Enamorada de su recuerdo (Itachi Uchiha).

Capitulo 10

Los hokage ya se han marchado y mientras tanto yo me quede a "cuidar" el cuerpo del criminal que aun esta en su genjutsu eterno. Es mas probable que muera por hambre cansancio y falta de chakra a que salga de este mismo.
Es un ser orgulloso y arrogante, tal vez mucho mas que cualquiera al creer que tiene el poder y superioridad que orochimaru su maestro.

-       ¡Byakugan!.- Activo el dojutsu y logro encontrar con facilidad sus torrentes de chakra que estan muy alerados, parece que le va a dar un paro cardiaco.

Con suavidad tomo posé preparada para calmar el chakra del chico, empiezo a golpear en todos sus puntos sin perder alguno, en especial en el rostro que da a el cerebro.
El sudor cubre mi rostro, doy varios pasos hacia atras tocandome la frente y retirando mis fluidos agotada.

-          Vamos despierta, ¡apresurate a salir Kabuto, necesito tu ayuda!.- Frunso el seño.- ¡Maestro!.

Solo quise alivianar su cuerpo, su tensión y su presión para que le resultara mas facil salir.
Me reincorporo cuando veo que este pestañea rapidamente y cae al suelo jadeando.

-       ¿Donde estoy?.- Alza la mirada bastante confundido y se mira las manos.

-         ¿Ya estas lo suficientemente consiente para ayudar en la guerra?.- Alzo una ceja.

-       ¿Quieren que les ayude?.- Se agarra la cabeza.- Ya te recuerdo, mocosa hyüga.- Me escanea con la mirada.- Cumpliste te misión, pero no de la manera esperada, has crecido bien.

-        Estas bien, confio en los metodos de Itachi.- Le ayudó a relajarse con chakra en el cerebro.- Es una larga charla Sensei, pero ahora en resumidas cuentas Lord Orochimaru está ayudando así que yo seguiré mi camino ninja.

Camino despacio y le ofresco mi mano que dudo en agarrar, al final la toma no muy convencido; Ya parado se sacude el polvo y acomoda sus lentes.

-        ¿Que necesitas Hyuga Izaya?.

-          Necesito que me conviertas en un Eddo tensei, es la unica manera de poder ayudar, el cuerpo humano es frágil... Si solo puedo dar todo de mi sin temor a morir y fallar, eso estaria perfecto.

-Necesitas estar muerta.- Recalca.

-Lo se, pero no me podré ir. Yo he perfeccionado el Eddo tensei no desapareceré, ni nadie. Solo necesito algo de tiempo par detener a Madara.

(...)

Arrastro con ayuda del peliblanco un cuerpo de un shinnobi y lo dejamos en el bosque ya alejados de la aldea de la hoja.

-         Ahora solo falta que muera, ¿no?.

-        Es correcto, recuerda que no hay vuelta atras Izaya-San.

Ruedo los ojos, tomo un Kunai y apunto a mi cuello.

-      Dame un cuerpo hasta mi cien por ciento de poder.

Atravieso mi cuello, corto la yugular y jalo con fuerza hasta el otro extremo, el dolor es insoportable.
Mi vista se nubla veo la sangre correr a chorros como fuente de un rio y de repente solo siento frio, oscuridad, sobretodo la soledad infinita.

No dura mucho cuando empiezo a sentir mi cuerpo ser formado y me levanto tomando una bocanada que no necesito al estar ya muerta.

-       Listo, ahora eres todo un Eddo tensei.- Recargado en un arbol muy agotado.

Miro mis manos que se ven frajiles como si varias capas de papel fueran pegadas y puestas con una piel falsa encima.

-          Se lo que piensas.- Me interrumpio.- Pero el cuerpo es fuerte con este jutsu prohibido, si te cortan te regeneraras, incluso si fue destruido todo de ti. La unica manera de desaparecer como sabes... Es que te sellen.- Se quedó pensativo.- Aunque ya no creo que funcione el sellado, aunque eso tú ya lo sabes.

-        Me voy.- Trueno mis dedos con mas seguridad en mi.- No olvides que soy tu alumna además de ex súbdita de la serpiente. Todo lo que me enseñaron y aprendí por mi cuenta no ha sido en vano.

(...)

Traslado mi nuevo cuerpo y me examino en lo que avanzo hasta el lugar donde se encuentra madara. Es impresionante como no me siento fatigada, no respiro y cualquier dolencia qué tuviera siendo un ser vivo allá desaparecido.
No mucho antes de llegar me topo con algunos shinobi que me reconocen al instante y se quedan asombrados. Solo se me acerca una.

-          Izaya.- Comenta mi compañera del trabajo.- ¿Que te paso?.- Lleva sus manos a su boca con horror.

-          ¡Yuna! No es lo que parece.-  Comienzo a explicar.

-          Estás muerta, joder. ¿Que no acaso ya detuvieron el Jutsu?.

-         Pedí que me transformaran en un Eddo tensei. Necesito usar mi cuerpo al máximo sin cansarme.

-         Pero Izaya... cuando termine tu ya no vas a regresar.- Se acerca y me abraza sin temor.- Tu y yo somos colegas, amigas que va.- Me agarra de los hombros y sonríe.- Yo se que no lo harías sin tener una buena razón. Estoy contigo.

-          Gracias Yuna.

Nos marchamos juntas y no tardamos mucho en llegar, tras de nosotras venían los demás del equipo de forenses de Konoha. Seguramente los mandaron para extraer información de los cuerpos que estaban por todos lados.
Va a ser una tarea bastante pesada para ellos cuando termine la guerra.

(...)

No pudieron seguirme el paso fueron atrapados por el Tsukuyomi infinito.

Analizó la zona en la parte más alta y todos están luchando contra una chica de cabellos blancos y ojos tal cual Byakugan. Dejo atrás a Yuna y llego sorprendiendo a los presentes en especial a la mujer que me mira con curiosidad.
Después les ayudaré a liberarse de esos capullos.

-      Izaya, te ordene que no te metieras.- Se callo cuando vio mis ojos.- ¿Que hiciste?.- Volteó a ver sonriéndole a Itachi.

-      Qué bonita.- Escucho frente mío, en un mili segundo estaba ahí viéndome tal cual un bicho raro.- No eres Otsusuki.- La mujer de cuernos se mira aliviada.

Con un deje de aburrimiento se va y me deja con la cara perpleja.

-          Esto no es para primerizos.- El Uchiha menor me mira cansado.- Véte.

- ¡Sasuke!.- Regaña el mayor.

Comienzan a pelear de nuevo con la mujer y una chica de pelo rosa capta mi atención.

-        Sakura-San.- Me posicionó a su lado.- Como colegas médicos de diferentes ramas, pido amablemente que no me detenga. ¡Byakugan!.

Ojiverde abre los ojos cuando la chica se abalanza sin temor a la diosa.

-        Pero qué chica ¡Shanaroo!.- Corre tras de ella.