capitulo 10

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Narra Poché

Me dormí con una sonrisa en la cara después de una ronda de besos que habíamos iniciado después de besarnos por primera vez. Estaba feliz, muy feliz. Antes de dormirme del todo, volví a mirar a Calle. Su cara estaba relajada, adornada también por una tierna sonrisa. Sus pelos estaban algo despeinados, ya que no pude evitar enredar mis dedos en ellos mientras nos besábamos. Sus labios estaban un poco hinchados, y sus mejillas coloradas. Simplemente, estaba preciosa.

Me acurruqué en sus brazos, colando mis brazos bajo su camiseta. Cerré los ojos y respiré su aroma. No estábamos desnudas, porque no habíamos llegado a nada más que besos y caricias por todo nuestros cuerpos.

Ni yo misma me creía que después de besarla no hubiera empezado a desnudarla rápidamente, cosa que siempre hacía después de enrollarme con alguna chica.

Con Calle había sido totalmente distinto. La besé con cariño, con amor. La besé como nunca antes había besado a alguien... Bueno, sí que besé a otra como a Calle, pero no quería recordar aquellos tiempos.

En cuanto noté mis labios sobre los de ella, Calle colocó sus manos en mi cintura y profundizó el beso. Sonreí en el beso, porque ahora mismo era la persona más feliz del mundo.

Suspiré al recordar cada segundo de aquel momento. Puede que estuviera siendo demasiado cursi, pero esa sensación de felicidad por haberla besado, no la había sentido nunca.

Cuando me desperté, busqué a Calle con mi mirada, sin embargo no la encontraba. Apoyé mi cuerpo sobre mis brazos y vi que a los pies de la cama estaba la camiseta que le había dejado para dormir perfectamente doblada. Lola dormía al lado y al notar mi movimiento, abrió un ojo. Me levanté, preocupada. ¿Se había ido?

De repente, vi que en la mesa de mi
escritorio estaba su móvil. Suspiré, Calle seguía aquí. Pensé que a lo mejor habría bajado a la cocina a comer algo. Cuando
fui a abrir la puerta de mi habitación,
escuché que el grifo de la ducha de mi baño estaba abierto. Apoyé la oreja en la puerta y escuché cómo la puerta de la ducha se abría y la voz de Calle tarareando una canción.

Sonreí y miré el pomo de la puerta. Después coloqué una mano encima de él y abrí la puerta lentamente. El baño estaba lleno de vapor y no podía ver muy bien. Pude ver la figura de Calle dar un bote y tapar su cuerpo desnudo con una toalla morada que había a su lado.

Me acerqué a ella con una sonrisa divertida, hasta que la tuve enfrente y pude verla cómo me miraba con los ojos abiertos y sus brazos por alrededor de sus pechos, sujetando la toalla para que no se le cayera.

-¿Qué haces? - preguntó atónita. - ¡Me estaba duchando!

No la contesté, tan solo la miré de arriba abajo.

-¡Poché! -dijo Calle sonrojada. - ¡Deja de mirarme!

-¿Por qué? - sonreí divertida.

-No sé... ¡Pero no lo hagas!

Miré a Calle y reí al ver que estaba roja como un tomate. Me fulminó con la mirada, pero al estar tan colorada me produjo muchísima ternura.

-¿Puedes irte?

-¿Por?

-Quiero vestirme.

Sentimientos Encontrados (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora