Capítulo 3

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Cristopher 💙:

La semana comienza de nuevo y con ella mi aburrimiento, siento un dolor desagradable en mi cabeza. La semana pasada tuve una fuerte discusión con Antonella, donde ella me repetía lo odioso, egoísta y desagradable que era, no me molestó que me dijera las dos primeras, pero la última me dio rabia, ella intento golpearme en varias ocasiones por lo sucedido en la cafetería con su amiga Victoria, no entiendo que en tan poco tiempo le haya cogido tanto cariño a esa niña.

— Demonios, me duele demasiado— me quejo, mientras camino en dirección a la cancha, es uno de mis lugares favoritos para estar solo.

Siento la presencia de alguien más en el lugar, extrañamente encuentro a Victoria.

Victoria❤️:

Estoy sentada en las gradas de la cancha de fútbol. A pasado una semana desde la discusión con Cristopher en la cafetería. Yo no entiendo los cambios de humor tan bruscos de éste. Tampoco he visto a Antonella y eso me tiene preocupada.

— Donde diablos estará, ni siquiera me contesta los mensajes —  digo molesta

Me concentro en el dibujo que hago y trato de darle más color

— Adonde voy ahí te encuentro, ¿cómo debería tomar eso?— Cristopher se cruza de brazos y coloca su sonrisa más cínica

—¿Qué quieres ahora? Has extropeado mi tranquilidad.

Tapo rápidamente el dibujo. No es necesario que él lo vea.

—¿Donde está Antonella?— digo rápido y algo molesta

Da un paso atrás por mi reacción tan repentina.

— Bájale dos rayas al tono de voz, y Antonella...— se rasca la barbilla fingiendo pensar— ¿muerta? ¿Desaparecida? Ambas pueden ser ciertas, ¿cuál crees tú que sea en realidad?— Levanta una ceja

— Ninguna espero que sea. ¡Dime qué le pasó!— Anto es mi única Amiga

— Me produce dolor de estómago y ganas de vomitar esa preocupación tuya, Antonella esta en casa, enferma, ¿felíz? Ya sabes que le paso, niña— desvía su vista a la cancha

— ¿Enferma? Porque no me dijo nada, llevo días escribiéndole sin respuesta de su parte — Me levanto molesta y dejando caer la libreta— Que estúpida fui pensé que...

De su bolsillo Cristopher saca el teléfono de Antonella

—  Este puede ser el motivo de que no obtuvieras respuesta. ¿Qué pensaste? ¿Ah?

Arrugo mi entrecejo, él no debería tener el teléfono de ella, eso es extraño. Casi rozando lo psicópata. Dejo de darle vueltas a eso, son primos de todos modos.

— Pudiste haberme respondido y decírme que ella estaba enferma— Le reprocho

Miro la libreta en el suelo y rezo porque él no la mire. Disimuladamente me voy agachando para recojerla

Sube unas escaleras para estar a mi altura

— No quise, además Antonella me debe muchas, puede ser que esté empezando a cobrarlas desde ahora — suspira—  Termina de decir..."Que estúpida fui pensé que"— me pide

— Que me estaba ignorado— me desconsentro mirándolo un segundo desde allí abajo, sacudo mis cabeza espantando todo tipo de pensamientos. Cuando estaba por tomar la libreta él fue mas rápido y la recogió. Mi expresión se transforma a una de asombro.

— ¡Devuélveme la libreta ahora! ¡No veas nada!— Me estiro para tratar de quitarsela

— ¿Qué? Acaso te gusto o por qué me dibujaste? — aparta rápidamente la libreta

Mi salvación eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora