Capitulo 8.

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*Una semana después*

Después de enterarme que estaba embarazada, bueno, lo único que hice fue quedarme en casa con síntomas de un embarazo normal, mientras escuchaba los corazoncitos dentro de mí, ello parecía ser los únicos que podían absorber mi magia y eso hacia aún más terrible el hecho de que una vampira este embarazada, bajé a la casa Lockwood y me puse a arreglar el jardín y el patio.

-Lo estas tomando mal- dije hacia Matt, me acerque a él con una mueca- Tu barbilla debe de estar recta, como si estuvieras haciendo una T con tu cuerpo. Alinea tus caderas- lo moví un poco- Sube tu brazo derecho y acomoda el izquierdo.

-Apuesto que puedes hacerlo mejor- dijo sarcástico, yo suspire y me aleje, le hice una seña de que hiciera el tiro dando en el centro. El se impresiono, busque con la mirada ya que el cargaba un arco negro y mire mi arco morado- Si creo que puedes hacerlo mejor.

-Recuerda que me entrenaron para esto, Katty- dije elevando mi arco morado y tomando una flecha para dar justo en el centro, el alzo las cejas- No toques esto- dije escondiendo dos dagas chinas.

- ¿Tu hiciste todo esto? - pregunto mirando el jardín de entrenamiento, yo asentí.

-Pensé que seria bueno distraerme entrenando- dije suspirando.

- ¿Tienes miedo? - me pregunto y apunto mi vientre, baje el arco para mirarlo.

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Me encontraba inquieta, habían pasado aproximadamente dos semanas después de que los bebes habían dado su primera aparición, me pare frente al espejo y empecé a ver el bulto que se comenzaba a formar en mi vientre, suspire mientras pasaba una mano por él. Las vísperas de navidad ya estaban en la ciudad y era obvio que Caroline iba a festejar en grande. Me abrigue bien y baje del edificio para encontrarme con Caroline quien me tendió un café.

-Esta embarazada Caroline, no puede beber café- dijo Alaric detrás de ella y quitándole el vaso de café, hice una mueca y Caroline solo puso un gorro en mi cabeza. Rodé los ojos.

-Estoy bien, Caroline. Gracias- dije caminando con las manos en los bolsillos, mi celular sonó en una llamada con Stefan.

-Ahí estas- dijo suspirando, yo hice una queja- ¿Qué pasa?

-Sucede que ahora tengo barriga- dije mirando al suelo, el rio un poco- Y me estoy sintiendo cada vez peor, mi magia esta descontrolada y tengo esa necesidad de sangre y arrancarle la cabeza a cualquiera que tenga sangre caliente en sus venas porque es mi sustituto de café- dije ahora mirando a un chico fijamente.

-Tranquila, MaiMai. Nunca habíamos visto una vampira- hereje original embarazada- dijo Damon a través del teléfono.

- ¿Segura que no me necesitas allí? - me pregunto Stefan preocupado.

- ¿Para hacer qué? ¿Vienes a aburridas clases de parto? Estás persiguiendo a un idiota inmortal que básicamente mató a tu madre. Eso es mucho más importante. Yo puedo con esto- dije seriamente, empecé a caminar y me detuve viendo el cuello del chico.

- Cariño, ¿Todavía estás ahí? - me pregunto Stefan, parpadee asustada.

-Si, ¿Cómo estás? - pregunte evitando hablar más.

-Estoy bien. Sería mucho mejor si mi compañero de viaje se apegara a la tarea en lugar de detenerse en cada bar por el que pasamos- dijo Stefan, yo suspire pesadamente.

-Bueno, es Damon. Eso acostumbraba hacer cuando éramos pareja de crimen- dije alejándome de las personas.

- ¡Es un recorrido de pubs, Stef! Ese es todo el punto. No seas tan Grinch, o tendrás carbón en tu calcetín- escuché de nuevo a Damon y solté un bufido.

Maia Gilbert VII: LonelyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora