Nota:
Banda sonora: Beware. Deftones
XII. En alguna montaña de Gusu, muy entrada la noche de otoño
Afortunadamente, lo logra, pero necesita de toda su fuerza para frenar la caída. El barranco es más bien un acantilado oculto, que se abre como una herida profunda en la montaña.
Al llegar al fondo, aterrizan relativamente bien. Hay mucha agua, pero Jiang Wanyin no sabe si es un río o es por la tormenta. Las altas paredes se separan apenas a dos brazos de distancia, a veces menos. Jiang Wanyin retrae a Zidian y envaina Sandu.
- ¿Estás bien, tarado? - Jiang Wanyi jadea, exhausto y asustado, aunque su tono es enojado. Xichen asiente pálido y tiritando. - Mira lo que has hecho. Ya casi no me queda energía. No podré subirnos. Es demasiado alto. -dice viendo hacia arriba con el ceño fruncido - Tendremos que caminar. ¿Hacia dónde?
Lan Xichen mira hacia arriba, tratando de ubicarse con las estrellas. La tormenta es tan fuerte que no se ve el cielo. Sin embargo, recuerda dónde estaban antes de caer y señala a su izquierda, al norte. - Por allí. Si vamos por allí, en algún momento empezaremos a descender.
Ambos líderes están agotados y ateridos. La poca energía que les queda, la usan para mantener el calor. Es difícil, con la lluvia arriba y el agua debajo. El frío es tal, que duele caminar. El agua y la lluvia son cuchillas que les hieren la piel.
Jiang Wanyin camina detrás suyo. Casi no pueden ver, tampoco pueden caminar de prisa porque tienen el agua por arriba de las rodillas. El líder Jiang decide colocar su mano en el hombro del otro. Es la única forma de mantener contacto y distancia al mismo tiempo, para no separarse, pero tampoco chocar.
Lan Xichen siente la mano- que recuerda larga y venosa - y algunas chispas de Zidian que le queman. Se sobresalta, su corazón empieza a latir desbocado otra vez. Sabe que a Jiang Wanyin le está pasando algo de energía para que pueda caminar, pero teme que ninguno de los dos vaya a aguantar mucho más. Deben parar. Hace demasiado frío y están demasiado cansados.
En algún momento encuentra un hueco en la pared. Es lo suficientemente amplio para resguardarse de la lluvia y de la corriente abajo, que cada vez está más fuerte.
- Wanyin, descansemos un momento. Ven. - ambos se guarecen en el hueco, que termina siendo como una mano rocosa acunándoles y protegiéndoles de la lluvia y el viento. - Wanyin, la tormenta está peor. Ahora se escuchan los relámpagos más cerca. - Y se ven. Desde hace un rato, los latigazos de luz en el cielo, les acompañan y alumbran.
Con esa luz intermitente, Jiang Wanyin se ve muy cansado. Luce pálido. Ambos lo están. Completamente mojados y temblando. Hacía mucho tiempo que no sentían tanto frío.
El líder Jiang no puede evitar recordar la última vez que se sintió así, con tanto miedo de morir. Fue en el ataque de los Wen y todo lo que pasó después en el Muelle del Loto. El olor a sangre, fuego y muerte le inunda. Siente que la vista se le nubla, y un dolor agudo se abre camino en su pecho, haciendo que la cicatriz que lleva desde esa época duela muchísimo. El aire le empieza a faltar.
Se agarra como puede a su compañero y murmura con los ojos cerrados del dolor - Xichen, están volviendo esos recuerdos. Puede que tenga un ataque. No puedo respirar - acto seguido, agarra las ropas de Lan Xichen por los hombros con toda la fuerza de la que es capaz y apoya la cabeza en su pecho, resoplando y buscando aire.
En esa postura luce abandonado a la desesperación y la derrota. Lan Xichen le obliga a incorporarse, pero está perdido en su interior. Los truenos de la tormenta dejan ver su cara desencajada. Sus ojos vacíos se vuelven violetas otra vez, pero no tienen ninguna chispa de luz. Es un violeta profundo, casi negro como el abismo que se está abriendo otra vez en su alma.
ESTÁS LEYENDO
Anochecer y amanecer. Parte 1. Xicheng - Chengxi
General Fiction#Xichengfest2021 Día 1. En la salud y la enfermedad Parte 1 de 3 Éste es mi primer relato publicado. Es un Xicheng/Chengxi, porque es mi pareja preferida, aunque sea non-canon. Aquí, ambos son versátiles. Si no te gusta este tipo de relación, no le...