SUBWAY

Destinados.

Narra Ae:

Cuando escuche como Pete se iba para traerme algo, me volví loco, la habitación esta casi destruida, mi aspecto es horrendo, mi ropa está rota.

Como pude corrí al baño por una toalla, me duche en menos de 1 minuto con agua fría y el jabón en barra que estaba para manos, era obvio que la habitación no tuviera nada porque claramente nunca la usan, salí con la toalla enredada y empecé a intentar ordenar los muebles que mi lobo destruyo, solo había una cajonera que definitivamente se destruyó y la puse debajo de la cama, y hablando de la cama, como pude la cubrí con las cobijas rasgadas, era eso o que vieran la cama totalmente mordida.

Cuando Pete volvió pude oler que traía pasta en mantequilla y carne en su jugo, no creí que mi olfato se desarrollaría tanto, pero no esta solo, hay un olor a kiwi cerca, pero muy débil... Entonces escuche la puerta, como abrían todas las cerraduras y mientras esperaba le susurre a mi lobo:

-Suficiente es que vea lo mal que me veo y la habitación que destruimos que claramente tendré que pagar, asi que mas te vale callarte, y si viene una ola de calor, pobre de ti e intentas algo indecente.

Las olas no solo me afectan a mí, mejor repítetelo tu solito, maldito virgen.

Cuando la puerta se abrió, vi a Tin, y lo pude oler, el huele a kiwi... Y detrás de el estaba un sonrojado Pete cargando una charola con comida.

Yo estaba hasta el fondo de la habitación en una silla, y al momento de levantarme Tin me apunto con un arma.

-Si caminas hacia aquí, estas muerto, asi que ahí quédate. Te pondremos comida en la mesa y nos iremos.

No podía creer que me tratara cual perro, y sentía como mi lobo quería gruñir pero no podía dejarlo, no cuando soy el intruso aquí, pero lo sorprendente fue escuchar a Pete, fue quien gruño.

-Baja eso Tin, o te juro que la charola va terminar en tu cabeza rebotando un millón de veces.

Tin de mala gano bajo el arma, pero siguió mirándome, entonces Pete lo paso y cuando dio un paso a la habitación pude olerlo tan fuerte que mi lobo aulló. Mierda...

Ahí viene una ola.

-Ammm, te traje comida y agua de sabor, pero también una botella, supongo tienes mucha hambre, y bueno... Creo te traeré ropa después.

Cuando dijo eso se puso más colorado y bajo la mirada, yo no pude evitar sonreír, Pete dejo la charola en la mesa pero...

-Tin... Cierra la puerta, quiero hablar con él, a solas.

Tanto Tin como yo gritamos un -¡No!

Tal vez diferentes razones, pero me estoy poniendo muy caliente, y me da miedo convertirme en un imbécil.

-Pete, no, es mala idea, solo vámonos.

-Yo también no creo sea buena idea...

-Tin, cierra, estaré bien, él no me hará daño.

Lo dijo justo cuando nos miramos a los ojos, y pude ver sus ojos dorados...

-Pete... En serio, no creo que...

Ni siquiera termino de hablar Tin, cuando Pete se dio la vuelta, lo empujo y cerro.

Yo me quede totalmente quieto en mi lugar, aunque me sentía tan caliente, no dejaría que mi lobo me gane en esto.

Se escuchaba como Tin intento empujar la puerta pero Pete simplemente se recargo y me miro.

-¡Solo unos minutos Tin! ¡Largo!