Capítulo 6: Viaje al Callejón Diagon

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"Regular"
'Pensamientos'
"Lengua pársel"
"Lenguaje de los muertos"
"Ser forma"
'Enlace mental'

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Cuando llegó el undécimo cumpleaños de Harry, se emocionó más y más con cada día que pasaba. No solo volvería al único lugar al que llamaba hogar, sino que también podría poner en práctica sus planes de venganza y divertirse un poco al hacerlo. Estaba tan increíblemente feliz que apenas le molestaban los Dursley. Por supuesto, todavía tenía que hacer sus quehaceres de enfrentar el castigo, pero era solo por unos días más. Después de su cumpleaños, Harry podría ingresar oficialmente al mundo mágico como un niño inocente. Quizás Rita podría incluso hacerle un favor y escribir un artículo muy atractivo.

También podría mudarse de esta temida casa llena de sus familiares. Harry de ninguna manera se había olvidado de su padrino, Sirius Black.
Al ver que era un niño pequeño en ese momento, no pudo hacer mucho por la inocencia de su padrino, pero pudo susurrar en algunos de los oídos de los altos mandos del Ministerio. Harry iría a Gringotts tan pronto como recibiera su carta. No solo podrían proporcionar su información sobre sus bóvedas y herencias, sino que también podrían solicitar (o más bien exigir) un juicio para el infame Sirius Black. Incluso si el Ministro se negaba, todo lo que tenían que hacer los goblins era mencionar la situación de que el Niño-Que-Vivió no tenía adónde ir, y Fudge aprovecharía la oportunidad de ganarse su confianza.

El 31 de julio, Harry recibió su carta de Hogwarts. Después de que su tío le exigiera que fuera a buscar el correo, Harry se guardó el sobre con el sello de Hogwarts en el bolsillo antes de regresar a la cocina, entregando las facturas de la familia.

Harry fue rápidamente a su armario debajo de las escaleras para examinar su carta. Mientras abría el sobre, sintió que la magia trataba de infiltrarse en su sistema, como si fuera una enfermedad que intentara infectarlo. La muerte, acostada en el nido que había hecho para sí mismo, voló rápidamente hacia el hombro de su Maestro solo para notar las diversas compulsiones en la carta. Agitó su ala sobre la carta para borrar toda la horrible magia.

Harry estaba tratando de calmarse y alejar la magia extranjera cuando la puerta de su armario se abrió. La muerte desapareció de su hombro hasta detrás de él en algún lugar. Sin esperar la repentina intrusión, Harry perdió su enfoque en deshacerse de la compulsión que ahora estaba colocada dentro de él. Maldijo y maldijo en voz baja cuando sintió que se ponía la tensión sobre su magia.

"¿Qué estás haciendo aquí, muchacho?" Vernon preguntó en voz alta. Debe haber escuchado toda la conmoción de las dos magias interactuando. "¡Se suponía que debías limpiar los platos!" Al ver que estaba oscuro, el gordo no pudo ver al cuervo sentado en la esquina del pequeño espacio. "¿Y qué es eso y-" se detuvo cuando su rostro se puso pálido. Conocía esa carta. Su Petunia dijo que solo los fanáticos los tenían, y él no tendría un monstruo en su casa, no señor.

"Volveré después de la cena," intentó decir Harry con calma. El control de su magia era bastante incómodo, y no había forma en el infierno de que se quedara aquí por más tiempo.

La cara de Vernon ahora era de un color muy violáceo, pero eso no le impidió gritar a todo pulmón. "¡AHORA LO VE AQUÍ MUCHACHO! ¡NO TENDRÁ FRACASES VIVIENDO EN MI CASA, Y, SI TENEMOS QUE HACERLO, LE PODREMOS A TOMAR ESA LOCURA! ¿LO ENTIENDE?" El hombre había arrastrado a Harry al pasillo de la casa para mostrarle a su esposa e hijo el fenómeno que vivía debajo de las escaleras. Trató de patear al hombre grande, pero sus piernas eran demasiado cortas para llegar por encima de todos los rollitos de grasa.

Ante el sonido de los gritos, Petunia prácticamente corrió hacia la puerta de donde venía toda la conmoción. Dudley se quedó en la puerta de la cocina mientras observaba en silencio. Su papá nunca se había enojado tanto antes, incluso cuando el monstruo hizo algo mal...

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