Sentimientos Encontrados (Terminada)

Capitulo 22

<<Narra Poché>>

Estuvimos un rato más abrazadas,
completamente desnudas, después de
habernos dado un poco más de placer. Calle se volvió a colocar encima mía y me besó dulcemente.

-Te quiero muchísimo, amor. - dijo contra mi boca. Nunca me cansaré de ti.

Sonreí y acaricié sus costados. Era increíble cómo Calle me podía hacer sentir cosas maravillosas con tan solo escuchar dos simples palabras juntas, saliendo de su boca.

Moví nuestros cuerpos y me puse sobre ella. Atrapé sus muñecas con mis manos y las subí sobre su cabeza. Bajé mis labios a su cuello y dejé muchos besos húmedos sobre él. Calle suspiró, como siempre vaya. La miré con dulzura y sonreí tontamente al ver su preciosa sonrisa. Caí sobre su cuerpo y me abracé a ella.

Estuvimos otro rato más así en silencio, hasta que, de repente, me levanté. Calle me miró extrañada y yo la miré con una sonrisa de lado.

-¿Adónde vas? - preguntó atónita. - Con lo bien que estaba así contigo.

-Voy a la ducha. ¿Te vienes, canaria? - dije guiñándole un ojo.

Calle me sonrió pícara y asintió. Salió de la cama rápidamente y atrapó mi mano. Después tiró de mí y nos metimos en la ducha comiéndonos a besos.

Fui la primera en salir de la ducha, ya que mi novia quería ducharse tranquilamente después de haberla comido enterita a besos.

Salí desnuda del baño y me dispuse a
prepararme, porque Calle me había dicho que me quería llevar a dar una vuelta por la playa de Tenerife.

Mientras me estaba poniendo el pantalón, el móvil de Calle empezó a sonar: le estaban mandando muchos mensajes. Al principio pasé un poco de él, pero al estar todo el rato sonando, pensé que sería algo importante.

La verdad es que durante el trayecto en el avión su móvil también había estado sonando constantemente. Calle lo miraba de reojo, pero nunca contestaba, prefería estar dándome mimos.

Iba a ver quién era el que estaba mandando tantos mensajes a mi novia, pero de repente la puerta del baño se abrió y Calle apareció envuelta con una toalla y su pelo recogido.

La miré de arriba a abajo con una sonrisa de lado y me mordí el labio inferior al fijarme como una pequeña gota bajaba por su cuello.

La morena se acercó a mí y me besó. Su intención era apartarse de mí después de besarme, pero no la dejé porque coloqué mis manos en su cadera y la pegué a mí.

La besé de nuevo intensamente y me
deshice de su toalla. La canaria se sonrojó y se apartó de mí dándome un empujón. Cogió su toalla del suelo y me fulminó con la mirada.

-Ya está bien, ¿no?

Reí y me acerqué a ella.

-Lo siento, es que no puedo parar de pensar en ti y ver tu bonito cuerpo a todas horas.

Calle rió y negó con su cabeza.

-Al final te vas a cansar de mí por verme tanto tiempo.

-Imposible. Me gustas tanto que nunca me cansaré de mirarte.