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En cuanto Sanzu terminó de dar la indicación todos se dispersaron en sus respectivos equipos. Los primeros en adentrarse fueron Sanzu y Ran, quienes iban al último piso del edificio así como les seguían los Kawata que iban al siguiente y así continuaron en el orden. Continuaron subiendo y en el recorrido comenzaron a encontrarse a varios hombres pertenecientes a la otra banda, los cuales sin problema Sanzu y Ran se dieron a la tarea de hacerse cargo para ir despejando las escaleras.

Llegando al cuarto piso fue donde se detuvieron ambos equipos a petición del Haitani mayor. — Sé de lo fuertes que son aunque odie admitirlo, así que los veo abajo a salvo ¿De acuerdo? Si encuentran a mi hermanito primero también se los encargo.~ — Souya asintió, mientras Nahoya ademán dio con la mano restando importancia a sus palabras. Enseguida Sanzu y el resto se pusieron en marcha hacia el último nivel, mientras los Kawata se quedaron en el penúltimo.

Una de las manos de Nahoya fue directo a posicionarse en el hombro del menor, con sonrisa en rostro habló. — Pase lo que pase, te voy a cuidar ¿Bien? Yo te pondré a salvo. — Fueron las palabras del chico, mientras Souya asentía apenado por tales molestias de Nahoya.

— No seré una carga hermano, seré útil. — Respondió Souya mientras asentía con la cabeza.

Sin más que decirse fue que entraron en el nivel, siendo respaldados por los hombres de Sanzu. Nahoya aprovechó que no había nadie para alistarse, tronándose los nudillos y estirando la espalda para calentar. Continuaron caminando examinando el resto del nivel y, como se esperaba, comenzaron a salir las personas del otro bando, con varias armas tanto sencillas como palos y barras así como también otros que portaban armas.

A los hombres con armas se enfrentaron el equipo de Sanzu quienes venían armados, mientras los Kawata ante el fuego cruzado que se desataba se decidieron ocultar tras las
columnas del edificio a medio construir, mientras se dedicaban a pelear a mano limpia contra los demás hombres que contaban con armas que, si se podía decir así, no eran "mortales".

Nahoya se encargaba de cubrir las espaldas de Souya, y Souya se encargaba a la par de cubrir las espaldas de Nahoya. En comparación con ambos gemelos, los hombres resultaban ser a vista más fuertes que los dos y se notaba mucho más en cuanto al cansancio se notaba en ambos gemelos. Aquél cansancio les pagaría factura y la primera fue cuando Souya se descuidó un momento haciéndose recibidor de un golpe con un palo en la parte lateral del cuerpo, haciendo que cayera con ello y un quejido se escuchara de su parte.

— ¡TÚ HIJO DE PERRA, DEJA A MI HERMANO EN PAZ! — Exclamó Nahoya, el cuál sin dudar fue ante el responsable al cuál tiró patada en la pierna de este, haciendo que cayera y rematandole con puñetazo directo a la nuca de aquél hombre.

Con prisa fue Nahoya hasta su hermano, al cuál levantó con cuidado mientras se sujetaba el lateral. — Lo siento Smiley, perdón por ser tan débil. — Comentó Souya mientras Nahoya negaba con la cabeza.

— Claro que no Angry, eres mil veces más fuerte que yo pero tengo que admitir que si no viene algo de ayuda entonces no podre... — No terminó de acabar aquella frase cuando una patada cruzó su vista siéndole impactada en el estómago, haciendo que aire se le fuera como consecuencia y tirándolo de sentón.

Souya quedó aturdido con el suceso de hace un rato, teniendo la mirada perdida fue que golpe desde atrás iba a asestarle, pero, como un milagro llegó Hakkai deteniendo el mismo. — ¡Maldita mierda! — Exclamó en voz alta atinando golpe en entrepierna del contrincante.

— ¡Souya, ve a ver a Nahoya, en un segundo viene Mitsuya! — Alcanzó a gritar el chico mientras detenía a varios más. Souya asintió corriendo a donde Nahoya al cuál sostuvo con cuidado y este soltaba un quejido.

— Agh, sentía de verdad que iba al cielo Souya, maldición duele como el demonio. — Souya entrecejo frunció ante mala broma de su hermano, dando pequeño golpe en cabeza ajena.

— ¡No digas cosas tan tontas Smiley, no estamos para bromas! — Enseguida más hombres de Sanzu se hicieron presentes liderados por Mitsuya, quien corrió hacia Souya para ver lo que pasaba. Se colocó frente a Nahoya extendiéndole una mano.

— Vamos Smiley, no me digas que un rasguño tan pequeño te sacará de combate. — Media sonrisa le mostró, a lo que Nahoya con entusiasmo tomó la mano de este para levantarse. — Claro que no, apenas estamos calentando.~ —

Al verlo de pie Souya se quedó más tranquilo. Mitsuya le llamó un momento acercándose a hablar. — Ve a buscar a Rindō en el resto del piso, nosotros detendremos a estos cerdos. ¡Hakkai! — Gritó por último Mitsuya al chico, quien de inmediato corrió hacia ellos. — Acompaña a Souya, se que es una terrible combinación pero es mejor que vayan ustedes dos y yo apoye a Smiley. —

Ambos asintieron y siendo así fue que se colaron por enmedio de las disputas. Gracias a que tenían el doble de hombres en el lugar, era más sencillo poder pasar desapercibidos. Souya y Hakkai miraron por los diferentes cuartos del piso hasta que, al final del pasillo encontraron a alguien amarrado a una silla. Se acercaron con cuidado, lucía golpeado por todos lados así como el cabello le caía por el rostro, desaliñado. Souya lo reconoció de inmediato: era Rindō.

Maybe, is love. ❪ RinGry ❫ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora