Capitulo 4.

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Stefan se acercó hacia mi mirándome con una mueca, me di media vuelta y continúe con mi camino, venia detrás de mí.

- ¿Puedes ponerme atención? - pregunto Stefan delante de mí, alce mi ceja- Olvida a Valerie, olvida el pasado, quiero estar contigo, que tu estés conmigo.

-Stefan- dije mirando a un lado.

-No, escúchame. Los dos hemos luchado por esto que sentimos por ambos por años, ¿La primera vez que nos besamos y te hice olvidarlo? Egoísta de mi parte, luego sí, me puse muy celoso de Klaus porque fue tu primera vez y ese debía ser yo, lo debí notar desde antes, ahora estamos juntos como novia y novio, yo... de verdad quiero que esto funcione, Maia, hazme el favor y no seamos inseguros de esto porque yo estoy seguro de que lo que siento me sobrepasa a mí mismo más de lo que te imaginas- dijo mirándome a los ojos y una pequeña sonrisa apareció en mis labios.

-Hablas muy bonito- dije soltando una risa, el me miro serio, me acerqué a él- muy bonito de verdad- dije dándole un beso en los labios.

-Tu auto esta por allá- dijo apuntando atrás de nosotros, yo reí- ¿Te ibas a ir caminando?

-Creo que sí, aunque creo que nadie podría robarlo- dije encogiéndome de hombros, el tomo mi mano y conduje hasta la casa de Alaric.

- ¿Por qué aquí? - me pregunto cuando entramos.

- ¿Has dormido en una de las camas de Alaric? Todas son sumamente cómodas- dije mirando el techo- No es que haya estado con Alaric, solo que cuando ya sabes, el murió venia de vez en cuando... cuando Elena me hartaba.

-Y yo que pensaba que ibas a nuestra casa- dijo sorprendido, reí un poco.

-Maia Gilbert es para el pueblo- dije haciendo una pose de diva, el me abrazo tumbándonos en la cama de la habitación de invitados de Alaric, se posiciono encima de mi- Oh no, hoy dormiremos señor Salvatore- lo hice gruñir- Lo siento, esta chica está muy cansada, podre ser vampiro, pero sigo siendo la misma Maia Gilbert que ama dormir.

-Bien, si ya esperé dos años, puedo esperar una noche- dijo depositando un beso en mi nariz. Se acostó a mi lado y nos dispusimos a dormir.

La habitación en la casa de Alaric se abrió dejando ver a Damon en esta mirándonos pícaro, los rayos de sol me molestaron y cerré mis ojos, Stefan soltó un bufido y se enredó en el edredón que nos cubría a ambos, me pare y me hice un moño despeinado.

-Creo que tenemos un problema-dijo Damon, alce mi ceja. Stefan los miro con el ceño fruncido-Los veo abajo en bueno, tómense su tiempo- dijo saliendo de la habitación.

En 10 minutos yo ya estaba bañada y cambiada, bajé y me senté frente a Damon. Mire hacia el suelo y había un cuerpo tirado y sin corazón, alce mi ceja y mire a Damon con los labios fruncidos en una mueca divertida.

-No da risa- dijo Damon mirándome desesperado, Stefan llego y miro el cuerpo para después rodo los ojos.

- ¿Cómo diablos dejaste que esto sucediera? - pregunto Stefan reprendiendo a su hermano.

- ¡Ni siquiera pienses en culparme de esto! No fui yo el que destornilló su corazón- dijo haciendo mímicas con las manos, yo seguía riendo por lo bajo.

-No, solo eres tú quien lo persiguió, lo secuestró ... y técnicamente aún lo retiene como rehén- dijo Stefan desesperado.

- ¡Para recuperar a Elena! - explico Damon.

- ¿Y cómo te está yendo? ¡Porque desde donde estoy parada, ella corre más peligro que nunca porque no la dejas descansar! - dije mirando a Damon severamente, que mencionara su nombre sabiendo que está muerta me causa un poco de conflicto.

Maia Gilbert VII: LonelyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora