cheers! © namjin

03 - I wanna suck your dick.

—¿Eso te dijo?

—Ujum...– bufó, mirando sus uñas con irritación después de sacarse el guante de boxeo. Jimin soltó una risa nasal.

—¿Y estuvieron hablando de tu trasero? Qué relación más rara.

—No es una relación. Sólo...– suspiró pesado, apretando sus puños de nuevo que ya dolían un poco más.– No lo sé.

—Ni tú lo sabes, en fin. ¿Hablaste con Yoongi?– cuestionó bebiendo un sorbo largo de té helado en su vaso de plástico en mano.

—No.

—Dios Seokjin, ¿hasta cuándo?

—No lo sé. Tú sabes que me gusta, pero... ugh.

—Está bien, no te presionaré.– acarició su hombro reconfortante y Jin asintió sonriendo de labios apretados, volviendo a pegar el saco de boxeo frente a él con rudeza.

—¿Y Kook?

—Um, creo que fue a casa de Taehyung a jugar videojuegos.

—Esos dos tampoco se separan. Debe elegir entre Jung o él.

—Bueno, no apoyo a un trío pero no podemos decirle qué hacer con su vida.

—Uh... así es.

—Bueno, creo que terminé por hoy, estaré listo para el partido. ¿Vamos por un helado?

C H E E R S !

—¡Noventa y ocho! ¡Noventa y nueve! ¡Y-

—Y ya no puedo más.

—¡Diablos! Un poco más e ibas a batir el récord de Junghwan. Ciento cinco.

—Hice entrenamientos todo el día. No podía con nada más, lo siento.– exhaló tratando de recuperar su aire, tendido totalmente en el suelo.

—Bien. Hey, ¿por qué haces todo esto en primer lugar? Casi nunca me pides ayuda en deportes. Más bien, jamás.– cuestionó pasándole una botella de agua de la mesa a un costado a su hermano.

—Umh... nada importante.– Namjoon se sentó incorporándose de a poco y se encogió de hombros bebiendo de la botella derramando algo del líquido en su camiseta, pero no importándole mucho ésto puesto que ya estaba bastante mojada.

—¿Es por una chica?

—Huh, no.

—Entonces es por un chico.

—N-no...

—Entonces es no binario.

—Ya cállate Jae, no te interesa. Mejor ve con tu banda de motociclistas, seguro ésas tontas serpientes tienen ideas más claras que tu hermano.– bufó encaminándose escaleras arriba saliendo del sótano de entrenamiento dejando a su hermano mayor dentro.

Últimamente escapaba mucho de la gente.

—¡Hey!– lo siguió protestando.– Y no somos todos serpientes, sólo le decimos así al líder.– se defendió de brazos cruzados mirándolo serio.

—Me alegro pero no te pregunté eso, así que no importa.– terminó de mojar su cara anteriormente en sudor y ahora en agua fresca, y la secó con una tersa toalla blanca a su costado.