Capítulo cinco🍭

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Había pasado un tiempo desde esa noche de navidad, la joven se alejó un tiempo, por alguna razón.
Faltaban tres días para volver a trabajar y estaba rezando, no quería ver a la castaña, pero no sabía por que.

Faltaban dos días hablaba con su amigo para calmarse, le contó sobre el por que estaba nerviosa y su amigo se burló pero luego trató de apoyar a su amiga.

Faltaba un día, sin palabras para eso.

Y llegó el día, hora de volver al trabajo, reza para que todo salga bien. La joven se levantó y para empezar se dio una ducha, luego tomo el traje de la cafetería y se lo puso, guardo otra ropa mas cómoda para ella en una mochila, mientras se cambiaba recibió una llamada que le hizo recordar por que había estado nerviosa la última semana, bendito celular...

No contestó.

Tenía que concentrarse en su trabajo al menos por un largo tiempo o el que le sobrara antes de ver a la castaña. Siguió arreglándose y se preparó un pastel con unas galletas. Al fin llegaba temprano a su trabajo.
Entro, se puso el delantal y se acomodó detrás del mostrador y saludó a su compañero/amigo.

- Pues si tienes una suerte muy grande.- Dijo de la nada el chico mirando a la joven que tenía una mirada nerviosa.

- ¿Por llegar tarde? No exageres, no es la prim-.-

- No, no lo digo por eso.- El jóven hizo una pausa para reír.- ¿Recuerdas que no quieres ver a Tamara?

- Si...- La jóven alargó un poco la "i" y miró al chico.- ¿Y eso que tiene que ver?.- (Con navidad JAJSJAJ)

- Contrataron a unos dos chicos de remplazo en la tarde.-

- ¿En serio? Por primera vez siento que el jefe es buena persona.- Susurró mirando al jóven cambiando la cara de preocupación a una de tranquilidad.

- Sip, así que te salvaste, por ahora, quien sabe y la encuentras en algún otro lugar.- Río de forma casi malévola.

- Te odio.-

La jóven pasó la tarde más calmada, en la salida se fijó en todos los lugares posibles donde podría venir la castaña. Salió mirando a los costados, agradeció de que no la vio.

[...]

La joven estaba en un parque, específicamente, donde salió con la castaña. Estaba en una pila de hojas, tenía un suéter sobre la camisa de su trabajo, se le hacía cómodo vestirse así. Estaba abrazando sus pies mirando al frente, no algo en específico.

- ¿Ya no trabajas en la cafetería?.- Esa voz hizo que te sobresaltaras, diste un pequeño salto y giraste a donde escuchaste la voz y ¿lamentablemente? Era la castaña.

- O-Oh, hey Tamara, bueno, ah, yo, yo sigo trabajando ahí, ah, pero, ya no hasta la tarde.- Dijiste tratando de hablar lo más normal posible, lo cual obviamente no funcionó.

- Uh... Bueno, entonces ya no podré verte, eh je.- La castaña sonrió nerviosa y volteó a un costado.

- Si, je.-

Y comenzó un silencio incómodo. Ambas chicas trataban de no hacer contacto visual, y estaban con las mejillas rojas.

- Mira, _____.- La castaña decidió romper ese silencio incómodo hablando.- Sobre, la noche de navidad, uh...- La chica buscaba las palabras correctas, aunque no sabía para que.- Navidad no es de mis épocas favoritas al igual que tu, pero, uh...- Pasó una mano por su nuca y dejó de hablar.

Amargada [Tamara × Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora