49. Nos volveremos a ver, angioletto.

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Darah Evans

—Estás increíble —admite Amón, sin quitarme la vista de encima—. Ese vestido te queda muy... demasiado bien —sonríe él.

Hoy es el cinco de diciembre, cuando la fiesta en el hotel Maslow se celebra. No tengo miedo, voy con Amón, sé que nada malo pasará ahí dentro. Pero sí estoy nerviosa, por el hecho de que... no sé qué me vaya a esperar ahí dentro. Quizás no sea nada, quizás sea una simple reunión con personas importantes. Aunque no sé qué pinto yo ahí en medio, la verdad.

Me miro al espejo, estoy increíble, como dijo Amón. Compré un vestido negro, semejante al que me dio Darek para aquella cena con su tío Hans. Este tiene un poco más de escote en V, unos finos tirantes lo sujetan a mis hombros. También tiene una abertura en la pierna izquierda, dejándola ver completamente. El vestido me llega hasta los tobillos, cubriendo la mayor parte de mi cuerpo. Me apliqué un sutil pintalabios rojo, que hace resaltar mis labios carnosos. Me alisé completamente mi cabello, para que quedara perfecto. Sobre la cama dejé el antifaz del mismo color negro que el vestido, que utilizaré más tarde.

Amón también está arreglado, vestido completamente de negro con un elegante traje que lo hace parecer más atractivo, si es eso posible. Tanto el traje, como la camisa y la corbata, son de color negro. Sus pendientes en forma de cruz, también son negros, al igual que su antifaz. Su cabello castaño luce bien peinado, bajo mi mirada hasta su sonrisa, que es capaz de derretirme en este mismo instante.

—Tú también estás muy bien, Amón —confieso—. Te queda bien ese traje.

—Y a ti ese vestido, realza tus caderas y enseña lo que tiene que enseñar —sonríe él—. ¿Tienes la invitación? —pregunta.

—En el bolso —lo señalo—. ¿Nos vamos?

—Nos vamos —asiente él, entrelazando su brazo con el mío—. Todas las miradas irán hacia ti esta noche —dice, mientras bajamos las escaleras de su edificio—. Ya eres guapa, pero esta noche estás preciosa, Darah.

Me sonrojo ante su halago, llegando al portal. Él tiene aparcado el coche delante del edificio, ambos nos subimos a él, abrochándonos los cinturones y poniéndonos en marcha hasta el hotel Maslow. Mantengo mi antifaz en mi regazo, lo pondré cuando llegue al lugar, no antes.

Amón intencionalmente pone su mano encima de mi pierna, justo por donde tengo la gran abertura. El contacto de su mano con mi piel desnuda me hace estremecer. Después de aquel día en el que nos besamos, no ocurrió nada más. No lo busqué, él no me buscó. Hicimos como si eso nunca hubiera pasado. En parte me entristece, pero... creo que es lo mejor. Pasaron los días, él y yo seguimos siendo unos buenos amigos y nada más. No cruzamos la línea.

Hasta hoy.

Su mano le da un fuerte apretón a mi pierna, dejando una marca rojiza en ella.

Tu piel es tan blanca... que el mínimo roce la hará enrojecer.

Sacudo mi cabeza, librándome de ese recuerdo, de la voz de Darek, de lo que él estaba haciendo en ese instante. Pero él tiene razón, el mínimo roce hace que mi piel se enrojezca. Amón mantiene la mirada fija en la carretera, conduciendo con tan solo una mano mientras la otra sigue apoyada en mi pierna. Sus dedos trazan dibujos abstractos en ella, acariciando mi muslo interior con lentitud y delicadeza. No puedo decir nada, no le digo que pare porque no deseo que él lo haga. Mi respiración se acelera y miro al exterior, tratando de disimular el efecto de lo que está haciendo en mí.

Su mano abandona mi pierna, volviendo al volante. Otra vez a actuar como si nada hubiera pasado. Me coloco el antifaz al ver que estamos frente un gran hotel, que a deducir debe ser el hotel Maslow. Desde el exterior, parece bastante lujoso. Tiene una forma rectangular bastante llamativa, pintado de color blanco y adornado con detalles dorados, por ejemplo, alrededor de los marcos de las ventanas. Al ser de noche, unos focos amarillos apuntan hacia el cielo, iluminando el edificio con una gran luz.

La psicopatía de Darek [+21] ✓ (Borrador 2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora