Capítulo 8

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Domingo.

Creo que ya sabemos quién está entusiasmado por salir rápido del trabajo.

Se había levantado con tanta ilusión por poder hablar con aquel castaño y conocer los pensamientos de este mismo. Se había colocado unos jeans negros, una camisa blanca, un abrigo del mismo color que los jeans y unos converse blancos, no lo culpen, prefería vestir con colores oscuros a parecer un arcoíris espeluznantemente brillante.

Salió para ir hacia la tienda de antigüedades y esperar a que el tiempo pasara.

Por otra parte tenemos a Tae, ya estaba arreglado para ir al café, recordando que ese día había hablado con JungKook para saber a qué hora irían al parque que Tae había dicho.

Le preparó el desayuno a HoSeok y esperó un par de minutos para ver si despertaba antes de que se fuera.

—Buenos días, Tae —habló HoSeok entrando a la cocina, estaba aún en pijama y cargaba algo rojos los ojos y el cabello despeinado, dando una imagen tierna.

—Buenos días, Hoseokie —rió con ternura al ver a HoSeok aún despistado y adormilado —Ya preparé el desayuno, puedes comer en aquella mesa de café o aquí en la cocina. También hay dulces en la alacena y fruta en el refrigerador —tomó sus llaves y la tarjeta del apartamento y se colocó su abrigo —Si quieres almorzar, hay comida suficiente para que prepares algo —había terminado de arreglarse, al levantar la vista podía ver la cara de burla de HoSeok.

—Tae, parece que tuviera seis años y me estuvieras dando indicaciones de lo que debo hacer, sólo falta que me digas "llámame por cualquier emergencia" —rió por las acciones de su amigo.

—Dices eso, pero no te das cuenta que tienes una pijama de patitos y que amaneciste con saliva en toda la cara —rió al ver el desconcierto en el rostro de HoSeok —Adiós, Hoseokie, regresaré hasta las seis de la tarde, no te preocupes —se acercó al mayor y plantó un besito en la frente de este mismo —Vuelvo pronto. —salió corriendo antes de escuchar los reproches de su mejor amigo.

Raramente hoy era de esos días en los que despiertas con demasiados ánimos y ganas de vivir. Hoy se sentía vivo, sentía emociones diferentes a las que normalmente sentía, era extraño y agradable.

Llegó al café y empezó con su trabajo.

Tres de la tarde se hacían presentes en el gran reloj de aquella tienda de antigüedades, empezó a recoger sus cosas con entusiasmo y caminando hacia la salida, sin embargo, la señora Yang lo detuvo

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Tres de la tarde se hacían presentes en el gran reloj de aquella tienda de antigüedades, empezó a recoger sus cosas con entusiasmo y caminando hacia la salida, sin embargo, la señora Yang lo detuvo.

—¿A dónde con tanta prisa, JungKook? —habló con algo de gracia en sus palabras, jamás había visto tan emocionado a su empleado estrella.

—Me juntaré con un amigo —sonrió algo avergonzado, no sabía que la señora Yang estuviera al tanto de sus acciones.

𝒪𝓊𝓇 𝐿𝒶𝓈𝓉 𝒢𝑜𝑜𝒹𝒷𝓎𝑒 / ᴷᵒᵒᵏⱽDonde viven las historias. Descúbrelo ahora