Cumpleaños II: pequeña pelea

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No sé qué paso, pero estaba sentado en el sillón negro que estaba en la sala, a horcajadas sobre Tom, sus manos amasaban mi trasero y las mías estaban en su nuca, acercándolo a mí, para profundizar el beso. Salvaje. Necesitado. Amoroso. Todo lo que no podíamos poner en palabras nos lo transmitíamos en un beso, y se sentía bien. Me sentía bien.

Sus manos bajaron lentamente, hasta llegar a mi caderas, sentí como las aferraba fuertemente, y como las movía, como me movía en círculos, arriba, abajo, arriba, abajo, creando una deliciosa fricción bruta entre nuestros miembros. Estaba duro, podía sentirlo, a él y a mí. Quería más, deseaba más, y estaba dispuesto a suplicarle para que me lo diese...

— ¿E-estas seguro d-de esto?

— Si Tom, si, si, si, si

El no necesito más, se levantó conmigo encima, enrollé mis piernas en su cadera, mientras avanzábamos hasta lo que suponía seria su dormitorio, el pasillo se hacía interminable, y no podía dejar de moverme contra él. Y se detuvo

— D-deja de moverte así... o t-te tomare aquí mismo— obedecí y él se apresuró, lo último que sentí fue un portazo, y luego me sentó sobre el escritorio, creí que usaríamos la cama, pero no le di importancia...

Lo vi quitarse apresuradamente la camisa y los pantalones, quedando en ropa interior, y luego se abalanzo sobre mí, besándome con lujuria, acariciando todo lo que podía, besando mi piel expuesta. Me quito los pantalones con una sonrisa y el arrojo al suelo.

— Abre las piernas para mí— demando, y obedecí, abriéndolas lo más que pude, mientras me sentaba más cerca del borde del escritorio. Su mano me sujeto con, masajeándome por encima de la fina tela, se notaba el hambre en sus ojos.

Lo sujete de la nuca y lo acerque a mí, nuestros pechos juntos, y lo bese, con furia, con dolor, con odio, con pasión, con amor, y él lo sintió, y nos despojó a ambos de nuestras ropas interiores, pero sin romper el beso. Sentía su mano moverse en mí, por lo que decidi buscarlo, y cuando lo encontré juguetee con su punta. Su respiración se cortó, sus ojos rodaron. Y una ola posesiva me invadió. Él estaba así por y para mí, yo había causado era reacción en él, y era el único que podría causarla. Seguí moviendo mi mano, su respiración acelerada cerca de mi oído

— E-eso es... se bueno para mi... hazlo más rápido— obedecí, le di lo que quería y el gruño mi nombre en mi oído, desesperándome, desenado más, pero él lo sabía. Lo sabía todo, todo el tiempo.

Fue por eso que se apartó, y a tientas busco algo en uno de los cajones que estaba bajo mi pierna. Y sabía lo que estaba buscando, y una oleada de celos me invadido al saber que el guardaba lubricante aquí... Pero no pude pensar más cuando vi sus dedos húmedos dirigirse hacia abajo, y jadee en anticipación, porque ya sabía lo que sucedería...

No podía pensar bien, solo podía sentir los dedos de Tom empujando dentro de mí, más fuerte que la vez anterior, haciéndome gritar, trate de relajarme ante la intrusión, pero el dolor estaba ahí, pero no había miedo, sabía que él me quería y que jamás me dañaría. Curvo sus dedos hacia adentro, haciéndome rodar los ojos, y luego los movió... como... tijeras, me estaba preparando para el... Por eso cuando su miembro toco mi entrada lo mire a los ojos y asentí con una sonrisa temblorosa.

Tom tuvo razón, dolió, ardió, mucho más que con sus dedos, su miembro era grande, y largo. Sus manos me tenían fuertemente aferrado por las caderas, y metía la punta y la sacaba juguetonamente. Me estaba volviendo loco, y lo sabía, y sabía lo que él quería...

— T-tom— jadee una súplica, el hundió la punta y la saco, sonriendo, como si no estuviese por explotar, como su no fue nada...

— ¿Necesitas algo? — su voz se oía tranquila, aunque ronca

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