44. Eres un monstruo...

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Darah Evans

He dormido un total de dos horas esta noche. Me entretuve culpando a Heather y a Darek por la muerte de mi padre, también llorando su pérdida. Cuando ya no me quedaron más lágrimas que derramar, pude dormir. Tan solo un par de horas, hasta que me volví a despertar y a no poder volver a dormir. Pensé que Darek me enviaría un mensaje para saber dónde estaba, pero ni eso.

—No pienses en él —me aconseja Amón, al verme tan distante—. Si no te busca, no vale la pena.

—Ya, lo sé —le doy una sonrisa a boca cerrada—. Igualmente, tengo que ir a verlo.

—Te puedo acompañar si quieres —sugiere.

—No creo que sea buena idea.

Frunce el ceño, desconfiado.

—Ya sabes, puede ser celoso —me encojo de hombros, mostrando indiferencia.

No le quiero contar que estoy, bueno, estaba con Darek Lombardi. Probablemente lo conozca por las noticias y los atroces crímenes que él ha cometido. Mejor así, no darle explicaciones, ni muchos detalles de lo que ha pasado.

—Como quieras —no insiste—. Suerte con él, Darah —me deposita un breve beso en la frente, antes de irme.

Pequeñas acciones que demuestran un poco de calidez y cariño. Algo desconocido con Darek. Intento que mi mente deje de comparar a Amón con Darek, porque hay una muy clara diferencia. Darek es un psicópata, Amón es una persona completamente normal. Darek es frío y distante. Amón es cálido y... divertido. Son polos opuestos.

Salgo del edificio y avanzo hacia la casa de Darek, tratando de mostrarme fuerte y segura, voy a enfrentarlo, le voy a decir esas cuatro verdades a la cara y me da igual morir en el intento. Necesito desahogarme después de lo que sucedió ayer, quiero gritarle, quiero echarle todas las culpas a él, porque fue el único responsable de todo.

—Darah... no esperaba verte por aquí —me abre la puerta Daryl, asombrado por mi presencia.

—¿Está Darek? —es lo primero que pregunto.

—Sí, en su habitación —se hace a un lado para dejarme pasar.

Ni siquiera me percato de las demás personas que se encuentran en la casa. Subo directamente a la habitación de Darek para zanjar este asunto de una vez por todas. Aunque mi corazón duele por su traición y por todo lo que sucede. Me detengo frente a su cuarto, nerviosa y a la vez llena de ira y rabia. Toco el pomo con la mano y lo giro, de tal forma que la puerta se abre y me encuentro a Darek, de pie, con la mirada fija a la ventana.

Está vestido con un traje negro, que le queda tan bien. Al notar mi presencia, gira su cuerpo y me mira directamente a mí. Sus ojos grises, marcados por una notoria heterocromía, se clavan en mi mirada. Me vio llegar, lo sé, por eso estaba en la ventana, sabía que en algún momento aparecería por aquí.

—Vaya, la desaparecida —dice con una falsa sonrisa en su rostro.

Cierro la puerta tras de mí, para hablar con mayor privacidad. Desvío mi mirada hasta el escritorio de Darek, encima de él puedo observar el contrato que firmé días atrás, el de amo/sumisa. Fui una estúpida al hacerlo, sabía que tras ese contrato habría algo malo. Y ese algo fue la muerte de mi padre.

—¿Por qué lo hiciste? —le pregunto, dirigiendo mi mirada hacia él—. Sabías que Heather estaba armada, pero no hiciste nada para evitarlo.

—Tu padre merecía un buen final —responde con simpleza—. No un final simple y triste, en el cual moriría de un infarto o de algo similar. Reconócelo, con este final se fue de la mejor forma. Un disparo, algo trágico, pero bonito.

La psicopatía de Darek [+21] ✓ (Borrador 2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora