"Viernes"

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Después de lo de ayer, ninguno habló del tema ni quiso contarme al respecto sobre lo de Jinyoung. Dijeron que no era nada malo, solo que no le gusta que hablen de ello y les da miedo ser golpeados por él.
Preferí esperar a que Jinyoung me lo contara, no es agradable que te presionen a hablar de algo que no te gusta...

Hoy, al despertar e ir al baño, me quedé mirando a un punto fijo. Una báscula. Llevaba más de un año sin tocarla estando solo, me acerqué a esta, quité mi ropa y después de vacilar por unos minutos, me subí. Miré hacia abajo, 58 kg... He subido 26 kg en un año...
Me bajé de la báscula y fui al espejo y de nuevo logré observar a aquel chico de Busan, ese que todos repudiaban... Al que todos odiaban.
Me metí a la ducha tratando de sacar todos esos pensamientos que una vez me dominaron. Salí yendo a mi habitación. Me quité la toalla dejándola extendida sobre la cama para así empezar a vestirme. No había ninguna etiqueta en la ropa, todas habían sido cortadas.
Pasé mis dedos por mi clavícula, cintura, rostro, estómago y caderas. Solté un gran suspiro mientras negaba con la cabeza y me vestí.

Me puse una jersey gris que me quedaba enorme y unos pantalones negros. Recogí mis cosas para hoy y una bolsa de deporte que llené con unas zapatillas, ropa de cambio y cosas para limpiar. Miré el reloj, marcaba las 5:25 de la mañana. Bajé y preparé el desayuno antes de que despertase el resto. Desayuné y salí corriendo de casa en dirección al instituto, hoy quise llegar pronto y no esperé a que me trajeran, así que dejé una nota en la mesa para cuando appa Kook se levantara la viese en la mesa.

(...)

Por suerte, este instituto abría realmente pronto porque en seguida los profesores venían a planear las tareas del día. Nada más entré, saludé al conserje tan amable de todos los días y llegué al pasillo aquel.
Entré y dejé las cosas escondidas en el montón de mesas, saqué lo de limpiar y me puse a ello. Estuve una hora y media limpiando y colocando todo perfectamente, el otro día no pude hacer mucho. Coloqué las mesas en una pared simulando un escenario, tan solo había diez mesas y no ocupaban mucho, las sillas las amontoné en una esquina, puse las barras de ballet mejor colocadas haciendo que estuvieran bien alineadas y la bolsa que había dejado bajo las mesas para limpiar la sala, la guardé en una pequeña taquilla encontré en el pasillo tirada junto al resto de mesas y demás.

Una vez colocado todo, quise comprobar las otras aulas, pero estaban totalmente cerradas o eran inaccesibles debido a un montón de objetos bloqueando las puertas desde dentro. Después de todo el trabajo que hice, salí de ahí y me dirigí a mi clase.

(...)

La mañana pasó más tranquila de lo que esperaba. Los chicos seguían haciendo sus pequeñas peleas y jugando, pero Jackson se veía aún molesto por lo de ayer... Miraba a Sehun con completa rabia, y este le miraba de la misma manera, lo sé porque estaba en medio de ellos podía notar esa batalla telepática entre ambos.
Nunca pensé que diría que no quería llegar a la hora del recreo. Mientras salíamos de clase para salir al patio, Jackson y Sehun se iban dando empujones y miradas asesinas. Mientras, Momo y yo tratabamos de mirar a otro lado sin reír.

Al llegar a la cafetería, cada uno se fue con su grupo. Nosotros nos fuimos a una mesa a jugar a las cartas y los otros se fueron a la mesa de siempre en una esquina a hacer lo que sea.

–¡UNO! –Nayeon gritó después de un largo rato- ¡Por fin!

–¡Has hecho trampa, unnie! –Jihyo la acusó.

–Que mal perder tienes Jihyo –Nayeon se abanicó con la carta y Jihyo se cruzó de brazos.

–Bueno, ¿qué más da? Sigamos jugando, tengo que acabar el libro –Jinyoung se quejó rodando los ojos.

–¡Uno! –gritó Yugyeom al poco rato, mientras, JB lo miraba mal, tenía 14 cartas porque Yugyeom no dejaba de ponerle +4.

Estábamos en círculo, unos estaban sentados sobre la mesa, y estábamos en el siguiente orden: Mark, Nayeon, Jihyo, Jinyoung, Yugyeom, JB, Momo, Jackson y yo.

–Me toca –habló Momo después del turno de JB– Gané –mostró sus manos vacías.

–¿Eh? No puede ser, ¿cómo ganas siempre? –Jackson la miró sorprendido.

–No es verdad, Jimin acabó antes que yo –me señaló y se giraron a verme con la boca abierta.

–Nunca había visto a alguien acabar antes que Momo... –me giré y vi al chico de ayer de la pista de fútbol, Dokyeon. Momo se levantó y lo abrazó– Oh, cariño, ¿cómo es que te han ganado?

–Jimin es muy bueno en el juego –le regaló una sonrisa.

Momo y Dokyeon llevaban dos años de pareja, pero Momo no tenía marca aún porque quiere esperar a terminar la universalidad.
Jaebum sale con Youngjae, un chico del grupo de Tae, son destinados y llevan juntos tres años.

A Momo y Dokyeon les va más ir por su lado independientemente, mientras que JB y Youngjae a veces se iban juntos o ambos se colocaban a la vez en la fila de la cafetería para comprar lo que fuese, también a veces, JB iba a la clase de Youngjae para verlo. Eran parejas muy diferentes.

Después de platicar un rato, volvimos a clase, llegó la hora del almuerzo, todo transcurrió bastante tranquilo hasta la hora de salida.
Fui corriendo hacia la parte de atrás del instituto, donde estaba el aparcamiento para los profesores, a esa hora no había nadie, todos salían por la parte de alante. Entre unos coches vi un brazo haciendo señales para que me acercara y ahí vi a un Taehyung agachado que tiró de mí para escondernos.

Salieron unos profesores que se iban a casa. Después de que se fueran, Tae y yo empezamos a reír.

–¿Por qué me dijiste de quedar aquí? Podríamos haber quedado en otro lugar –reí leve.

–Es porque los chicos me iban a estar siguiendo todo el día para que vaya con ellos... –sonrió.

–Pero habrán notado que no fuiste a casa, ¿no? –asintió– Ven –le extendí mi mano y la cogió.

–¿Adonde iremos? –preguntó una vez comenzamos a ir de nuevo al instituto.

–Encontré un escondite –sonreí y le llevé conmigo hasta el pasillo.

Nos colamos y él miró el lugar.

–Esto está algo sucio...

–El pasillo no es lo importante, y baja la voz... –susurré y él asintió de nuevo hasta llegar a la sala, donde se puso a mirar todo.

–¿Lo has limpiado tú? Esto es enorme... –miraba a todas partes y yo reí un poco.

–Sí, llevo dos días limpiandolo, me lo encontré ayer –caminé hacia la bolsa en la taquilla y la saqué. Por otro lado, Tae se sentó en el suelo apoyando su espalda en la pared mientras me miraba.

–¿Qué vas a hacer?

–Me voy a cambiar –le miré.

–¿A cambiar? ¿Has traído ropa? –asentí.

–Sí.

–¿Para qué?

–Ya lo verás –sonreí y le dije que se quedará donde estaba para luego ir a cambiarme.

Soulmates? (VMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora