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Al día siguiente por la mañana, Winifred llevaba a Roger a la universidad. Ambos, como era costumbre, hablaban durante todo el camino mientras la radio sonaba de fondo hasta llegar a su destino.

Una vez Roger se encontraba ya en la entrada del instituto, se despidió con la mano de su mamá mientras veía como el auto se alejaba hasta perderse de su vista, entonces se dispuso a caminar hacia su aula a paso relajado. A fin de cuentas aún quedaba algo de tiempo para que la campana sonara.
En el trayecto se topó con un par de personas que lo saludaron. Lo cierto era que realmente no conocía nadie mas que a Dominique y a un par de los amigos de la chica, que aunque solían hablarle bien, no pasaban de ser solo compañeros.

Realmente extrañaba a John

Aquello no dejaba su mente durante todo el día, cuando miraba a sus alrededores y no conseguía la presencia de su mejor amigo. Y es que en realidad hechaba de menos la época en la que ambos iban juntos a clases y luego pasaban la mayoría de los días el uno al lado del otro.
Desde que habían pasado de etapa apenas y se veían, y aunque eso no había afectado su amistad de ninguna manera, realmente fue extraño –y algo triste– pasar de verse todos los días a estar juntos solo los fines de semana

Ese día en partículas había mucho en que pensar.
Entre ese constante "hecho de menos a John" y ahora el "¿Qué carajos voy a hacer respecto a la carta de Brian?", Roger no podía estar más distraído. Y es que se sentía paranoico por varias razones.

Sentía que todos lo sabían; que todos habían leído la carta ya y que en cualquier momento llegaría la policía a buscarlo para hacerle preguntas. Realmente no quería pasar por esa mierda de nuevo.
Claro que aquello se trataba de una broma pesada de su cerebro. Claramente nadie sabía, pero lo ocurrido le había dejado una marca tan grande en su interior que le resultaba inevitable no tener miedo.
Además de que algunas dudas surgían.

¿Qué tal si no era Brian quien le había escrito?

¿Y si era una broma?

Roger dudaba de todo. Era algo que hacía inconscientemente desde que todo había ocurrido.
Le costaba confiar en cualquier cosa, así que esto no sería la excepción pues, aunque obviamente la letra de aquel escrito pertenecía a su novio, no había un remitente que confirmara la identidad de quien le habia contactado, y a pesar de que se decía a sí mismo que lo anterior de debía a que Brian no iba a arriesgarse a ser descubierto, sus dudas seguían ahí.
Después de todo, desconfiaba por una razón, y esa era las burlas y bromas de las que había sido víctima durante los 4 meses posteriores al juicio.

Eran demasiados temas en los cuales pensar por lo que apenas prestó atención a la realidad por intentar encontrar repuestas y, cuando menos se dio cuenta, ya era hora de regresar a casa.

Nuevamente la rutina lo consumía.

🐇

A John le gustaba su nueva vida.

Los primeros días fueron algo extraños pues, de una día para otro, tuvo que verse en un lugar completamente diferente al que había vivido toda su vida, haciendo cosas totalmente diferentes a las que estaba acostumbrado. Sin embargo, no tardó en acoplarse a su nueva rutina, y aquello simplemente le gustaba.

Desayunaba con Freddie todos los días y luego este lo llevaba a la universidad en la que lo había inscrito para retomar sus clases, para después irse rápidamente al trabajo.

Al finalizar el horario académico, John regresaba caminando a casa y preparaba la comida pues Freddie llegaba dos horas después. Así que lo esperaba para poder comer y luego pasaban el resto del día juntos

A John realmente le gustaba su nueva vida.

O le había gustado hasta que la primera semana terminó.

Fue entonces cuando la realidad lo golpeó y se dio cuenta de que no podían pasar todo el día juntos, así que tenía que hacerse a la idea de que Freddie también tenía cosas que hacer, aunque eso no evitaba que la curiosidad despertara en su interior por saber qué era lo que su novio hacia que le tomaba tanto tiempo.

Y es que John se sentía culpable por pensar mal tan rápido, pero era comprensible pues todo resultaba demasiado sospechoso.
Freddie hablaba por teléfono a escondidas por las noches y salía de vez en cuando sin decirle a donde iba. Evadía la preguntas de John y solo sonreía cuando este se quejaba.

—¿Johnny?— Escuchó la voz de su novio llamándolo, pero antes de que pudiese responder, el mayor llegó hasta donde se encontraba —Ahí estás, cariño— Saludó Freddie con una gran sonrisa, entrando a la que inicialmente era una habitación extra, pero que decidieron convertir en un despacho donde el menor pudiese hacer sus tareas y proyectos

—Hola— Saludó del mismo modo, dejando su tarea de lado para mirar al mayor

—Voy a salir— Anunció, haciendo que la sonrisa se borrara del rostro de John, dejando un puchero en su lugar

—¿Me vas a dejar de nuevo?— Se quejó, cruzándose de brazos

—Tengo que ir a hacer unas cosas... pero no tardo—

—Eso dijiste ayer— Freddie caminó hasta él y se puso en cuclillas apoyándose en sus muslos

—Ya sé, y lo siento—

—¿Por qué te vas todos los días?—

—Amor mío, estoy ocupado—

—¿Haciendo qué?— Freddie sonrió y se estiró hasta llegar a sus labios, dejando un beso corto en ellos. Era obvio que no quería decirle, de nuevo evitaba sus preguntas como siempre solía hacer.

—Te prometo que no tardo— Le dijo, levantándose lentamente cuando se separaron y el menor volvió la vista hacia lo que estaba haciendo, comenzando a escribir de nuevo

—Bien— Respondió restándole importancia, y luego de unos segundos sintió un peso en su espalda y los brazos de Freddie rodeándolo desde atrás, a la par que algunos besos eran dejados en su cuello.

—No te molestes conmigo, bebé— Murmuró entre casa beso, haciendo que la piel de John se erizara —Vuelvo antes de que termines con eso, ¿Si?—

—¿Me amas?— Preguntó dándose girandose para verlo y este sonrió con ternura

—Oh, no seas tonto... Claro que te amo— Se besaron cortamente —No tardo, amor—

—Te espero — Dijo resignado y el mayor acarició su mejilla antes de irse

John no quería preocupar a su madre por cual no le había dicho nada aún. Se había dicho a si mismo que nadie más se enteraría de la situación hasta que sus sospechas fueran confirmadas, o en su defecto, desmentidas.
Además de que había acordado no llamar sino hasta que todo estuviera estable en su nueva vida y esto ciertamente era un bache en el camino.

𝟐.ᴀɴᴏᴛʜᴇʀ ᴡᴏʀʟᴅ || ᴍᴀʏʟᴏʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora