ƈıŋƈơ

286 43 0
                                    

Más tarde, esa misma noche:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Más tarde, esa misma noche:

—Pst—se escucha un siseo, seguido de una piedra pequeña que impacta contra la cabeza del mentalista dormido, quien cubre su cabeza al instante con la manta para seguir durmiendo.

Si hubiese sido una serpiente seguramente se lo hubiera tragado vivo.

Gen's Pov

Me cubro, ya que pienso que si no le presto atención, el animal tampoco a mi, y tampoco es que tenga armas para defenderme a decir verdad.

Me acomodo y me digno a seguir durmiendo, cuando un peso se me acomoda encima, dejándome casi sin aliento por el grosor, pero aún así no me muevo. Si es un oso probablemente si me hago el muerto no pase nada.

No sé qué animal es, pero ahora siento cosquillas en la cabeza, con el peso que me deja sin aire, pero me inmuto y sigo tieso.

El oso, o lo que sea que sea parece estarse levantando de encima de mi, ya que su peso se vuelve cada vez menos. Y entonces, cuando no siento nada por venir, me arrebatan la sábana de un tirón.

Dios me proteja, si es que existe.

Abro los ojos por el impacto y ya decidido a ver qué puto animal es lo que me iba a causar la muerte o en el mejor de los casos una jodida mala noche.

Y ahí estaba, el animal que menos esperaba.

Un maldito ser humano. Un pelirrojo, si bien podía distinguir por la oscuridad.

—Hola—ahí estaba frente a mi, acuclillado, con su rostro inesperadamente muy cerca del mío—, Gen.

Narrador

—PIAG—Gen, en una respuesta para nada acertada ni programada, empujó al que parecía ser un hombre alto, de buen parecer y de cabellos rojos—¿Tú? ¿Que haces aquí?

Gen sintió cómo el mundo se le desmoronaba más encima, y recuerdos eran desbloqueados.

—¿Por qué la violencia?, no soy mi padre. Sí, puedo parecerme, heredé su belleza, supongo, pero no soy él, lo sabes bien.

—Eros.

—Gen.—sonríe el chico.

—Esa vez, con el arma de fuego. Estoy seguro que no fue un accidente.

—¿En serio tengo que explicarte de nuevo qué fue lo que sucedió?, porque lo hice Gen, cientos de veces, pero sigues sin creerme... Aún después de... esto, lo que sea que haya pasado en el mundo.

—Sé bien de lo que eres capaz de hacer—Gen entrecierra sus ojos.—. A todas estas, y por cierto, ¿Cómo?, no... ¿Quien te ha despetrificado? ¿Ha sido... Senku?

—Ah, sí... sobre eso... Es gracioso

—¿Qué es gracioso?

—Que la persona que me ha vuelto a la vida, me prohibió estrictamente revelar su nombre, y su descripción física.

Gen dudó por un momento, aunque estaba casi seguro que había sido su Senku, pues nadie más poseía la fórmula para la despetrificación. Pero sin embargo, algo no le cuadraba y es que por más que le daba vueltas al asunto, no lograba sacarse de su cabeza < ¿cómo es que Senku tendría algo que ver con el pendejo de Eros, y cómo sabe qué relación tuvimos él y yo en el pasado? >

—¿Por qué no dormimos?, mañana podemos seguir hablando sobre cómo llegue aquí.—Eros bostezó.

—Vete—le dijo finalmente.—. Que estés aquí no significa nada bueno.

—Genial—chasqueó la lengua—, ¿así tratas a alguien que acabas de ver luego de... no sé... 100 años?, ¿a tu amigo de la infancia al que abandonaste por un malentendido?

—3723 años—Eros hizo una mueca de confusión—Han pasado 3723 años. Y yo no te abandoné... tú lo hiciste.

—Claro, yo he sido el malo todo este tiempo. Tú siempre el que juega en dos bandos, el indeciso, pero siempre noble, Asagiri Gen. Apuesto que aún en estos tiempos sigues siendo el mismo ¿No?

Gen no respondió. Y Eros no volvió a hablar. Entonces un silencio inminente se hizo presente entre ambos, y en el bosque, solo iluminado por la luz de la luna.

El de cabellos bi colores se limitó a volver a recostar su cabeza en la almohada prefabricada que sus amigos le trajeron de la aldea Ishigami y respiró profundo.

—Hablaremos mañana. Sé que no me harás daño, así que dormiré aquí.—dijo el pelirrojo, arrecostandose al tronco de un árbol y cerrando sus ojos.

Gen lo ignoró y cerró igual los suyos.

)•••(

—¿Entonces?— sentado en el regazo del otro, acerca lo suficientemente el filo de una botella de Senku cola que había estado ahí tirada pero que ahora estaba rota; lo suficiente como para que por un milímetro la punta de ésta se clavara en el cuello del otro, quien apenas abría sus ojos y se daba cuenta de lo que estaba pasando.

—¿Es necesario esto?

—Dime quien ha sido y qué haces aquí.

—¿Realmente es necesario esto?—repitió.—No quiero hacerte daño, Gen.

—Sí. Y tú no me harás daño porque yo soy el que—fue interrumpido en medio de su discurso, ya que el pelirrojo, siendo más musculoso que él y más fuerte, logró en un moviemiento rápido arrebatarle el objeto filoso de la mano, tirarlo y cambiar de posición, quedado ahora él encima del mentalista, y sus dos manos en su delgado cuello.

—Es una lastima, no quería que llegáramos a esto.—dijo rodeando el cuello pero sin apretar las manos.

—Yo... sólo quería tener un tiempo... para mi—los ojos de Gen se veían más brillantes, más frágiles, mientras el agua se acumulaba en ellos—¡Mi vida ya estaba hecha una mierda! ¿POR QUÉ LLEGAS DE REPENTE A ARRUINARLA MÁS?—parecía haber perdido la cordura, y las lagrimas salían de sí—... y si no quieres decirme cómo minina decencia qué haces aquí, entonces sólo vete y déjame en paz.

Eros sólo lo observaba detenidamente, encima de él, con expresión seria.

—Estás roto y piensas que debes cargar con eso solo. Yo quiero enseñarte que no es así. Conozco tu verdadero ser. Incluso antes de esta vida nueva que te has inventado, te conozco desde que éramos niños. Sé cómo eres en verdad. —Eros retiró las manos de su cuello, y se quitó de encima del él, para ponerse de pie, de espaldas a Asagiri—¿Y quieres saber qué hago aquí?, bien. Pensé que era lo bastante obvio, pero dime tú ¿Que harías si se te concede una segunda oportunidad para volver a estar con una persona que alguna vez significó tanto en tu vida?

Gen se acomodó, quedándose sentado frente a la figura del pelirrojo.

—Ese día del incidente... ¿Por qué me dejaste?

—No te dejé, Gen... Me llevaron.—le dedicó una mirada, antes de empezar a marcharse.—Prometí nunca dejarte, ¿lo recuerdas?, y hasta este momento me dediqué a cumplirlo.

Al mentalista se le vinieron cosquillas al estómago, al recordar aquella promesa de hace mucho.

—Entonces no te vayas—dijo.

El pelirrojo sonrió doblando su boca de lado, apenas perceptible.

—Bueno—, sonrió, aunque Gen no pudo verlo, porque estaba de espaldas—buscaré algo para que desayunemos.

***

❝𝐋𝐨𝐧𝐞𝐥𝐲❞ ||𝚂𝙴𝙽𝙶𝙴𝙽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora