Estoy sentado leyendo el periódico, mastico pan viejo y me agobio ante la torpe idea de intentar descubrir el porqué de mi existencia.
La leche expira mañana, el queso tiene hoyuelos verdes y mi mamá está perdiendo la memoria.
Nada más trágico, pero lo peor de todo, es que quizás me esté volviendo loco.
Me gusta imaginar lo que nadie imaginaría, el espacio y a veces me descubro contemplándome a mí mismo volando entre las galaxias.
Me gusta escapar, aunque no pueda correr de mis obligaciones(porque es lo que me toca hacer).
Otros ratos, cuando la angustia existencial ataca de repente, hago garabatos en papel para luego arrojarlos al cesto de basura.
Hoy pasé por un centro comercial, y noté que mientras toda esa gente compraba ropa costosa, afuera un mendigo apenas quería unas monedas para pan.
Económicamente hablando, no les entregaba la culpa a los consumidores. Si tienes dinero, comprar es genial.
Pero... En cuanto al mendigo.
Será su culpa su situación?
Preguntas como éstas surgían en mi mente.
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Un loco y su realidad
Teen FictionLa temeraria historia de Frank Berent, un oficinista cuyo sueño en la infancia era ser un poderoso empresario, se ve truncada su carrera con el divorcio de sus padres. Comienza a mantener a su madre y a su hermana menor, Memy. Tras una realidad dur...
