— ¿Realmente debo? Se notaban felices con ella, que importa si yo me fui.- Empujabas a la castaña en dirección a su casa.
— Tamara, no quiero que sigas enojada con ellas.-
— Solo quieres que me vaya de tu casa ¿No?.- Se detuvo mirando al suelo.
— No, de hecho, si no logras reconciliarte con ellas puedes traer tus otras cosas a mi casa. Solo quiero que trates de hablar con ellas.- Te pusiste en frente de ella poniendo una mano en su mejilla.
— Uhm... Está bien, es decir, no hay forma de perder.- Está inclinaba su cabeza apoyando mas su rostro en tu mano.
Continuaste caminado con ella hacía su antigua casa.
— Eh ¿Tu no habías desaparecido o algo así?.- Reía la chica castaña que vivía al lado.
[Nota de la escritora: Ellana mi mujer 🤨]
— No, solo se cansó de verte. Lo cual es normal.- Continuabas caminado con la chica.
— ¿Es tan inútil que no puede defenderse sola?.- Esta vez habló la rubia.
Te limitaste a sacarle el dedo del medio. Finalmente entraste a la antigua casa de tu amiga.
— Creo que no están, vámonos.- La chica giró tratando de salir, tu la detuviste.
— Están sentados en el sofá.- Apuntabas a las chicas que las miraban confundidas.
La castaña de cuencas negras soltó un quejido y volvió.
— ¡Tamara! ¡Volviste, gracias a dios!.- Dos de las chicas fueron a abrazarlas, a excepción de una chica nueva para ti, con un peinado en forma de cuernos.
— ¡Perdonanos!- La pelinaranja jaloneaba a la chica.
— ... Bien... También las extrañé...- La chica correspondía de a poco al abrazo.
— ¿Que tal? ¿De donde conoces a Tamara?- Diste un pequeño salto al ver a la chica de cuernos detrás tuyo.
— !A-Ah! Lo siento... Me asustaste, la conozco de pequeñas.- Pusiste una mano en tu cabeza.- ¿Y usted?- Sonreíste.
— Dime Tori y bueno, la conozco de pequeña también.- Sonrió de manera extraña y te extendió la mano.- ¿Y tu como te llamas?-
— Oh, está bien Tori.- Correspondiste y tomaste su mano saludando.- Soy _____.-
— Tu nombre suena tan... Lindo.- Sonrió mostrando los dientes. Retrocediste un poco ante su mirada, chocando con la castaña de cuencas negras.
— ¿Estás bien? ¿Te lastimé?.- Esta te tomó de los hombros sonriendo, sentiste como tu miedo cambiaba a tranquilidad.
— Ah, no... Estoy bien.- Sonreíste mirando al suelo.- Por cierto...- Te acercaste a su oído.- ¿Ella es por quien te fuiste?.-
La castaña sintió un escalofrío para luego reaccionar, aún con la cara un poco ruborizada.
— A-Ah, si, fue por ella.- Susurró de vuelta.
— Ya veo... Oh, Ell, Matilda, extrañaba hablarles.- Fuiste con ellas a abrazarlas las cuales correspondieron.
— ¿Volvió gracias a ti no?.- Susurró la castaña a lo que asentiste.- Gracias.-
— Hey testigo de Jehová. ¿Pensabas presentarme a tu amiga?.- Le dió un pequeño codazo a la chica.
— No tengo por que y no me toques.- La chica empujó un poco a la chica de cuernos.
— ______, Tamara ¿Se quedarán? Al menos hoy... ¡A dormir! Mínimo...- Los cambios de humor en la pelinaranja eran muy notables.
— Oh, es depende de Tamara.- Giraste a verla, esta no podía negar.
— Si... Supongo que nos podemos quedar.-
— Bien, entonces tu dulce amiga de queda conmigo.- La chica de cuernos pasó un brazo por tus hombros.
— Uh... No... Yo.- Dejaste de hablar cuando viste como la chica de cuencas negras pasaba de estar enojada a triste.- Yo me quiero quedar con Tamara si debemos compartir cuarto.- Dijiste firme quitando el brazo que tenías sobre tus hombros.
— Vamos linda te prometo que.- La chica fue cortada por la de cuencas negras que te tomó de un brazo haciendo que te apoyes en su pecho.
— Ya ha dicho que no, deja de molestarle.- Esta comenzó a abrazarte haciendo un poco de presión, haciendo que te ruborizaras mas.
— T-Tamara uh.- Te quedaste en silencio escuchando como las chicas peleaban hasta ser separadas por la chica castaña de sudadera verde.
[...]
— Bien, ustedes se quedan en mi cuarto y yo voy con Matilda.- Habló calmada la castaña rellenita.
— Gracias Ell, duerme bien.- Escuchaste un "igualmente" de parte de ella así que decidiste irte a acostar.
— Si te pateo o algo así dime ¿Si?.- La de cuencas negras que ya estaba acostada en la cama decía abrazandote poco a poco.
— Tamara, uh, cuando peleabas con Tori, el que me apoye en tu pecho ¿Fue a propósito?- Dijiste recostada cerca de su cuello.
— E-En parte, pero no esperaba que saliera tan bien jeje...- Habló ruborizada sintiendo tu respiración en su cuello.
— Ya veo...- Pusiste una de tus manos en la barbilla de la chica y tu otra mano en su cuello.- Entonces si hago algo ahora... ¿No me podrías decir nada o si?- La chica negó y continuaste. Diste un beso en su cuello, viste como la de azul se movia inquieta.— ¿Estás bien?- Paraste un momento.
— ¡S-Si, lo estoy, por favor no pares!- La chica cubría con sus manos su boca, aunque aún se escuchaba lo que pedía. Acentiste y comenzabas a besar de manera mas repetida su cuello bajando a su clavícula.
Se escuchaban pequeños suspiros de la chica junto gemidos ahogados ya que ella misma trataba de silenciarlos.
De pronto escuchaste un golpe en la puerta.
— _____, linda, podrías salir un momento.- Reconociste la voz.
— U-Uhg, que mierda quiere.- Susurraba la de cuencas negras.
— No lo se, pero debería ir.- Dijiste levantándote pero fuiste detenida.
— Si se atreve a hacerte cualquier cosa, dímelo y te prometo que esa chica ya no respira.- La mirada que tenía la castaña te hizo estremecer un momento. Acentiste y fuiste a la puerta desapareciendo detrás de esta siendo acompañada de la de cuernos.
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Revivir una historia de años, si.
¿Lemmon para el próximo capitulo? 🤨
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Amargada [Tamara × Lectora]
Fanfiction¿Por qué justo cuando comenzaste a trabajar, esa amistad incómoda volvió a tu vida? ¿Y por qué volvió tan linda... Y amargada?