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¿Qué debía hacer ahora? No lo sabía, pero terminó yéndose a casa por un repentino malestar estomacal. Y allí estaba en su cama mientras su papá Kook acariciaba su cabello.

-Mi amor... -susurró el pobre omega afectado por el cansancio de su dulce cachorro- Dime, ¿te pasa algo más?

-Appa... -Jimin lo miró, con sus ojos rojos he inchados por el llanto anterior- ¿Cómo supiste que querías a papá?

-Oh, cielo... ¿Te gusta alguien? -sonrió levemente sin dejar de acariciarlo.

-No lo sé -sus ojos volvieron a cristalizarse y Jungkook acarició sus mejillas suavemente.

-En realidad yo tampoco lo sabía, y fue un poco difícil -el pequeño rubio miró a su padre- Él no hablaba y yo era muy tímido, pero fue gracias a Seokjin que pudimos hablar y comenzar nuestra relación. Y mira, ahora tengo dos hijos preciosos -río levemente y frotó su nariz con la de Jimin, este último sonriendo débilmente.

-¿Y qué sentiste?

-¿Hmm? Al principio solo me pareció atractivo, después... Con las charlas ocasionales por no decir diaria, me pude fijar en lo atento y sincero que es, aquello hizo que me fijara en él aún más, también su aroma, por su puesto. Me sentía nervioso y cómodo al mismo tiempo, y cada vez que lo veía mi corazón se agitaba de felicidad haciendo que sonríera vivamente -miró al rubio, quien se veía pensativo.

Al cabo de un par de minutos, Jimin se levantó rápido caminando en dirección al baño seguido de su padre y vomitó. La preocupación en el rostro de Kook era evidente, y aquello era normal. Habían ido al médico hacía unos minutos y no tenía ningún síntoma de enfermedad, eso solo podía significar algo: le había pasado algún acontecimiento emocional que no le sentó bien y por ello su cuerpo tenía esa reacción, una recaída.

Cuando terminó, Kookie lo acompañó de nuevo a la cama y lo acostó dejándole descansar, rápidamente se durmió. Y está vez no soñaría nada, o no lo recordaría en lo absoluto.

Pasaron bastantes días, su teléfono estaba lleno de mensajes y llamadas de sus nuevos amigos, pero sobretodo de alguien en concreto. Jimin estaba recostado sobre el regazo de Jungkook viendo una película, porque sí, su padre se pidió unos días libres para cuidarle.
La pantalla de su teléfono se encendía de forma intermitente, dejando ver el nombre de esa persona.

-Cielo, deberías hablar con él -suspiró con algo de pesadez, estuvo insistiendo todos los días sin resultado.

-Hmm... Está bien -se levantó y agarró el teléfono yendo a la cocina.

Miró la pantalla donde se veían multitud de notificaciones con el nombre "Sehun" en todas ellas, además de las de "TaeTae❤💖✨". Pero sobretodo había de Sehun, donde le pedía mil veces disculpas por lo que pasó. Un pequeño suspiró salió de sus labios.

Una llamada. Solo una y bastaba. Cuando marcó algo aburrido y acercó el móvil a su oreja, no se dió cuenta de que lo hizo mal y cuando cogieron la llamada escuchó a una chica.

-¡JIMINNIE! -casi queda sordo al escuchar a Rose en el otro lado de la línea, mentalmente se dió una bofetada por no haber mirado a quién marcó.

-Hola, Rose...

-Cuanto tiempo, ya pensaba que te olvidaste de nosotros -rió levemente por las ocurrencias de su amiga.

-Pero si hablamos todos los días, y ayer hicimos llamada -sonrió, y juró que notaba desde ahí el puchero de Rose.

-Bueno, da igual, necesito que me cuentes chisme de lo que haces por Seoul, ¿conociste a alguien? ¿Un chico lindo? -no pudo evitar sonrojarse al escuchar aquello y que en su mente apareciese Taehyung de forma inmediata.

-... -no sabía qué contestar, y por su silencio se escuchó a Rose gritar con emoción.

-Oh Dios mío, no lo puedo creer... Cuéntamelo todo, ¿cómo es? ¿Tienes alguna foto? ¿Es majo? ¿Sois amigos? ¿Desde cuando te gusta? Venga, dime. ¿Os habéis besado? ¿Está bueno? ¿Cuántos años tiene? ¿Cuál es su tipo de sangre? ¿Y su signo zodiacal? -frenó a Rose, sentía que su cabeza explotaría con tantas preguntas.

-Rooose, basta, no hagas tantas preguntas o me voy a marear -frotó el puente de su nariz.

-Uy, perdón, pero es que no me cuentas nada, creía que éramos mejores amigos. Aish, da igual, tenía que regañarte por algo -Jimin quedó confundido.

-¿Regañarme?

-Sip, Hoseok me dijo que estás faltando mucho a clase por una pelea de hace días, y que te enfermas te y volviste a vomitar. Asi que dime por qué demonios no nos contaste nada -su voz era seria, y eso le daba miedo al rubio, porque su amiga cuando se enfadaba se volvía un demonio, igual que su padre Kook.

-Umm... Bueno, es que me puse un poco ansioso, pero no estoy vomitando adrede, realmente estuve con fiebre... Y la pelea que hubo... Estaba por intentar arreglarlo, el chico que se peleó con mi amigo me estuvo pidiendo perdón, y a mi amigo igual... Aunque no parece que haya ningún progreso -suspiró.

-Mi pequeño Jimin, ¿te has metido en un duelo entre grupos populares? Sabes como son esas cosas, ¿no recuerdas lo que pasaba aquí? Cada vez que había una pelea, los alfas se volvían locos y terminaban en el hospital -un tono preocupado se hizo presente.

-Lo sé, pero no te preocupes, aquí no es como allí, no se sacan los colmillos y sus peleas son más verbales que otra cosa -sonrió levemente.

-Bueno, me fio de tí, aunque no me queda claro, ¿con quienes te llevas? Digo, amigos y eso.

-Pues... La verdad que con los dos grupos, aunque siempre estoy con uno, y en el otro no sé porqué las omegas me miran tan mal... Con los chicos me llevo bien -se quedó un poco pensativo mirando al centro de mesa de la cocina.

-Eso se llama envidia, mi amor -se escuchó una carcajada- Pero bueno, me imagino que el chico que te gusta se junta contigo, ¿verdad?

-... -otro silencio.

-¿Verdad? -una risa nerviosa.

-Pues... Dígamos que... Es el manda más del otro grupo... Y se lleva fatal con mis amigos... -susurró con miedo.

Y ahí comenzaron las dos horas y media más largas del mundo donde Rose discutió con Jimin y dijo... Bastantes malas palabras.

Después de todo, las amistades de mejores amigos eran así, uno se enamora del típico chico malo, y el otro se enfada diciéndole que no desperdicie así su vida.

Soulmates? (VMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora