❝𝐋𝐨𝐧𝐞𝐥𝐲❞ ||𝚂𝙴𝙽𝙶𝙴𝙽

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Cuando su Mentalista no volteó a buscarlo con la mirada una última vez antes de irse. Cuando su Senku-Chan nunca se levantó a darle el que sería su último abrazo en aquella oportunidad de despedida.

Senku supo entonces que estaba perdido. Y Gen entendió que no había marcha atrás.

El joven supo que debía hacer algo, aunque más fuerte haya sido su orgullo para no dejarle levantarse e ir detrás de él, o al menos inquirirle más sobre las razones que tenía o cómo se sentía; no podía tomar por desapercibido su marcha.

Desde que él no estaba, desde que no tenía la facultad de ver su rostro o sus cabellos bicolores al menos una vez en su día, una inquietud lejana hacía presencia en su estómago. Senku no estaba preocupado en lo absoluto, reconocía que aquella inquietud era la misma que cuando Byakuya solía irse por un tiempo para los entrenamientos en la NASA. Cuando alguien realmente importante no estaba.

Le aliviaba hacer otras cosas, hacer planos, sacar nuevos cálculos, darle órdenes a los demás, imaginar un mundo nuevo en el que todas las personas en el planeta estén vivas de nuevo; hasta que, nuevamente, recordaba la ausencia del mentalista.

—Kohaku—llamó a la rubia, luego de haber descartado como opción a Tsukasa, Suika, Ukyo y Chelsea—, quiero saber cómo está Gen—dijo una vez que ésta llegó—. Lo único que sé que es que se fue por esos árboles—señaló—. No lo vi con mis ojos, pero puedo certificarlo.

—Entiendo—asintió—. Entonces iré a ver si está por esos lugares. La verdad estoy preocupada por él, tiene dones para conseguir lo que quiere con la personas, pero no creo que funcione con animales salvajes.—logró sonreír a través de su preocupación.

—Kukuku, sí, es cierto.

Kohaku dio unos cuantos pasos y luego corrió hacia la arboleda que Senku había señalado. El chico dió un largo suspiro.

Entonces sintió una mano en su hombro.

—Ukyo.—pronunció, conociendo de quien era esa mano.

—¿Cómo te sientes?

—Mhm—rio —, como si esas pseudo cosas importaran en este momento.

—Entiendo.—sintió la mano del peli blanco quitarse de su hombro, extrañándole su corta visita. Y justo cuando se iba a retirar, Yuzuriha llegó.

—Ukyo Saionji... ¿Ya le dijiste a Senku?

—No—respondió Ukyo, volviéndose al más alto—. Antes de irse, Senku, Gen me dijo a dónde se marcharía.

El peli verde suspiró sin una pizca de regocijo.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Bueno, él me dijo que no te revelara la ubicación. Pero puedo asegurarte de que se encuentra bien.

—Ukyo tiene comunicación con Gen, Senku. Y ya que estás interesado pensamos en que...—la castaña hablaba, siendo interrumpida.

—Solo quería saber si estaba bien y eso es todo, gracias por informarme—su mirada se perdió en el suelo—. A ambos.

—Creo que deberías aprender a ser más condescendiente y expresivo.—se atrevió a decir Ukyo.

—Es la forma de ser de Senku, no creo que cambie—Yuzuriha sonrió algo forzosamente.

—Ya perdió a alguien—le dijo el de cabellos blanquecinos a la castaña, luego pasó a mirar a Senku.—. No quieres que sean dos... o tres.

A lo lejos un sujeto con cabellos castaño y cicatriz en el rostro los admiraba. Él esbozó por lo bajo:

—Senku, siempre tan apático. A veces... a veces yo siento lástima por el pobre Gen. Y creo que si en verdad estás enamorado y no eres correspondido, lo mejor es alejarte. Y así lo hizo.

» Aunque a lo mejor no es que toda la culpa la tenga él, a lo mejor el resto de nosotros también la tenemos. Pero bueno, mejor me pongo a trabajar de nuevo. No es que yo sepa mucho de eso.

Y cuan equivocado estaba Taiju.

)...(

Luego de un tiempo Kohaku llegó, de la dirección hacia donde Senku le había apuntado anteriormente.

—¡Volví!—decia extendiendo su mano y moviéndola de lado a lado. Senku estaba esperando una respuesta por parte de la chica—. No hay rastros de Gen.