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→¡Fairness ϟ Carl Grimes!‹‹
08 - The baby

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Hershel estaba bien, mis plegarias al universo habían sido escuchadas. Estaba feliz de que podría seguir compartiendo tiempo con el hombre, él había sido mi salvación y la de Jeff con su generosidad y hospitalidad cuando llegamos a la granja.

Estaba feliz pero las noches aún seguían siendo pesadas, sobre todo porque en el día al menos me mantenía ocupada pero en la noche recordaba a Jeff, a Jimmy, a mi madre, a Patricia, Otis, a las pocas personas de mi vecindario que jamás me trataron como una mierda, y me daba cuenta que posiblemente ellos ya estaban muertos.

Cada noche era un golpe duro contra la realidad y tampoco podía dejar de pensar en Tessa, su pelaje abrazable y las veces que llore abrazada al peluche porque extrañaba a mi madre.

Y ahora era aún peor, los truenos resonaban en la prisión.

Odiaba tener una celda sola para mi misma.

Me levante de la cama asomándome al pasillo y caminando de puntillas. Todos parecían estar dormidos dentro de las celdas.

— ¿Niña puedes dejar de espiar a tu enamorado? —dijo una voz ronca desde arriba.

Miré al hombre y luego a la celda a la que segundos antes estaba observando. Era Carl. Carl no era mi enamorado.

—¿Por qué duermes colgado? —cuestioné mirando al hombre.

—No estaba dormido, estaba vigilando tu celda porque me pediste que la dejara abierta —habló.

—Oh. Lo siento.

—Ve a dormir —exigió.

—No quiero.

—No hagas berrinches y ve a la cama —ordenó.

—Le tengo miedo a dormir sola y a los truenos —el hombre se burló.

Daryl suspiro y bajo hasta donde yo estaba, poniendo su peso en los barrotes y mirando hacia la rendija de la pared por donde algunas gotas diminutas se adentraban.

—¿Esto es lo más cercano a un baño que has tomado en días no es cierto? —pregunté riendo en voz baja para no despertar a los demás.

—Sí abro la celda de Beth ¿Dormirías en la litera con la puerta de la celda cerrada? —preguntó.

—Trato hecho —levante mi dedo meñique como solía hacer cuando prometía algo.

— ¿Qué es eso? —señalo mi meñique.

—Es la promesa del meñique —expliqué, Daryl me miro con los ojos entrecerrados y la frente arrugada sin comprender —básicamente si no cumples la promesa te tienes que cortar el meñique.

𝗙𝗮𝗶𝗿𝗻𝗲𝘀𝘀; 𝘾𝙖𝙧𝙡 𝙂𝙧𝙞𝙢𝙚𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora