En el palacio las muchachas están consternadas de todas las heridas que consiguió Bella, su rostro arañado, sus brazos con cortes dispersos y profundos, su estómago y piernas con agujeros de mordeduras junto al hecho de que todo se veía mejor antes de quitar la capa de barro y los despojos de lo que antes era una de las telas mas caras del reino.
No obstante saben con certeza que volverá a pasar, solo que en este año esos accidentes han pasado con mas frecuencia, limpian las heridas cambian de ropa y llaman a Esther la bruja sanadora.
Ella al verla llora y con su lágrimas resuena cánticos dejando a Bella con heridas menores, de no ser Ainna la bruja de la oscuridad nadie tendría que curar sus lesiones o crear una contraparte en busca de impedir una maldición.
Bella en sus sueños recuerda el motivo por el que odia soñar, en su mente las escenas se repiten, la hacen memorar como toda su vida será un monstruo.
En su cumpleaños número 18 con decisión y curiosidad del lugar al que nunca pudo llamar hogar se adentro en el palacio interno donde fue al jardín que su mama amaba para ver las rosas rojas y con curiosidad descifrar el misterio de la rosa enfrascada.
Una rosa tan roja como la sangre a la cual nunca ha visto envejecer, ese día noto un cambio tan sencillo como que en un parpadeo uno de los pétalos se marchito y dejo la flor, para ella eso no fue relevante hasta que sintió un gran dolor en su pecho, sus manos estaban ardiendo y perdió el conocimiento.
Al despertar se encontró en el centro de una mancha de sangre, en todo su cuerpo el olor a estaba impregnada, su ropa rota y hecha jirones apenas la cubría, lo que mas la daño fue que a unos pasos de ella su mama estaba con el rostro pálido, la piel fría y su estómago cortado por las garras de un animal, en su cuello se notaba de forma clara mordidas y cerquillos de sangre.
Bella también estaba herida solo que no sentía el dolor, su cuerpo deseaba abrazar a madre por ultima vez, sentir su olor y apretar fuertemente contra si misma esperando despertar de la pesadilla.
Lo que jamás ocurrió, su padre y el comandante la encontraron abrazando un cuerpo tan frio como el hielo, sus ojos mirando a la nada, repitiendo una y otra vez "perdón" con heridas graves, algunas de las cuales siguen sin cicatrizar.
En su corazón desde joven se entero de que era un monstruo, las miradas de terror de sus hermanas, la mirada de odio de su padre, la forma en que solo durante ciertos días podia ver a su madre o como las mucamas del palacio al ver corrían en busca de no toparse con ella mientras a su espalda la denominaban la princesa monstruo solo fueron pista que desencadenaron en ese evento donde lo confirmo alejándose en cada ocasión en que sentía como la flor podía marchitar un pétalo.
Ella nunca fue querida en el palacio, en su nacimiento el rey se la llevo al comandante quien la cuido de forma estricta y de cierta forma amorosa, desde que tuvo memoria la hicieron practicar sin importar que afuera nevera, lloviese o el los rayos de sol cayeran sin clemencia, de esa forma formo un carácter difícil de doblegar o lo era hasta ese evento.
El rey le revelo la maldición, hasta el comandante no supo que decir y Bella entendía la mirada de odio en su padre.
Con el corazón destrozado y conociendo como al final morirá le pide al comandante dirigir el ejercito imperial, si ha de fallecer al menos puede luchar por aquellos que tienen un futuro y de forma anónima crear el mejor ejercito para que en su ultimo momento de vida sin poner peros los soldados corten su cabeza.
Todas escenas de su vida pasan por su mente y en su sueños no puede evitar imaginar como mato a su mamá o a su fantasma persiguiéndole y diciéndole: me mataste, monstruo, nunca debí tenerte.
Esa voz de la que intenta huir, no obstante es igual de rápida que ella.
A continuación como siempre mira como el ultimo pétalo se marchita, su forma cambia encontrándose matando a todo su escuadrón cada uno intenta defenderse solo que ella es mas rápida, en un par de mordidas todo termina la sangre se une con la nieve y el fango, las nubes tan grises sin vida dejan que cada gota cree cerquillos carmesí de los cuales salen miles de rosas consumiendo la sangre para luego marchitarse.
Al abrir los ojos se da cuenta por el velo que cubre el techo de que esta en el palacio, sitio en el que curan su heridas hasta el momento en que se retira.
Solo en el momento que Bellier retira el trapo prácticamente seco para cambiarlo por uno seco ella lo nota.
-¿Quien eres? -sentencia recordando vagamente como Gaston lo presento.
-Soy... Bellier - contesta con miedo, después de comer hasta que estuvo lleno y ser regañado por una de las cocinera al comer solo la mitad de lo que come un soldado, la persona que lo cargo lo guiá a esta habitación en la que la comandante murmuraba una y otra vez "perdón" y la gotas de sudor se evaporaban por la fiebre.
-Vete, ya les dije que no te necesito. -con su poco movimiento se mueve dándole la espalda.
-No, no puedo -como le gustaría correr hasta volver a casa, sin embargo ya no tiene casa, y Anton le dijo que unirá su hermano a los soldados por lo que en lugar de pagar solo una deuda necesita pagar dos.
-Solo vete -repite con fastidio, su rostro se caliente obstante no es fiebre, nunca se ha imaginado salir con alguien y menos por que se le impone, sin embargo a quien le gustara salir con ella, su cuerpo esta entrenado, sus manos están llenas de callos y gruesas, su piel esta quemada en forma desigual por el sol, su rostro tiene cortadas pequeñas, sin contar que pronto morirá o que sus manos están llenas de sangre, es simplemente un monstruo que merecer estar solo.
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Bella y Bellier
FantasyRETELLING DE LA BELLA Y LA BESTIA Isabella es la princesa del reino y la líder del escuadrón imperial. Bellier trabaja en la imprenta y su hermano es un apostador que nunca gana. ¿Que ocurrirá cuando el destino los junte?