¿estás?

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Lix simplemente se quedó viendo a un punto fijo, pensando una y otra vez en hyunjin, pero, ¿por qué? ¿qué había en él que le resultara tan fascinante? era bien parecido, alto, cabello largo y rubio, su mentón era afilado y su voz era tan suave, pero nada más, no podía ser solo eso lo que capturaba la atención de Félix, ocupaba otra respuesta.

Felix amaba la ciencia, la física, la biología, la astronomía porque todas estas iniciaban en una sola pregunta ¿por qué? y siempre tenían respuesta, al menos una hipótesis, pero no era lo mismo con los sentimientos, odiaba darse cuenta de que estaba sintiendo algo, porque por más que lo analizara no había una razón real, simplemente pasaba y para él hecho de que las cosas pasaran solo porque sí le causaba un colapso mental.

Si bien, había aceptado a Hanna y Bangchan en su vida, eso no daba pie para que alguien más se colara en su mente, no podía ser así, era un intruso en su mente, en cada pensamiento

-¡Basta!- apretó su cabeza contra la almohada y gritó fuerte contra ella- ya, ya no quiero pensar en ti, sal de mi cabeza- le suplicaba a la silueta de Hyunjin en su cabeza.

Como un imán su pensamiento lo atrajo, Hyunjin llamaba a su teléfono.

-No puede ser, me niego a contestar- estaba eufórico, ansioso y confundido, y aunque lo último que quería es volver a hablarle para matar ese sentimiento, no tenía el corazón para no tomar su llamada- Hola- no hubo respuesta- Hola- repitió Felix y la llamada se colgó, Lix volvió a gritar en su almohada.

Pocos segundos después de su llamada le llegó un mensaje de Hyunjin "¿Estás?"- No, no estoy para tus juegos, sólo déjame- pensó en ignorarlo, pero no pudo la curiosidad lo picaba por dentro, llamo a su teléfono-Llamas y luego cuelgas y me dices que si estoy, ¿Qué si estoy para qué?- se notaba molesto.

-Perdóname, tú voz ahoga mis palabras y me deja navegando en su dulzura.

Los ojos de Felix menguaron como la luna, sus mejillas estaban rojas, su corazón se aceleraba ¿por qué?.

-No trates de jugar conmigo- aunque calentaba su corazón, su mente no, no era racional su comportamiento, no lo conocía, no quería hacerlo.

-No lo hago, ¿estás? es una noche perfecta, estoy a dos cuadras de tu casa, ¿puedo?

-¿Qué se supone que haría contigo? no puedes llegar solo así a mi casa.

-Sí, sí puedo- Lix escucho un ligero eco en sus palabras- ¿Cómo se supone que suba hasta allá?- ese eco otra vez, era él, estaba abajo con su bicicleta.

-Eres el príncipe, soluciónalo- colgó.

Hyunjin suspiro, merodeó frente a la casa buscando como llegar hasta arriba, la casa tenía toda la parecer del costado y una pequeña parte del frente cubierta de una enredadera que se sostenía por una maya de madera, rezaba porque eso soportará su peso, tomó una flor del jardín del padre de lix y como pudo empezó a escalar.

-¡Aquí, Julieta! junto a esta maceta- dijo estando arriba recitando a Shakespeare- tú eres mi flor- le dio aquella bella flor, Felix en su interior quería seguir su juego y reírse un poco, pero no sabía cuál debería de ser su reacción apropiada, además de que sabía cuál era la siguiente escena en esa historia- solamente tú no me vayas a tirar Julieta.

Eso sí hizo reír a Félix, le dio su mano para que Hyunjin terminara de subir.

-Y esperemos que no llegue mi padre.

-¿Que haces aquí arriba?

-Tenia planeado ver las estrellas y una película con un amigo pero no pudo venir y honestamente ya no quería bajar, me gusta estar aquí arriba.

-Es muy hermoso- miro al cielo- vives muy lejos de mi casa, pero al menos donde estás no hay tanta contaminación, este tipo de cielo no se disfruta en la ciudad.

-¿Y tú que haces acá?

-Pues estaba pensando en ti, te robaste mi sueño y necesidad de descanso y vengo a recuperarlo. 

-¿De qué hablas?- Felix podía amar la  poesía, pero no comprenderla. 

-La única manera de regresar el aliento a mi pecho era viéndote, sabía que no podría descansar sino lo hacía, sé que parece precipitado e impulsivo y tal vez tonto, pero lo necesitaba Lix, no sales de mi cabeza. 

Lix quedo atónito, ¿que quería decir todo eso? le molestaba su impulsividad, necesitaba al menos un día de anticipación para que alguien le dijera que iba a verle, pero él, solo llego, era molesto, no era el plan de Felix estar con él justo ahora, sin embargo, no le incomodaba su presencia, pero si sus palabras, era un loco hablando sin sentido, sus palabras calentaban su corazón y era incomodo.

-Ya me viste, ¿vas a irte ahora? 

-La hospitalidad no es fuerte pequeño, si me lo permites me gustaría quedarme aquí contigo, no tenemos que hablar o hacer algo, solo déjame pasar aquí la noche. 

-¿Y si mi padree te ve?

-Me iré antes de al amanecer. 

-Imposible, se despierta antes de que salga el sol y se va a las 5 de la mañana a trabajar, quédate, solo no hagas ruido y nos vamos mañana juntos a la escuela. 

-Gracias lix. 

Felix solo cerro sus ojos suavemente y esbozo una tenue sonrisa  y se encamino hacia las escaleras cuando sintió que algo le rodio la cintura, era Hyunjin abrazándolo por detrás y hundiendo su cabeza en el cuello de lix. 

-¿Qué estás haciendo? 

-Guardo tu aroma en los laberintos de mi mente, para poder encontrarte. 

Felix solo tomo sus brazos y se zafó de él. 

-Disculpa si te incomodo, pero todo en ti me parece fascinante, no te bajes quédate conmigo, déjame conocerte. 

  

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⏰ Última actualización: Jul 31 ⏰

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Entre gotas y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora