Capítulo seis🍭

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— ¿Realmente debo? Se notaban felices con ella, que importa si yo me fui.- Empujabas a la castaña en dirección a su casa.

— Tamara, no quiero que sigas enojada con ellas.-

— Solo quieres que me vaya de tu casa ¿No?.- Se detuvo mirando al suelo.

— No, de hecho, si no logras reconciliarte con ellas puedes traer tus otras cosas a mi casa. Solo quiero que trates de hablar con ellas.- Te pusiste en frente de ella poniendo una mano en su mejilla.

— Uhm... Está bien, es decir, no hay forma de perder.- Está inclinaba su cabeza apoyando mas su rostro en tu mano.

Continuaste caminado con ella hacía su antigua casa.

— Eh ¿Tu no habías desaparecido o algo así?.- Reía la chica castaña que vivía al lado.

[Nota de la escritora: Ellana mi mujer 🤨]

— No, solo se cansó de verte. Lo cual es normal.- Continuabas caminado con la chica.

— ¿Es tan inútil que no puede defenderse sola?.- Esta vez habló la rubia.

Te limitaste a sacarle el dedo del medio. Finalmente entraste a la antigua casa de tu amiga.

— Creo que no están, vámonos.- La chica giró tratando de salir, tu la detuviste.

— Están sentados en el sofá.- Apuntabas a las chicas que las miraban confundidas.

La castaña de cuencas negras soltó un quejido y volvió.

— ¡Tamara! ¡Volviste, gracias a dios!.- Dos de las chicas fueron a abrazarlas, a excepción de una chica nueva para ti, con un peinado en forma de cuernos.

— ¡Perdonanos!- La pelinaranja jaloneaba a la chica.

— ... Bien... También las extrañé...- La chica correspondía de a poco al abrazo.

— ¿Que tal? ¿De donde conoces a Tamara?- Diste un pequeño salto al ver a la chica de cuernos detrás tuyo.

— !A-Ah! Lo siento... Me asustaste, la conozco de pequeñas.- Pusiste una mano en tu cabeza.- ¿Y usted?- Sonreíste.

— Dime Tori y bueno, la conozco de pequeña también.- Sonrió de manera extraña y te extendió la mano.- ¿Y tu como te llamas?-

— Oh, está bien Tori.- Correspondiste y tomaste su mano saludando.- Soy _____.-

— Tu nombre suena tan... Lindo.- Sonrió mostrando los dientes. Retrocediste un poco ante su mirada, chocando con la castaña de cuencas negras.

— ¿Estás bien? ¿Te lastimé?.- Esta te tomó de los hombros sonriendo, sentiste como tu miedo cambiaba a tranquilidad.

— Ah, no... Estoy bien.- Sonreíste mirando al suelo.- Por cierto...- Te acercaste a su oído.- ¿Ella es por quien te fuiste?.-

La castaña sintió un escalofrío para luego reaccionar, aún con la cara un poco ruborizada.

— A-Ah, si, fue por ella.- Susurró de vuelta.

— Ya veo... Oh, Ell, Matilda, extrañaba hablarles.- Fuiste con ellas a abrazarlas las cuales correspondieron.

— ¿Volvió gracias a ti no?.- Susurró la castaña a lo que asentiste.- Gracias.-

— Hey testigo de Jehová. ¿Pensabas presentarme a tu amiga?.- Le dió un pequeño codazo a la chica.

— No tengo por que y no me toques.- La chica empujó un poco a la chica de cuernos.

— ______, Tamara ¿Se quedarán? Al menos hoy... ¡A dormir! Mínimo...- Los cambios de humor en la pelinaranja eran muy notables.

— Oh, es depende de Tamara.- Giraste a verla, esta no podía negar.

— Si... Supongo que nos podemos quedar.-

— Bien, entonces tu dulce amiga de queda conmigo.- La chica de cuernos pasó un brazo por tus hombros.

— Uh... No... Yo.- Dejaste de hablar cuando viste como la chica de cuencas negras pasaba de estar enojada a triste.- Yo me quiero quedar con Tamara si debemos compartir cuarto.- Dijiste firme quitando el brazo que tenías sobre tus hombros.

— Vamos linda te prometo que.- La chica fue cortada por la de cuencas negras que te tomó de un brazo haciendo que te apoyes en su pecho.

— Ya ha dicho que no, deja de molestarle.- Esta comenzó a abrazarte haciendo un poco de presión, haciendo que te ruborizaras mas.

— T-Tamara uh.- Te quedaste en silencio escuchando como las chicas peleaban hasta ser separadas por la chica castaña de sudadera verde.

[...]

— Bien, ustedes se quedan en mi cuarto y yo voy con Matilda.- Habló calmada la castaña rellenita.

— Gracias Ell, duerme bien.- Escuchaste un "igualmente" de parte de ella así que decidiste irte a acostar.

— Si te pateo o algo así dime ¿Si?.- La de cuencas negras que ya estaba acostada en la cama decía abrazandote poco a poco.

— Tamara, uh, cuando peleabas con Tori, el que me apoye en tu pecho ¿Fue a propósito?- Dijiste recostada cerca de su cuello.

— E-En parte, pero no esperaba que saliera tan bien jeje...- Habló ruborizada sintiendo tu respiración en su cuello.

— Ya veo...- Pusiste una de tus manos en la barbilla de la chica y tu otra mano en su cuello.- Entonces si hago algo ahora... ¿No me podrías decir nada o si?- La chica negó y continuaste. Diste un beso en su cuello, viste como la de azul se movia inquieta.— ¿Estás bien?- Paraste un momento.

— ¡S-Si, lo estoy, por favor no pares!- La chica cubría con sus manos su boca, aunque aún se escuchaba lo que pedía. Acentiste y comenzabas a besar de manera mas repetida su cuello bajando a su clavícula.

Se escuchaban pequeños suspiros de la chica junto gemidos ahogados ya que ella misma trataba de silenciarlos.

De pronto escuchaste un golpe en la puerta.

— _____, linda, podrías salir un momento.- Reconociste la voz.

— U-Uhg, que mierda quiere.- Susurraba la de cuencas negras.

— No lo se, pero debería ir.- Dijiste levantándote pero fuiste detenida.

— Si se atreve a hacerte cualquier cosa, dímelo y te prometo que esa chica ya no respira.- La mirada que tenía la castaña te hizo estremecer un momento. Acentiste y fuiste a la puerta desapareciendo detrás de esta siendo acompañada de la de cuernos.

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Revivir una historia de años, si.
¿Lemmon para el próximo capitulo? 🤨

Amargada [Tamara × Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora