Mi salvación eres Tú

Capitulo 38: El baño

Victoria ❤:

Despierto emocionada. Estoy ansiosa por que llegue la noche. Voy al baño y hago mis necesidades, me visto y bajo a desayunar.

Tomo mi desayuno y no veo a la señora allí. Que raro de seguro anda haciendo algún mandado.

— Hora de ir a la escuela.

Bufo cojiendo mi mochila y las llaves del auto.

Voy saliendo de casa a por mi carro y me entretengo viendo unas rosas en la puerta de salida. "Y eso de dónde salió" Las recojo y las miro extrañada. Son bonitas. Por un momento me imagino que a lo mejor Christopher decidió hacer algo lindo por mi y las envió

Christopher 💙:

Un golpe en mi espalda hace que abra los ojos de golpe. Miro la habitación con los ojos abiertos por el susto, pero me calmo cuando veo a Antonella cruzada prácticamente en toda la cama. A regañadientes me la bajo de encima para salir de la cama he ir a darme un baño. No sin antes limpiar la sangre seca del piso.

Con pereza de ir hoy al instituto bajo las escaleras para encontrarme con Antonella de brazos cruzados en medio de las escaleras. Suelto un suspiro y miro hacia arriba reuniendo paciencia.

—Te quitas?— pregunto

Ella niega, yo levanto una ceja— ¿Qué? Tú qué, qué tramas?— inquiero cruzandome de brazos

—Sin querer escuché cuando le decías a Tori lo de la mascota. Puedo ir con ustedes, tu sabes que me encantan los animales y por tu culpa no me dejan tener— hace un puchero

—Antonella Muller, hazme el favor de quitarte. Hoy es día de instituto, además no me culpes de que tu ahogaras a ese pobre canario— me defiendo dando un paso.

Ella abre la boca como si lo que dice fuera tan ofensivo.

—Solo quería saber si aguantaba la respiración!— exclama— Dime que sí— junta sus manos a modo de suplica.

Niego— Me diste el plan perfecto para hoy, gracias por lambona— paso por su lado.

—¡Me las pagaras, juro que te haré lo mismo que a ese animal!— la escucho gritar, cierro la puerta y me voy directo al parqueadero para sacar la camioneta he ir a la casa de Tori.

— Roguemos que no se haya ido aún al instituto

Condusco hasta su casa y una ves llegó aparco fuera, me bajo y veo a Victoria en la entrada. Pero algo que ella tiene en sus manos me llama la atención. Camino hasta estar más cerca de ella y hablar.

—¿Quién te las dio?— enarco una ceja

Me da un fuerte abrazo y me besa.

— Que gracioso Chris. La broma no te pega, pero gracias por las flores me gustaron.

Le correspondo el abrazo sin entender que esta diciendo.

—De que broma hablas? Acabo de llegar por ti y te encuentro con un ramo de rosas, ya dime quién te las dio y si debo ponerme celoso o no?— pregunto serio

— Pensé que eran tuyas. Si no fuiste tú, entonces quién fue?

Me separo de ella para mirar más de cerca el ramo. Veo un pequeño sobre blando que asoma de una de las rosas, sin permiso lo tomo y lo leo:

Me gustaría que aceptes este pequeño obsequio como ofrenda de paz por mi parte. Espero poderte ver pronto. Att: Adam

Arrugo la carta en un puño. Miro mal a Victoria— ¿Adam? ¿Adam Dumont? Es serio Victoria, no me lo puedo creer— río sin gracia pasando una mano por mi cabello para desordenarlo