"Gris"

Capítulo 1 "Mi estúpida vida"

Otro día más, otro amanecer. Personas que, probablemente, ya corren entusiasmadas por todos lados y como es natural aquí me encuentro, observando el aburrido techo de la aburrida habitación. Es lunes, uno de los días que más odio de la semana, junto con los otros seis días.

¿Dónde estoy? Pues en segundo año de la universidad, sin ganas de poner un pie en el suelo. La primer clase de la mañana es Filosofía, un viejo gordo, el Señor Flores, además de un compañero de mesa que se queda dormido babeando, odio mi vida. Las cosas para mi compañera de cuarto son totalmente diferentes.

Ella se llama Amor, es un año menor que yo y es la más popular de la escuela, desde que puso un pie en ella. Dos chicas más, que también son populares la acompañan: Soledad y Regina. En este momento arregla su conjunto rosa, ¿su primer clase?, pues no tiene, la primera hora de la mañana la dedica a ensayar con el grupo de baile.

Amor y yo somos todo lo contrario, empezando por el nombre,yo me llamo Gris, sí, así es, no es una broma. No entiendo como a mis padres se les ocurrió semejante nombre. De un lado de la habitación puedo observar un letrero en neón que dice: Love. Además, hay una cama vestida de rosa en su totalidad, con un oso de peluche gigante sobre ella, una mesa de estudio con varias carpetas, una bolsa de chocolates y su parte del clóset, llena de artículos de moda y chicos guapos.

Ahora vamos a mi parte, no es muy difícil describirla, una cama pequeña de sábanas negras y una mesa de estudio con varios libros. No me molesté en personalizar nada, al final estamos de paso por aquí, no vale la pena. Mi compañera nota que estoy despierta, bueno, al menos, en ocasiones me mira y hasta hay días en los que intenta entablar una conversación conmigo. Recoge su bolso floreado, saca su llavero de unicornio y antes de salir decide hablar:

-Me voy-la miro con un gesto de no me importa y ella cierra la puerta de un tirón.

-Patética-hablo en voz bastante alta, un poco furiosa.

No la odio, pero desde que llegó a mi vida lo único que hace es recordarme que no existo, con su cabello rubio de novela, ojos azules, piel blanca, buen cuerpo, todo lo que usa la favorece, talento, además muy alta. Yo soy una buena para nada, con mis pecas, mis ojos verdes detrás de gafas, mi aburrido y corto pelo negro, bajita, mi ropa ancha, ya les digo, somos todo lo contrario.

Todos la observan, mientras yo, no soy notada, bueno, sólo en ocasiones, cuando Alba y sus amigas me molestan; ella es la segunda popular de la escuela, no puede desquitarse con Amor, así que lo hace conmigo, como somos hermanas. Ah, no les había dicho eso, sí, mi compañera de cuarto y yo somos hijas de los mismos padres, otros que también me odian por alguna razón.

Les explico un poco, llegué al mundo y pasé el único año de mi vida perfecto, la alegría de la casa, de mis abuelos. Mamá no podía tener hijos, así que decidieron llamarme Gris. Según ella para recordar que la vida puede ser mala y por eso hay que aprovecharla, yo fui su bendición, hasta que la vida decidió sorprenderla con Amor.

Los médicos le dijeron a mis padres que yo era un milagro, pero cuando llegó mi hermana, fue más que eso, se convirtió en la razón por la cual mi madre se sintió una mujer de verdad y mi padre el hombre más afortunado. La vida no solo les había dado una, sino, dos hijas. Fue un parto difícil, más que el mío, mi hermana casi muere, tuvieron que hacer una cesárea de última hora, bastante urgente, por lo que casi se quedan sin tiempo.

Es por eso que, le dieron toda la atención a ella, tenía problemas para respirar, no caminó hasta los dos años, yo a los diez meses ya lo hacía. Los médicos hicieron pruebas y más pruebas, pero no encontraban nada. Ahora resulta que es más que normal, es popular y talentosa, hasta baila. Es según mis padres un ejemplo para mí, a pesar de yo ser la mayor. Todo el tiempo se olvidan de que también soy su hija y los necesito.