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Los Kawata iban a toda velocidad siguiendo el automóvil donde iban Ran y Sanzu. Se mantenían atentos también a su alrededor por si alguna emboscada se hacía presente en el transcurso del camino por parte de los que tenían retenido a Rindō. Todo fue tal y como pensaban, por el sonido del auricular se escuchó la voz de Sanzu hacia Souya.

ㅤㅤㅤ" Es en la siguiente cuadra, ustedes den la vuelta y nosotros nos detendremos enfrente. Yo daré la señal. "

— Entendido. — Habló Souya enseguida que se emparejaba con su hermano para poder darle aviso. — Dice Sanzu que es en la siguiente, que demos la vuelta y ahí estará la segunda salida. — Exclamó, a lo que Nahoya asintió como respuesta.

A lo lejos en el lugar donde les habían indicado, había un edificio en obra negra que lucía totalmente desolado. Tal como les habían dicho, Souya y Nahoya dieron la vuelta al edificio, donde buscaron con la mirada la segunda salida y fácilmente la encontraron. Para su mala suerte habían hombres ahí que cuidaban la misma, teniendo que entrar a pelear. Frenaron frente a los hombres, quitándose el casco y bajando de un salto del asiento de sus motos. Enseguida el reaccionar de los hombres fue lanzarse a por los gemelos, los cuáles fácilmente se dieron a la tarea de noquear a varios gracias a la coordinación que llevaban desde hacía años.

— Como en los viejos tiempos ¿No Angry? — Comentó el sonriente, a lo que su hermano asintió sin más a su recuerdo.

— Lo recordaba menos agotador. — Expresó con sinceridad el peliazul quien esquivaba la patada de uno de los enemigos y los mandaba a volar como efecto de la misma acción.

Pudieron terminar con aquellos hombres, quedando la salida totalmente despejada. Al otro lado de la misma de podían escuchar varios disparos y bastante alboroto de por medio, mientras Nahoya miraba su teléfono celular. Souya le miró con curiosidad, queriendo saber que pasaba y como si el mayor le leyera la mente exclamó en voz alta.

— Ahí viene la caballería. — Con eso una sonrisa más amplia le mostraba al menor.

Fue que cuatro motocicletas llegaron a donde estaban ellos, mirando curioso Souya al no saber quienes eran. Las motocicletas se apagaron, una de ellas pudo reconocerla Souya de inmediato sin creer que estaba sucediendo. Quitándose los cascos era que bajaban de los medios de transporte Mitsuya, Hakkai, Inui y Draken, bastante sonrientes a pesar de la situación en la que estaban.

— Oe, Angry, deja de ocultar cosas como esas maldición, por preocupar a Inui tuve que reponer varias piezas de distintas motos por culpa de su distracción. — Habló Draken en voz alta, a lo que Inui respondió a este con un pequeño golpe en el hombro.

— Ya me disculpé, además vinimos a patear unos cuantos traseros. — Comentó el mismo, acercándose a los gemelos.

— Si creías que íbamos a venir sin prepararnos pues estás equivocado hermanito, además que ellos también quisieron venir a voluntad. — De hombros se encogió Nahoya, y en rostro de Souya se veía reflejado el agradecimiento total hacia estos.

— Sólo dinos que tenemos que hacer y lo haremos con gusto, Angry. — Habló Hakkai, a lo que Souya asintió par de veces, en tanto del auricular volvió a escuchar la voz de Sanzu.

ㅤㅤㅤㅤ" ¿Terminaron de platicar? Souya, necesito que entren y busquen a Rindō, en el primero piso no está así que nos dividiremos para buscarlo en los siguientes niveles. Dividiré a mis hombres para que les den protección a ustedes así que no tarden. "

En cuanto instrucciones fueron escuchadas de inmediato Souya se dirigió al resto del equipo que estaba ahí. — Tenemos que buscar a Rindō. Sanzu nos dará a algunos de sus hombres para poder estar mejor protegidos y poder encontrarlo así que vamos. —

Todos asintieron a la par de las instrucciones de Souya, entrando sin más al lugar frente a ellos. Todo estaba solitario, apenas y la luz del final del día se lograba apreciar debido a que entraba por las ventanas inconclusas del lugar. Siguieron los varios sonidos dando con el resto de la pandilla, mirando a un Ran cubierto de sangre y a Sanzu quien se limpiaba las manos en su traje sin importarle mucho.

— Hm, quien diría que tendríamos a tres ex-capitanes de la antigua ToMan en un reencuentro como este. — Habló Sanzu, mientras Draken elevaba una ceja desinteresado con ese comentario.

— Luego podemos tomar té y platicar si quieres Sanzu, mejor vamos a buscar de una vez por todas al Haitani. —

Asentimiento dió Sanzu. Draken tenía razón en esos momentos por lo que sin más se dirigió al resto del grupo. — Bien, son cuatro pisos los que todavía quedan por buscar, asi que nos dividiremos de este modo: Mitsuya y Hakkai irán al segundo piso, Draken e Inui van al tercero, los Kawata irán al cuarto y Ran y yo nos encargaremos del último. Iran veinte hombres en cada grupo y el resto resguardará cada una de las salidas. Así que pongámonos en marcha. —

Maybe, is love. ❪ RinGry ❫ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora