Maybe, is love. ❪ RinGry ❫ ©

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Lo que restó de la noche no fue precisamente lo más deseado para el peliazul. Al día siguiente se podían notar las ojeras debajo de sus ojos, así como un rostro totalmente perdido en sus pensamientos. Movía el cereal dentro del tazón de un lado a otro con ayuda de la cuchara que poseía en su mano, enseguida que las palabras de Nahoya le hicieron volver a ese momento.

— Hey Souya ¿Estás bien? Parece que no dormiste mucho. —

— No es nada, sólo un gato que no dejaba de maullar anoche. — Y en efecto, con gato se refería a Rindō. Nahoya ladeó un poco su testa bastante intrigado con ello pues, él no escuchó nada, igual se habría quedado muy dormido y esa hubiera sido la explicación entonces.

— Si quieres puedes ir a dormir un poco más entonces ¡Tú hermano mayor se hará cargo de los deberes de casa hoy! — Con bastante orgullo fue que Nahoya se señaló a sí mismo con su pulgar.

— Eso estaría bien pero he recordado que debía ir a ver a Hakkai, necesitaba ayuda con algunas cosas. —

En realidad aquello era más un engaño; más bien el que necesitaba la ayuda era él. Nahoya accedió, pero con la condición de que fuera él a dejarlo a donde estaba Hakkai. Souya aceptó sin más preámbulos, por lo que una vez terminó de desayunar fue que ambos hermanos subieron a sus motos emprendiendo camino hacia la cada del antiguo vice-capitan.

Así pues, pasados algunos momentos viajando por la ciudad que llegaron al estudio de Mitsuya; recientemente se habían instalado ahí y ambos gemelos siempre fueron más que bienvenidos.

— ¿Me llamas cuando acabes? Vendré para irnos juntos. — Preguntó Nahoya s lo que el de hebras azules asintió sin más.

Así con ello fue que se despidió de su hermano levantando su mano y agitando la misma de forma lenta. Una vez este desapareció de ka vista de él fue que entró en el estudio que había ahí. Un rostro sonriente le recibió, aquellos ojos llenos de calidez podía reconocerlos en cualquier lado; y más aún aquél cabello desaliñado y pintado de violeta.

— ¡Oh Angry! Me alegra tanto que vengas ¿Buscas a Hakkai?. — Mitsuya Takashi ahí estaba, con una cinta métrica que le colgaba del cuello así como un par de agujas sostenía con sus dedos. En el mostrador sostenía un pantalón que parecía le estaba haciendo algunos ajustes.

— Hola Mitsuya, si lo estoy buscando ¿Dónde está? — Ni bien acabó la pregunta fue que apareció Hakkai, sosteniendo en brazos unos cuantos tubos de tela de múltiples colores. Apenas u con esfuerzo logró ver a Souya exclamando con una sonrisa. — ¡Angry! —

Mano alzó entonces el peliazul, esperando a que se desocupara bien del montón de cosas que llevaba entre brazos. Una vez esta libre fue que se acercó y chocó puños con el menor de los Kawata. Desde la pelea con Tenjiku, Souya y Hakkai formaron una relación muy estrecha como amigos; después de todo ambos eran los bebés de sus respectivas familias así que ese lazo que tenían era especial sólo por eso.

— Es extraño verte tan de pronto ¿Acaso ocurrió algo? — Fue la pregunta directa del de tambien cabellos azules más largos. Se vió como aquello llamó un poco la atención de Mitsuya y se notó en cuanto este alzó un poco el rostro para mirarle.

— Te diré pero, no se lo cuenten a Nahoya o se va a enojar. —

Cejas levantaron ambos a la par, asintiendo y así prometer que no dirían nada. Una vez ello fue que Souya comenzó con su relato de como volvió a ver al Haitani, la persecución, el cómo lo encontró y la reunión de la moche pasada. Tanto Hakkai como Mitsuya escuchaban bastantes sorprendidos, sin embargo, Mitsuya se veía más pensativo, y se denotó más en cuanto mentón propio sujetó con una de sus manos.

— Es muy extraño que alguien como Rindō haga una actitud como esa, Angry sin duda estás en un lío y es necesario que salgas de eso rápido. — Mencionó el de cabello lila, mientras que Hakkai le secundaba con pequeños asentimientos de cabeza.

— Aunque salir de los líos de los Haitani tampoco es sencillo; demonios Angry tu situación es muy complicada. — Atinó a decir el menor de los Shiba, en tanto nuca rascó suavemente.

— Eso lo sé, pero, ¿Qué hago? No quiero volver a esos problemas, no si Mikey no es quien lo pide. — Mueca de fastidio formó.

— ¿Qué tal si accedes a verle el siguiente sábado y le propones un nuevo trato? A ellos les gustan mucho esas cosas. — Mencionó Mitsuya.

Un trato por otro trato, sin duda eso funcionaba para Angry pero tendría que pensar entonces en algo mejor, algo que compensara mucho el poder estar en paz y, sin duda alguna,  tendría que seguir viéndolo a escondidas de su hermano.