CAPITULO 17✔

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Risas, música, alcohol, y más alcohol

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Risas, música, alcohol, y más alcohol. En eso se resume básicamente las tres horas que llevo en el departamento de Acke.

Después de horas y horas convenciendo a los chicos de que necesitábamos despejarnos por el estrés que nos está causando el no saber nada de Alec, por fin logré convencerlos de hacer una pequeña y privada fiesta solo nosotros tres, Acke y Mattias, este último me costó trabajo pero aún así aceptaron. Acke dijo que podíamos hacerlo en su casa y así nos quedábamos a dormir allí, por lo que aceptamos al no encontrar ningún problema.

Acke vive en un lujoso primer piso a unas pocas cuadras de mi residencia. El lugar es bastante espacioso y es totalmente blanco y negro, incluido los muebles. Es hermoso y muy moderno.

—Más alcohol, necesitamos más alcohol —Digo mientras voy a la cocina a por otra botella. No mentiré, ya ando un poco contenta pero como no saldré no le doy importancia.

Además, así estamos todos, bueno, a excepción de Mattias, que al parecer no le gusta beber. Ellos cuatro llevan enfrascados en una profunda y madura discusión sobre por qué se dice "par de pantalones" o mi favorita "por qué se inventaron los tacones".

«Adri, bájale al sarcasmo ¿quieres? Me despertó»

No puedo evitarlo, lo siento.

Cuando llego a la cocina tomo una botella de licor, la última que queda de las que compramos antes de llegar, y entre tambaleos logro llegar sana y en una sola pieza a mi destino.

Me dejo caer sobre el regazo de Axel quien está tan tomado que está riendo. ¿Pueden creerlo? ¿Axel Walker sin poder parar de reír? Esto queda para la historia, debería emborracharlo más seguido a ver si se le quita la cara de culo que tiene 24/7.

—...Es que es en serio, es un solo pantalón, ¿por qué carajos le dicen par? —Pregunta Acke desde el suelo.

Le doy un trago a la botella mientras niego divertida con la cabeza.

—Y los tacones, ¿qué acaso no son una tortura? —Pregunta ahora mi divertido novio.

—Pues ssí —Ya arrastro las palabras, genial—. Pero es para vernos bonitas y altas.

Ellos hacen una pose como si estuvieran analizando mis palabras y estas tuvieran la mayor razón del mundo. Sé que viene una estupidez cuando Acke me sonríe maliciosamente.

—Entonncesss, ¿te pones tac-cones para tratar de alcanzar a tus rascacielos personales?

No puedo evitarlo y estallo en carcajadas a las que pronto se unen mi mejor amigo y Mattias.

—Bien, chicos, deben dejar de tomar, ya andan muy mal.

Mat hace un amago de tomar la botella y le doy un manotazo. Él me mira con asombro.

—Mía, no la toques —Abrazo la botella como si fuera mi puto tesoro.

—Bonita, ¿nos das un poquito? —Dice Daniel.

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