Capitulo tres🍭

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- Ya hemos tratado mucho tiempo de volver a ser amigas, pero no funciona, quizás solo deberíamos dejar de forzar algo que no va a funcionar. -

- _____, no te rindas tan fácil, seguro que podemos volver a llevarnos tan bien como antes.- Decía la castaña agarrando a la joven del brazo.

- Tamara, no... - La joven fue interrumpida por la castaña.

- ¡Hey! Y si tratamos de buscar ese parque donde íbamos de pequeñas, quizás ayudaría.- Dijo la castaña mirando al suelo pensando para luego girar a mirar a la joven y sonreír.

- Yo, supongo que podemos tratar.- Suspiró la joven caminando detrás de la castaña.

Pasaron unas horas buscando el lugar pero lograron encontrarlo por suerte. La joven había olvidado el lugar y al llegar se le iluminó el rostro, no recordaba como se veía, pero, volver a ese lugar, en el atardecer le hacía recordar cuando era niña e iba con la castaña.

- ¿En serio no recordaba este lugar? Creí que prometimos que jamás olvidariamos este lugar ya que era importante.- Dijo la castaña dándole un golpesito en el brazo a la joven sentándose en una banca mientras la joven iba a los juegos, aunque se veía alguien madura, adoraba los juegos y cosas de niños.

- ¡Tamara, Tamara, empujame!.- Decía la joven levantando los brazos con la expresión de un niño,sentada en un columpio que sorprendentemente estaba en buen estado.
La castaña se levantó sonriendo y empujó a la joven suavemente para luego sentarse alado.

- Sigues comportandote como la niña que eras cuando quieres.- La castaña se mecia mientras hablaba.

- Ah... Si, supongo que nunca maduré... - Decía la joven parando el columpio avergonzada.

- Oye, no es nada malo, es lindo.-La castaña miro a la joven tratando de hacerla sentir no incomoda.

- No, esta bien, tranquila. - La joven suspiró y se levantó del columpio tirándose en una pila de hojas.

- Oh, uhm, las hojas siguen ahí, apenas empezaba otoño, las hojas se apilaban y nunca descubrimos quien lo hacía ¿recuerdas?.-

- Hmp, ¡Si jaja! Recuerdo que una vez nos quedamos toda la tarde hasta la noche queriendo descubrir eso. - La joven soltó una risita y puso una sonrisa de nostalgia.

- ¿Y sabes que? Seguimos sin descubrirlo.- La castaña rió mientras la joven se levantaba de la pila de hojas y quitaba algunas hojas de su cabello.

- Y si... ¡Nos quedamos otra vez a ver si vemos a quien apila las hojas!.- La joven otra vez hablaba y se comportaba como una niña pequeña.

- Quizás, pero, creo que hoy no podré, mis otras amigas me esperan y si llego tarde pensaran que fui a un bar otra vez.-

- Quedémonos y yo te acompaño para que vean que no fuiste a un bar.- La joven sonreía ocultándose en la pila de hojas.

- ¿Eso es una petición para que te invite a mi casa? Por que cuando quieras puedes ir.- Dijo la castaña levantándose del columpio y sentándose alado de la pila de hojas donde se escondía su amiga.

- A-Ah- no, quiero decir, ¿solo si tu quieres? Ah-.- No se veía a la joven pero si lo nerviosa que estaba por el movimiento de las hojas.

- ¿Sabes? Cuando te pones nerviosa te ves linda.- Murmuraba la castaña..

- ¿Ah? No te escuché, perdona... - La joven sacaba su cara de la pila de hojas.

- ¡Nada! Bueno... Me tengo que ir ¿Te veo mañana aquí?.- Se levantaba la castaña palmeando su ropa y ayudando a levantarse a la joven.

Amargada [Tamara × Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora