08 - Líbido.

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Namjoon estaba desconcertado.

¿Qué rayos hacía siguiendo al deportista insolente hasta su motocicleta para irse a su departamento a "organizar" sabiendo que harían todo menos eso?

Y además, ¿porqué le excitaba tanto?

—Namjoon!

—¿H-huh?

—Te estoy llamando hace veinte minutos.– suspiró.– Anda, saca las llaves.

¿Cómo demonios la situación pasó de Seokjin gritándole en los vestidores por no mover un pelo mientras jugaba a querer que encienda su moto para que vayan a follar?

Todo era demasiado extraño.

Pero, le fascinaba.

En un abrir y cerrar de ojos, se encontraban en su departamento, sus manos ya estaban en los glúteos bien trabajados de Seokjin, quién estaba acorralado en la mesada de la pequeña cocina, amasándolos a su gusto mientras éste tironeaba de sus cabellos en su nuca y acariciaba la piel de ésta última.

Todo pasaba tan rápido para Namjoon que ya estaba en un nuevo abrir y cerrar de ojos debajo de Seokjin en su cama, mientras éste apresaba sus manos sobre su cabeza y meneaba sus caderas sobre su enorme bulto.

—Veamos... el entrenador dijo que sigamos organizando los partidos juntos porque el anterior no fué bien... ¿Qué sugieres Joon?

Namjoon se quedó callado, no podía formular palabras con aquella escultura del paraíso moviéndose sobre su miembro bajo la tela que suplicaba salir, echaba su cabeza hacia atrás y sus dedos fueron a parar a los muslos del de cabellos plata, donde apretaron marcándose.

—S-sugiero que dejes de torturarme o te irá muy mal.

Jin rió ligero.—¿Y porqué debería hacer eso? Alguien otra vez no me alentó, mereces un castigo, Barbie.– susurró contra su oído, y para Namjoon fué suficiente.

Lo bajó de él empujándolo suavemente, y se colocó encima suyo con los brazos a cada lado de su cabeza, sosteniendo su peso desde allí. Seokjin lo miró desconcertado y parpadeó repetidas veces mirando el rostro tan sensual de su enemigo a pocos centímetros del suyo, con esa expresión de enojo y pareciendo harto.

—¿Qué?– preguntó.

—No vamos a follar, Seokjin. Eres demasiado imprudente.

El mencionado arqueó una ceja y rió desde su garganta.

—¿Es eso muy malo?

—Quizás.– respondió simple, paseando su mano suavemente por el abdomen marcado, escondido por la tela, de Seokjin.– ¿Por qué me provocaste tanto hoy?

—¿Yo? ¿Provocarte a tí?

—¿Por qué eres demasiado irritante aún cuando juegas?

—Tú eres el único tonto que nota es-

—¿Por qué usas ropa tan apretada si se supone que haces deporte y tienes que estar cómodo? ¿Es para provocarme no es así?

—No creas que todo es por tí idiot-

—¿Por qué todo el tiempo sonríes tan infantilmente queriendo mostrarle a todos lo feliz y perfecto que eres?– siguió cuestionando seriamente, como si su mente formulara sencillamente todo, mientras Jin lo miraba confundido, pensando sus preguntas.

—No soy feliz, perfecto un poco, soy Kim Seokjin.– rió– Pero no trato de mostrarlo así como dic-

—¿Por qué tus palabras me irritan tanto? Todo de tí me irrita Seokjin.– gruñó, y el aludido carcajeó ante su mueca.

cheers! © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora