This Song Is For You

Mine

-You are the best thing, that's ever been mine- Taylor Swift

Un chico se encontraba en una cafetería, leyendo con el ceño fruncido, tratando de encontrar el material suficiente para su investigación. Estaba tan estresado, llevaba ya dos tazas de café, y aún así, podía sentir que se dormiría en cualquier momento.

— ¿Quieres más café? — escuchó el pelinegro, haciéndolo alzar la vista y topándose con un chico, suponía que mesero del café. Su cabello era un tono de morado, no muy claro, pero tampoco muy oscuro, era muy atractivo, y su rostro iba acompañado con una sonrisa amigable.

— Ehhh — vaciló, viendo su taza, ahora vacía — Si, ¿por qué no? No creo que una más me mate. — rio un poco

— No lo creo — se unió a su risa el chico — Pero si puede ser nocivo, a la larga.

— ¿No se supone que tú deberías venderme café?— alzo su ceja — Con este comentario podrías hacer que deje la cafeína, y sería un cliente menos para esta cafetería

— Puede ser — dijo divertido — pero necesitaba un motivo para hablarte más allá de ¿quieres más café?

— Vaya, eres directo — dijo el pelinegro impresionado

— Cuando quiero algo, voy por ello — alzo los hombros — Soy Minho, mesero a medio tiempo y estudiante de medicina, tercer grado.

— Impresionante — dijo honesto el otro chico — Soy Jisung, estudiante de leyes a tiempo completo, segundo grado.

— Vaya, vas a la mitad — Minho lleno la taza del pelinegro — Eres un año más chico que yo, tengo 21

— Yo 20 — dijo simple y restándole importancia — ¿Quieres sentarte?

— Lo siento — dijo Minho apenado — Mi turno aún no termina, y como puedes ver — hizo un ademán con las manos — estamos llenos

— Una lástima — dijo Jisung divertido, mientras bajaba la vista a su libro, continuando su lectura.

— Pero que te parece si te invito a cenar, mañana, ocho en punto, en Dolce Italia, pasó por ti, y yo invito — dijo seguro el de cabello lila, sin perder la sonrisa

— ¿Cómo se que no me secuestraras? ¿O me asesinaras? — bromeó Jisung 

— Tendrás que confiar en mi — le dio una sonrisa ladina

— Está bien, acepto — dijo mientras escribía en una hoja — Ten, es mi dirección — le entregó un papel al otro chico, quien lo acepto gustoso y lo guardo en el bolsillo de su pantalón.-

— Entonces nos vemos mañana — dijo Minho felizmente.

— Mañana — dijo Jisung, dándole una última sonrisa, antes de seguir leyendo.

En ese momento ninguno de los dos sabía que ese era el inicio de algo muy especial.

Dos años habían pasado de aquel encuentro, ambos chicos, ahora pareja, se encontraban abrazado mientras veían una película en su apartamento.

El pelinegro se encontraba trabajando para una firma de abogados muy importante, mientras que el ahora castaño, estaba próximo a realizar su servicio.

Ambos chicos se complementaban a la perfección, Jisung siendo más extrovertido, espontáneo, divertido, amistoso, sencillo, mientras que Minho era más metódico, le gustaba planear, el orden, era un poco más desconfiado de las personas y algo serio.