aún no había aprendido a comer de todo; muchas veces comía con las manos porque era mucho más divertido, como decía él. Así que me sentaba a su lado, al igual que Thomas al lado de su hermana, para ayudarle a comer.

Cuando terminamos de comer, Thomas y yo bajamos a mi habitación para jugar un rato antes de que se fuesen. Mark y su amiga no tardaron en llegar corriendo a mi habitación para jugar con nosotros.

Con la hermana de Thomas me llevaba bien, porque se me dan bien los niños, teniendo un hermano menor que ella... y tenía bastante confianza, me trataba como si fuese su hermano más mayor, y yo como mi hermana.

Así que la chiquilla se lanzó a mis brazos, y Mark, mi pequeño hermano celoso, corrió a mí para colgarse también de mi cuello.

Estuvimos jugando los cuatro unos treinta minutos más, hasta que mis padres nos llamaron porque Thomas y su hermana se tenían que ir.

Subimos. E íbamos a salir de casa cuando noté un tirón en el pantalón. Era mi hermano, que también quería ir con nosotros. Mis padres accedieron y cogí la mano de Mark para ir a la casa de nuestros de nuestros amigos.

Thomas también iba de la mano con su hermana. Tardamos diez minutos en llegar. Eran las cuatro y diez y mi hermano estaba cansado, normalmente se hecha la siesta sobre esa hora. Así que cogí al pequeño en brazos y nos fuimos a casa tras despedirnos.

     Cuando llegué a casa tenía los brazos entumecidos de llevar a Mark, quien se había dormido en el camino. Abrí la puerta de casa con cuidado de no hacer ruido y de no moverme mucho para no despertarlo. Cerré la puerta tras de mí. Y bajé las escaleras para llevar a Mark a su cama, y cerré la puerta al salir.

*****

Muchas gracias por leer
~Mark~
Le mando un saludo especial a Ana_cookx, que me está apoyando a cada capítulo y me está dando ánimos. Y que ha publicitado la historia para sus seguidores. Es una chica estupenda, seguidla (: muchos besos Ana :3

DIARIO DE UN GUARDIÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora