La psicopatía de Darek [+21] ✓ (Borrador 2021)

12. Daryl y Damon Lombardi.

Darah Evans

—¿Qué día es hoy? —pregunta Vicky—. ¡Viernes! —hace un pequeño bailecito de alegría—. Y no, no te vas a quedar aquí en la isla, Darah. ¡Nos vamos a Barrow!

—Vicky, no me apetece ir —le contesto, desanimada.

—¿Qué te pasó ahora? —pregunta, como si me conociera de toda la vida.

—Nada, no tengo ganas de ir.

—Venga, nos lo pasaremos bien y así, te distraes de la maldita cárcel —sonríe ella, intentando convencerme—. Haremos lo que tú quieras.

—Vale, quedémonos aquí —me acuesto boca abajo en mi cama.

—¡Darah Evans! —grita Vicky—. ¡Levanta tu culo flaco de la cama si no quieres que te caiga encima!

—¿Culo flaco? —pregunto, mirándola—. ¿¡Me estás mirando el culo!?

—No hay mucho que mirar, pero sí —admite, riendo—. Venga, vámonos de fiesta —dice ella, animada.

—No.

—Por fi.

—No.

—Miranda, ¿ha dicho que sí? —pregunta Vicky a su amiga.

Ella le lanza una mirada extrañada, pensando: si no ha dicho nada, ¿qué dices?

—Vamos, Darah —insiste, zarandeándome de un lado a otro—. ¡El barco sale en media hora! —me recuerda—. Y vas a acabar accediendo, así que tan solo arréglate y nos vamos.

—Me niego.

—Ah, claro, ya sé qué pasa —sonríe ella.

Siento como mi colchón de hunde, veo como Vicky se sienta en mi cama.

—¿El qué? —le pregunto.

—No quieres irte de la isla para poder estar más cerca de Darek.

—¿Qué? —pregunto, confusa—. Me metes a Darek hasta en la sopa.

—Porque es la verdad. Deja de mentir-

—Ya callad con lo de que me estoy mintiendo blablablá —la interrumpo, incorporándome en la cama—. Vale, voy, pero no lo menciones.

—¿A quién? ¿A Darek? —pregunta ella, sonriendo.

—No, a mi abuela —le digo con ironía—. Paso de arreglarme, yo voy como Miranda.

Ella viste unos vaqueros y un jersey de manga larga que cubre sus brazos. Pues bueno, yo voy igual que ella, tan solo que mis vaqueros son negros y visto una camisa blanca. Vicky es la única que va elegante, con un vestido de color negro de manga larga y que le llega por encima de las rodillas. Su cabello castaño está suelto y su flequillo bien peinado, que cubre su frente.

—¡Bien! Pues vámonos al puerto que no llegamos —dice, tirando de mí y de Miranda.

La noche en la isla de Barrow es preciosa. Apenas circulan coches, tan solo uno o dos y tan solo tienen acceso a ellos un par de miembros de la cárcel. Las farolas iluminan débilmente las calles de la isla, para iluminarnos el camino hasta el puerto. Levanto mi mirada y observo las tres torres de vigilancia. Veo a unas cuantas personas en ellas, tres chicos, armados.

Darek lo va a tener jodido si quiere salir de aquí, pienso al verlos.

El cielo está despejado, no hay ni una sola nube en él. Se puede ver perfectamente las estrellas y la luna llena, que también ayuda a iluminar la isla de Barrow. Vicky y Miranda caminan delante de mí, ellas dos están hablando de algo, que no presto mucha atención.