Mary Wang

Krel Tarron

𝙼𝚊𝚛𝚢

Me desperté por el sonido de mi alarma, me senté en la cama y la apagué. Siempre era la misma rutina, arreglar la cama, tomar una ducha y ponerme bonita, desayunar y luego ir a la escuela.

— Buenos días Mary Jane.—

— ¿Papá?— Miré la hora en el reloj de la pared del comedor.— ¿No deberías estar en el trabajo?—

Papá se iba muy temprano y regresaba muy tarde, prácticamente no lo veía en todo el día, me había acostumbrado a estar sola, era extraño que estuviera aquí.

— Me llamaron de tu escuela por tus calificaciones, dijeron que estás demasiado distraída durante las clases y ya es fin de curso.—

— Yo...— No sabía que decir, no podía excusarme, en clase siempre estaba con mi teléfono o me perdía viendo a cierto chico latino.

— ¿Que pasó contigo Mary Jane? Antes eras la mejor en todo.—

Agache la mirada. Por un segundo creí que se había quedado en casa para desayunar conmigo como una familia, pero no, solo se había quedado para regañarme.

Mi padre siempre había sido estricto conmigo, tenía una lista de reglas que debía cumplir, y cada una era mas absurda que la anterior. Él me había enseñado que debía ser perfecta, tener buenas notas, aprender idiomas, música y ballet, él se enfadaba si fallaba, nunca me había castigado, pero su mirada de decepción era castigo suficiente para mi. Jamás alcanzaría las expectativas de mi padre.

— Sube al auto, te dejaré en la escuela.—

— Pero...— Ni siquiera había comido.

— Sube al auto Mary Jane, no me hagas repetirlo.— Odiaba que dijera mi nombre completo.

Tomé mis cosas y subí al auto sin quejarme. Cuando llegamos a la escuela me despedí de mi padre y entré.

Todos estaban cuchicheando por los pasillos ¿Que había pasado? ¿Había un chisme escolar y yo no me enteré? ¿A caso estaba en un universo alterno o algo así?

— Oigan ¿Qué está pasando?— Me acerqué a Clara y a Darci.

— ¿No te enteraste? Secuestraron a Steve y a los Tarron, pero lograron escapar.—

— ¿Qué?— Parpadee un par de veces sin saber que decir o como reaccionar.

— ¡Ya están aquí!—

Cuando vi a Krel solo pensé en correr a abrazarlo y asegurarme de que estuviera bien, pero Clara se había adelantado y ya estaba sobre él.

— ¿Están bien? Steve dijo que los secuestraron y que estrellaste un avión.—

— Estamos bien, y no me estrellé, fue un aterrizaje de emergencia. Ahora sueltame, estás ahogándome.— Krel bromeó y alejó un poco a Clara. ¿Como podía estar bien? Él y Aja tenían golpes muy visibles en el rostro.

— ¡Steve, dijiste que no le dirías a nadie! ¡Lo juraste con tu meñique!— Aja le dio un pequeño golpe en el brazo a su novio.

— Tranquila mi amor, tu secreto sigue a salvo, sólo saben del secuestro, era demasiado épico para no contarlo.— Steve besó la mejilla de Aja y ella sonrió.

— ¿Sabes lo que significa ese beso en Cantalupia?— Él chico negó con la cabeza. — Significa que te gusto.—

— ¿A si? En ese caso...— Steve comenzó a repartir besos por todo el rostro de Aja.

— ¡Espera, espera, el beso en la frente significa otra cosa! Harás que me meta en problemas.—

— Bien, luego tendrás que explicarme eso de los significados.—