La escuela pt.2

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Las clases ya habían terminado, los niños estaban afuera disfrutando su último recreo y espero a que sus padres llegaran, así que las aulas estaban vacías a excepción de una, la sala mariposa aún tenía a dos pequeñitos, Félix y Christopher.

Chris tenía su cabecita apoyada en la mesa y Lix se encontraba sentado en el suelo justo al frente del Pizarro dibujando estrellas.

-Lix...- rompió el silencio Christopher- ¿no quieres salir a jugar?

-Me gusta aquí.

-Vamos, juguemos Fútbol.

-No me gusta.

-Pero aquí es aburrido.

-Yo no lo veo así, es cálido, mira a tu al rededor, no hay nadie, hay escaso ruido, las ventanas estás cubiertas de todos nuestros dibujos así que la luz que entra es poca y con la luz apagada es un excelente ambiente, ademas mira, tenemos el pintaron para nosotros solos.

-¿Y qué podemos hacer? No somos maestros.

-No sólo sirve para dar clases, sirve para dibujar un mundo, un mundo perfecto, un momento extraordinario.

-¿Cómo cuál?

-Como este, una noche estrellada.

-Algo le falta.

-¿Qué?

-Un campo- Chris camino y tomo el plumón verde obscuro- así mira- dunno dos montañas- también árboles- los dibujo- ¿y qué tal unas mariposas?

-Está bien.

Ambos dibujaron tres hermosas mariposas cada uno.

-Ahora si es un momento extraordinario, ¿no te gustaría estar en un lugar así Lix?

-Me encantaría, acostarme en el césped y ver las estrellas.

-Y yo las mariposas. Entonces, hay que encontrar un lugar así, sólo para los dos.

-Sí.

La puerta del salón se habría dejando entrar un exceso de luz, era la maestra.

-Chicos, ya han llegado sus padres.

Los niños fueron pro sus mochilas y corrieron hasta la entrada. Hay, los esperaban sus padres y la hermana menor de Christopher.

-¿Donde estuviste hermano? Te perdiste de un buen juego con I.N.

-Estaba con Lix en el salon.

-Sí, es que me gusta estar solo.

-Pero estabas conmigo.

-Si... bueno...- fue interrumpido por su padre.

-Lix vámonos.

-Ya voy.

-Nos vemos mañana chicos.

-Bye Felix.

El pequeño subió a la camioneta y su padre le puso el cinturón de seguridad, cerró la puerta y se dirigió al asiento del piloto, arrancaron y pusieron música.

-¿Cómo te sientes papá?

-Mucho mejor, hoy en la mañana fue la señora Jessica, madre de Christopher y Hannah, vino en la mañana y al encontrarme tan enfermo se ofreció a prepararme un caldo y me dio un medicamento.

-¿La madre de mis amigos? ¿Y a qué fue?

-Sip, fue hablar conmigo para que la ayudara a orientarse en el lugar, ella llegó hace poco aquí, a Seúl, antes vivía en Australia al igual que nosotros.

-Sí, algo mencionó Chris a la hora del almuerzo.

-Y bueno, platicamos un rato y salimos a pasear, es una señora muy agradable y llegamos a un acuerdo, yo les llevaré a la escuela y ella los recogerá.

-¿Nos? ¿a mis amigos y a mí?

-Así es, sabes que yo trabajo y si hoy no lo hice fue porque estaba enfermo, pero no me gusta que te quedes tan tarde en lo que yo consigo un permiso para salir y en lo que llega tu abuelita Abi, ni tampoco que te quedes tanto tiempo solo en casa, así que te irás con ellos y te quedarás en su casa hasta que yo salga de trabajar

-Sí, a mí tampoco me gusta quedarme más de la cuenta en la escuela.

-Entonces estos será bueno, no estarás solo y yo me sentiré más tranquilo.

-Está bien.

Llegaron a casa y cualquier otro día su padre se habría ido de nuevo a trabajar, pero ese día no, a Félix no le gustan ver a su padre enfermo, pero en esta ocasión lo agradecía, si no hierba sido por ello su padre y Jessica no hubieran llegando a ese bonito acuerdo y no vería tanto tiempo a sus amigos, además de que compartiría el resto del día con su padre.

La tarde llego y decidieron pedir pizza para cenar mientras veían películas.

A Félix no tardo en vencerlo el sueño y se quedó dormido en la sala; su padre lo cargo hasta su cuarto y reposo el cuerpo del pequeño en la cama, lentamente salió y apago la luz.

Entre gotas y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora