2O. FURIA

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2O— FURIA —

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2O
— FURIA —

El frío viento chocó con el rostro de la castaña, ocasionándole un escalofrío que le recorrió la espina dorsal

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El frío viento chocó con el rostro de la castaña, ocasionándole un escalofrío que le recorrió la espina dorsal.

—No puedo creer que hayas bebido más de la mitad de la botella de tequila —reprochó ella, intentando sostener de una manera más cómoda a su amigo ebrio junto a ella.

Alex había encontrado a Adam tumbado en el suelo del estudio del señor Martin, con una botella de tequila al lado, mientras susurraba cosas como "no soy un ladrón, ni un perdedor", palabras que parecían ser producto de, además del alcohol, las alucinaciones que el ponche de Lydia ocasionó en todos ahí.

—Yo tampoco, espero... que Lydia no me mate cuando se entere —respondió él entre hipos y tambaleos— parecía... una colección costosa —agregó recargando su cabeza en el hombro de la chica, que al instante se quejó.

—El estúpido kanima será quien nos mate a ambos si no nos apresuramos a salir de aquí.

Alex estaba nerviosa, se preguntaba si Jackson y Matt realmente se habían ido, por lo que no podía evitar mirar a su alrededor en busca de ambos monstruos, mientras intentaba llevar a Adam hasta la parada más cercana para llamar algún taxi y así poder dejar a su amigo en casa para que así ella pudiese alcanzar a su padre, Stiles y Scott en la comisaria.

Mientras la chica y su mejor amigo seguían su camino hacia el patio delantero, los tres adolescentes recién llegados tenían una improvisada reunión en la cocina del hogar de la rubio fresa.

—¿Una criatura que parecía una lagartija gigante? —El pálido muchacho observó perplejo a sus dos amigos frente a él— ¿Cómo sé que no me estás tomando el pelo, Kalen?

El aludido rodó los ojos y dirigió su mirada a la pelinegra a su lado para hacerle una seña y confirmara lo que él le había informado al incrédulo líder del grupo.

—No está mintiendo —aclaró, captando la atención del chico que pasó a cruzarse de brazos y fruncir su ceño—, nunca había visto algo así, ni siquiera en las clases del señor Ray.

ALEX ; Isaac LaheyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora