Capítulo 20

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— ¿Por qué Harry me preguntó si necesitaba un tiempo a solas? —se le escuchó enojada.

Severus bajó el libro que estaba leyendo en la cama y a través de los lentes la vio divertido.

— ¿Crees que te escondo algo?

— Eras un espía, siempre escondes algo. —se cruzó de brazos.

— A ti no te escondo nada. —dejó su libro en el buró que quedaba a lado de la cama que compartían y se acercó a ella para besarla.

— ¿Por qué me mientes? —empezó a llorar.

— No te miento, pequeña. —besó la comisura de sus labios.

— ¿Entonces qué es lo que ocultas?

— Descansa. —le tocó dulcemente la mejilla y se alejó de ella.

Hermione se volteó y en silencio empezó a llorar a lado de él, trató de consolarla, pero un manotazo lo evitó, por lo que dejo que ella llorara. Se sentía un poco culpable al hacerla sentir insegura, pero quería proponerle matrimonio de una manera en la que a ella le gustaría y tal vez recordaría para el resto de sus vidas. Es por ello por lo que con Luna se encontraba coordinando como proponerle matrimonio a Hermione, después de todo él era muy diferente a esas cosas y no sabía cómo hacerlo. Pensaba involucrar a su pequeño hijo para que le ayudase con la sorpresa, pero temía que le dijera algo a su madre, aunque igual lo iba a hacer de todos modos, quería que fuese especial.

Para cuando despertó, no encontró a Hermione en su lado de la cama, solo una nota sobre su almohada, lo que llevó a que estirase el brazo y alcanzara el papel para leerlo.

"Severus:

He ido a casa de Harry y para que veas que no te oculto nada, te lo digo en esta nota. Dejo a Sebastián a tu cuidado.

Hermione"

Una pequeña sonrisa se asomó en la cara de Snape, ella sí que quedaría sorprendida, sabía que tenía que proponerle ese mismo día, por lo que se levantó de un salto de la cama para prepararlo todo hasta que ella llegara a la casa. Fue corriendo hasta a la habitación de Sebastián y abrió la puerta, encontrándose a su pequeño hijo en el suelo, junto con el caldero le había regalado, removiendo con cuidado la mezcla de la poción.

— ¿Estás preparando poción de la memoria?

— Me dio curiosidad si podía mejorar la poción, papá. —dijo sonrojado.

— Agrega menta, de ese modo cambias el sabor. —se acercó a él.

— Pero ¿tiene buena textura y color?

— Hijo, estás preparando una poción de tercer año de Hogwarts. Lo cual te prohibí, pero no hay duda, tienes talento. —se sentó a lado de su hijo muy orgulloso.

Sebastián miró a su padre con los ojos cristalinos y las mejillas sonrojadas, tenía ganas de llorar por haber escuchado aquellas palabras, pero no quería que lo vieran llorar, por lo que se lanzó al pecho de su padre y escondió su rostro. Severus, sorprendido le palmeo la espalda, suavemente por el contacto repentino.

— Me gustó escuchar eso.

— A mí me habría gustado escuchar eso a tu edad. —dijo sin meditarlo mucho.

Su hijo se separó de su pecho y levantó su rostro para verlo, entonces lo vio, aquellos ojos grises únicos lo miraban con tristeza. Su corazón empezó a latir rápidamente, aquel momento jamás se lo arrebatarían de su memoria, siempre lo atesoraría por siempre, porque ya había hecho la promesa de atesorar cada momento que pasara con su hijo y que no sería un desastre de padre como lo fue el suyo.

Recordando el pasadoWhere stories live. Discover now