#Xichengfest2021
Día 1. En la salud y la enfermedad
Parte 1 de 3
Éste es mi primer relato publicado. Es un Xicheng/Chengxi, porque es mi pareja preferida, aunque sea non-canon.
Aquí, ambos son versátiles. Si no te gusta este tipo de relación, no le...
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XIII. En alguna montaña de Gusu, madrugada de otoño
Más relámpagos. Ambos se ven demacrados y pálidos. La tez azulada por el frío y los rasgos más afilados y absolutos. Sus cabellos se han soltado, las cintas que los recogían se han perdido. Es un milagro que el líder Lan conserve aún la más importante alrededor de su frente.
Por sus cartas, Lan Xichen sabe que estos ataques han ocurrido antes. No suelen ser muy frecuentes, a menos que Jiang Wanyin esté expuesto a emociones fuertes. Como ahora.
Lan Xichen le abraza y empieza a tararear la canción de la tranquilidad, al mismo tiempo que con una mano hace círculos en su espalda y con la otra lo ase* de la nuca con fuerza - Wanyin, concéntrate en respirar y no me sueltes. - Jiang Wanyin se acerca más y aprieta el abrazo. Su mentón queda ahora reposando en el hombro del otro. Su agarre se vuelve más feroz.
En algún momento, Jiang Wanyin, que no puede evitar temblar de terror, se agarra aún más fuerte, cruzando los brazos por detrás de Lan Xichen y asiendo los hombros por detrás. Está llorando, por más vergüenza que sienta, no puede evitarlo.
Por un buen rato solo se escucha la lluvia, el tarareo de Lan Xichen y el llanto ahogado de Jiang Wanyin. Aunque parece que el ataque está pasando, el líder Jiang no suelta a su amigo. En algún punto, le asalta una ola de dolor que le golpea como un látigo y se estremece cuando le viene el recuerdo de su jiejie y su shige. Aquél, entonces, deja de tararear y lo abraza con todas sus fuerzas. -Wanyin, estoy aquí. No te vayas. Casi no te siento. No te vayas.
En las profundas oscuridades de su alma, Jiang Wanyin escucha la voz de Lan Xichen y haciendo un esfuerzo sobrehumano decide hacerle caso y asirse a él de todas las formas posibles. Teme perderse en esa vorágine de dolor de su mente, donde sólo escucha los gritos de maldad de los Wen mientras le torturan y ve a su familia morir otra vez. Clava sus dedos en Xichen, como si fuesen garras. Un grito se ahoga en su pecho y abre su boca, para morderle el hombro sin soltarle.
Lan Xichen no se queja. El dolor es lo primero que siente en mucho tiempo, aparte de las tormentas que las cartas de Jiang Wanyin desatan en él. En vez de separarse, le abraza aún más fuerte, con una mano le ase la nuca y con la otra el cabello suelto y mojado justo por encima. No es un agarre suave ni delicado. Más bien parece que Lan Xichen se prepara para que Jiang Wanyin caiga en una abismo que no puede ver y se ata como puede a él, enredando sus dedos en su cabello desordenado, tirando de él.
Esto es suficiente para que Jiang Wanyin deje de morderle y empiece a recobrar el sentido de la realidad. Siente como un bálsamo se extiende en su interior, como lava que todo quema y todo cura desde la nuca hasta sus piernas. Suelta a Lan Xichen de su mordedura, pero no de su agarre. Jadea, exhausto. Ha dejado de llorar.
Lo peor ha pasado. Incluso Zidian, que se ha desplegado en suaves hilos violeta y los envuelve, ha empezado a chispear. Ambos tiemblan, pero ya no es de frío ni de terror.
Jiang Wanyin se separa un poco, sólo para colocar su frente sobre la frente de Lan Xichen. Sus lágrimas han dejado surcos en su cara. Aún tiene problemas para respirar con normalidad. Tiene los ojos entrecerrados, las largas pestañas tiemblan y aún tienen gotas de lágrimas en ellas. Jadea, buscando estabilizar su respiración.
Lan Xichen, por su parte, empieza a sollozar muy bajo. Tiembla y tiene también dificultades para respirar. - Wanyin, nunca más te vayas tan lejos. Estuve a punto de perderte. - susurra, cerrando los ojos y sigue llorando con desconsuelo. Aprieta los dientes y los labios cuando la tristeza se apodera de él. No suelta su agarre tampoco, como si su vida dependiera de ello.
El líder Jiang siente que su corazón late aún más fuerte. Han estado sujetándose con mucha fuerza y las manos están adoloridas, los nudillos, blancos y los dedos entumecidos.
Jiang Wanyin abre los ojos y sin separar su frente de la del otro líder, le ve con los ojos cerrados llorando, con una mueca profunda de dolor. Entonces, éste se hace espejo en su corazón, porque no soporta ver a Lan Xichen así.
- He vuelto. Te he escuchado y he vuelto. Me has traído de vuelta. - suelta su agarre y le acuna la cara en sus manos. Cierra los ojos y se pega algo más a la cara del líder Lan que está hirviendo. El tacto de sus manos es caliente también. Jiang Wanyin enjuga las lágrimas del otro y mantiene su cara sostenida en sus manos temblorosas.
Sus pestañas se tocan. Lan Xichen siente como si olas de fuego se esparcieran desde esos dedos que le tocan al resto de su cuerpo. Abre los ojos y encuentra a Jiang Wanyin con los ojos cerrados, haciendo una mueca con su boca curvándola hacia abajo y sacando un poco más el grueso labio inferior. Es como un niño al que están regañando. Sonríe al pensar que se ve adorable sin fruncir el ceño y haciendo un puchero.
La tristeza que sentía es reemplazada por una ternura aplastante. No puede evitar sonreír y sollozar de alegría. Su corazón late desbocado y sin pensarlo replica el gesto de Jiang Wanyin con las manos, tomando sus mejillas. Los dedos y la mordedura, que el líder Jiang dejó en su hombro, le duelen, pero se siente vivo y feliz. El frío ha sido reemplazado por un calor abrasador en su cuerpo.
La cara del líder Jiang también está hirviendo, pero es suave a su tacto. Podría estar una eternidad tocándole así. Lan Xichen siente que podría morir en ese momento de pura felicidad. Cierra los ojos.
No están pensando. Oyen a lo lejos la lluvia, el viento y los truenos como un murmullo. Es como si no estuvieran en un abismo huyendo. Sólo pueden escuchar sus respiraciones y sus corazones latiendo de prisa.
Con un gesto lleno de ternura, Lan Xichen se acerca a ese labio que sobresale y le da un toque con los suyos. Esto despierta algo indescriptible en él. Sin siquiera abrir los ojos para comprobar la reacción del otro, decide sacar la punta de la lengua y lamer tiernamente ese mismo labio, una, dos, tres veces.
¿Cómo un gesto tan minúsculo puede generar una reacción tan exuberante? El líder Lan sonríe y se estremece. Es cómo si Zidian le pasase electricidad en la boca.
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