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capítulo 39

Cuando Remus regreso a la casa, siguió las voces y risas a la planta alta para ser recibido con una almohada en la cara cortesía de Sasuke que se sonrojo en el acto y agacho la cabeza, mientras Sirius le revolvía el cabello al chico avergonzado.

- ¡buen tiro! - al parecer el animago se las había arreglado para entretener a los niños mejor de lo que esperaba.

- ¿Cómo esta la niña? - Sasuke se recupero rápido y notó que la pequeña no estaba con el hombre que la había dejado y en quien había confiado.

- esta bien, se tiene que quedar en el hospital hasta mañana pero estará bien y pronto regresara con nosotros - todos se pusieron felices de escucharlo y antes de que algo más se pudiera decir o hacer y perder la atmosfera alegre, siguieron con los juegos y las risas.

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Llegaron de una manera muy especial al lugar que tanto querían ver y al que anhelaban regresar, ese lugar era Konoha, donde estaba el lugar del peculiar grupo.

Estaban en el patio trasero de la casa Uzumaki.

Antes de que se terminaran de recomponer de su caída por la llegada, escucharon risas y gritos alegres de la planta alta, y por una de las ventanas salió volando un cojin, que Ra reconoció como uno de los de su habitación, seguido de un pantalón que Naruto identificó de inmediato como uno de sus favoritos y que termino colgando graciosamente de la cabeza de Itachi.

- bueno, al parecer han cuidado bien de nuestra casa - Shiro no pudo evitar sonreír, a pesar de todo Sirius y Remus estaban allí para sacarle una sonrisa cuando menos lo esperaba y más lo necesario.

- entremos - Ra recogió el cojín y se dirigió a la puerta, Naruto tras el pero sin quitarle los pantalones de encima a Itachi, que se las arreglara él.

Shiro negó con la cabeza antes de ir con los niños tirando al shinobi con él en el camino hacia la puerta delantera de la casa, por alguna razón solo la ventana por la que estaba caído las cosas estaba abierta, todo lo demás estaba bien cerrado.

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De todas las cosas que esperaba encontrar definitivamente, esta no era una de ellas.

Sarutobi estaba asombrado de ver a quienes se suponía que no estarían en la aldea en la casa frente a él; mucho más asombrado al ver el estado en que estaban dichas personas por no mencionar que además venía entrando a la casa junto con los otros tres, su ninja desaparecido, Uchiha Itachi.

De acuerdo a los informes para evitar problemas de cualquier tipo decidió darse a conocer a las personas en la casa y llamo a la puerta, una cabeza se asomo por la ventana, era Black-san, quien le saludo con la mano.

- ¡Hola! ¡Ahora bajo! - luego de eso se volvió a meter y se escuchó un grito de sorpresa, risas, un golpe, silencio, más risas y mas fuertes; quejas en ese idioma que no entendía que se hacían más fuerte conforme la persona se acercaba a pisotones a la puerta.

- ¿en que puedo ayudar? - le dijo al viejo Hokage sonriente, frotándose la cabeza donde se veía un golpe creciente y muy reciente.

- yo… - carraspeo para aclarar su voz, de alguna manera no quería saber que había pasado - necesito ver al Lupin-san, Uzumaki Shiro-kun y Uchiha Itachi-kun

- ah, claro llegaron hace poco, pase, pase - Sirius lo guió a la sala y lo dejó allí mientras iba por los mencionados que se reían aún a costa suya en la habitación en la que estado jugando hasta ahora, la habitación de Naruto que miraba el desastre asombrado, vale que el no era fanático del orden pero esto lo había llevado a otro nivel.