Capítulo 7: Problemas

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-¿Una arena de entrenamiento?- preguntó confundido el chico de los ojos ámbar.

-Increíble ¿no?- soltó con una gran sonrisa la pelinegra.

-No negaré que luce genial, pero ¿Acaso venimos a presenciar un combate?-

-Eres demasiado ingenuo Zuko, nosotros seremos los que combatiremos- le decía mientras le empujaba entusiasmada para entrar a la zona asignada. -Ya la renté por la próxima hora, así que hay que aprovechar cada minuto-

-¿Segura que esto es lo que quieres hacer? ¿No te gustaría hacer algo más divertido?- intentó persuadirla.

-No seas cobarde, te prometo que esto será divertido- le golpeó con gran fuerza en el hombro para motivarlo, pero el chico aun seguía dudando que fuera buena idea. -Vamos te prometo que no dolerá, bueno al menos no mucho- comenzó a reírse al pensar como se convertiría en su nueva víctima.

-Pero Toph...- intentó interrumpirla, pero la chica le contestó lanzando una gran roca.

-Ya es suficiente de palabrerías, será mejor que actúes rápido o esas rocas se impactaran en tu rostro- la chica reía mientras continuaba atacando. El muchacho de la cicatriz solo se limitaba a evadir todos sus ataques.

Aunque no hubiera guerra, la presencia de un maestro fuego en BaSingSe llamaría mucho la atención y ciertamente era algo riesgoso.

-¡No seas cobarde y ataca!- le retaba incrementando la intensidad de sus ataques. Ya que la pelinegra no era consciente de la situación en la que se encontraba el maestro fuego.

-No es cobardía- decía intentando evadir la ráfaga de rocas que acaba de lanzar la chica.

Aunque Zuko entrenaba en su palacio, ya no poseía la misma condición que cuando aún estaba la guerra. Entonces le era difícil seguirle el ritmo a la maestra y algunas rocas lograban rozar o impactar al chico, especialmente porque había comenzado a cansarse.

La destreza y gran habilidad de la maestra había comenzado a llamar la atención de la gente de los alrededores. Y aunque Zuko solo evadía lo ataques, todos estaban impresionados por el gran espectáculo que representaba aquel combate.

La gente aplaudía y gritaban emocionados por los hábiles ataques de la pelinegra.

-¿No te parece que ha sido suficiente?- sugirió Zuko, ya que ciertamente era cansado solo defenderse y correr evadiendo sus ataques.

-No mientras sigas escapando. Eres hábil al esquivar mis ataques, pero aun puedo hacerlo mejor... y si te rehusas a contraatacar te prometo que dolerá- la sonrisa maliciosa de la chica preocupaba al maestro fuego.

En un rápido movimiento la chica rompió unos barrotes que se encontraban en la arena.

-Así que has perfeccionado tu metal control-

-Y no solo eso, estoy por abrir mi segunda academia en BaSingSe- le dijo orgullosa, mientras comenzaba a deformar aquel metal y crear varillas.

-Te felicitaría apropiadamente, pero temo lo que harás con esa cosa- dijo brincando para evadir un cráter que había hecho la chica para atraparlo en la tierra. Sin embargo, el pelingro no se dio cuenta que era una distracción, ya que tan pronto colocó sus pies en el suelo, las varillas comenzaron a intentar envolver su cuerpo.

El logro desviar algunos de aquellos metales con una patada, pero eran demasiado delgados y fuertes por su composición metálica. Entonces al estar absorto evitando ser amarrado por aquellas varillas, no se percató de la gran roca que venía sobre él, hasta que estaba apunto de impactarlo.

En un movimiento rápido utilizó su fuego control para librarse. La chica sabía que el poder de Zuko era suficiente para ser un digno rival por lo que nunca se contuvo, y había estado molesta al notar como su amigo reprimía su fuerza.

Lava: Entre la fuerza de la Tierra y el Fuego. Toph & ZukoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora