Capítulo uno🍭

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La castaña de sudadera azul tenía que encontrar un trabajo, si no, probablemente sus amigas la dejarían sin comer hasta que consiga uno. Pero, en donde trabajaría, no había trabajado en gran parte de su vida, no había tenido necesidad.

Se puso a buscar de tienda en tienda, si que le costaba, en cada lugar al que entraba, terminaba saliendo de esos lugares, sin trabajo. Tenía tres lugares más donde buscar, aunque los últimos dos le quedaban lejos, rezaba por no tener que ir a ellos también. Entró por la puerta del lugar, eran pocas las veces en las que se ponía nerviosa, y esta fue una de esas pocas. Y aunque ya estaba acostumbrada a que murmuren al verla, esta vez le preocupaba, ¿Que tal que por eso no conseguía el trabajo?

Aún así, se acercó donde estaba un hombre atendiendo, habló un poco con el luego de mostrarle el papel que decía que buscaban una ayudante, luego entró en una sala donde estaba el gefe de ese lugar.
Agradecia en cada momento que aceptaran que trabajara ahí, aunque solo tenga que limpiar y barrer el suelo y mesas. Comenzaba a trabajar al día siguiente, en la tarde, así que aprovechó para irse a un bar y luego de unas horas a su casa.

...

- Al menos ya tienes trabajo. -

- Y la mejor parte, es que será en la tarde. -

- Si, y tienes toda la mañana, podríamos salir a cualquier lugar hasta que vayas a trabajar. - Comentó la pelinaranja sentándose en una silla alado de la de azul.

- Si... Preferiría hacer otras cosas. - Dijo la de azul.

...

- Lo siento por llegar tarde otra vez, tuve que venir caminando. - Dijo una joven despeinada y con la respiración agitada.

- Tienes que tener más cuidado, sabes que el jefe te tiene en la mira. -

- Si, lo siento, ¿el ya llegó?. - Dijo otra vez la joven arreglando su cabello y acomodándose en el mostrador.

- No, pero supongo que luego de un rato también, al igual que el nuevo. -

- ¿Nuevo? No sabía que había lugar. -

- Solo tiene que limpiar las mesas y aveces el suelo. -

- Uff que bueno, creí que el jefe ya estaba buscando mi remplazo. - Dijo la joven poniendo una mano en su pecho y suspirando.
Pasaron toda la tarde atendiendo a las personas que venían, cuando llegó la tarde, el joven que limpiaba el lugar en las mañanas se fue. La joven y el chico alado de ella esperaban curiosos de cómo sería la persona que limpie en la tarde.

- Yo digo que es un chico. - Hablo el hombre alado de la joven.

- Quizás, pero también hay muchas posibilidades de que sea una chica, dicen que son más limpias y eso. -

- Tu eres una chica, y tienes tu cuarto muy sucio. - Dijo riendo el chico para luego sentir un golpe suave en el brazo de parte de la joven.- ¿No crees que ya debería haber llegado? Quizás es igual de impuntual que tu.-

- Callate, está llegando gente. -

Ambos comenzaron a tomar los pedidos de las personas que llegaban hasta que vieron llegar a una chica con el uniforme del lugar mirando disgustada al uniforme. En ese momento, comenzaron a murmurarse cosas entre ellos. La misma chica se acercó a hablar con ambos y le dijeron donde estaban las cosas que necesitaba y que debía hacer.

Amargada [Tamara × Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora